Desde luego hay editoriales que tienen un autor fetiche. ECC tiene a Junji Ito, Planeta a Osamu Tezuka y en La Cúpula ese sería sin duda alguna Hideshi Hino. El sello editor lleva unos años recuperando la obra de este singular mangaka para todos aquellos que nos la perdimos en primer término. Mangas como “El niño gusano”, “La serpiente roja”, “Panorama infernal” o esta “Galería de horrores” han vuelto a las tiendas en ediciones de similares características a sus predecesoras pero con nueva portada y PVP irremediablemente actualizado.
Personalmente estoy encantado, porque por una serie de circunstancias apenas había podido acercarme a la obra de Hino y de hecho, antes de leer un manga suyo lo que sí había visto era su participación en la desagradable saga cinematográfica de Guinea Pig. Sea como fuere, tras su primera edición en junio de 2009, casi quince años después podemos volver a disfrutar de “Galería de horrores”, una de las obras más disfrutables y accesibles del maestro Hino.
Bienvenidos a la Galería de horrores de Hideshi Hino
Lo primero que llama la atención de la obra es que cada fragmento de la misma es presentado por un maestro de ceremonias en la tradición del guardián de “Relatos de la cripta” o la mítica Elvira. Nuestro anfitrión tiene cierto aire a Vincent Price, pero pasado por un filtro que le vuelve mucho más macabro a la par que caricaturesco.
Esta particular “Galería de horrores” nos invita a viajar por una exposición formada por siete obras cuyo hilo conductor es partir de un color para narrarnos una serie pesadillescas historias protagonizadas en buena medida por niños. Este elemento, común en casi toda la obra de Hino, hace que vea sus mangas como si de una versión retorcida y sin censura del trabajo de R.L. Stine se tratase.
Esta obsesión por atormentar niños y adolescentes es probable que sea fruto de una infancia traumatizada. Hino tuvo que vivir como exiliado en China tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Le tocó lidiar con varias enfermedades, su abuelo era yakuza y su padre criador de cerdos, profesión considerada como poco honorable. Ese cúmulo de circunstancias debieron hacer mella en él, y desde entonces podemos disfrutar de una historias donde lo truculento se entremezcla con habilidad e inteligencia con el gore más salvaje y el humor más negro.
También ayuda su particular grafismo. Hino tiene un estilo personalísimo. Gusta de recargar las páginas con detalles hasta la extenuación, que pueden llegar a provocar un agobio en más de un lector. Su predilección por deformar la anatomía humana con figuras “achatadas”, grandes cabezas y ojos prominentes otorgan a sus personajes una notable expresividad que a menudo es coronada con las más inimaginables muecas de terror. De esta manera logra transmitir en sus obras ese aire insano e inquietante marca de la casa.
En lo referente a los relatos que podemos disfrutar en “Galería de horrores” hay varios que me parecen bastante destacables. Por un lado estaría “Horror en negro”, en la que Hino ofrece una peculiar versión del clásico texto “El cuervo”, de Edgar Allan Poe. Luego tenemos también “Horror en azul” en la que una niña encuentra un cadáver flotando en el río que la obsesiona, y con el que no he podido evitar acordarme del genio de Maine Stephen King.
No obstante, si tengo que elegir un solo fragmento de los siete, ese sería sin duda “Horror en verde”. Es un angustioso relato protagonizado por un niño que jugando cae de un árbol. A partir de ahí seremos testigos de un cuento corto de terror bastante angustioso que deja un pequeño poso de profunda tristeza.
En resumidas cuentas, “Galería de horrores” es un interesante y entretenido manga de Hideshi Hino, autor que nunca decepciona, consiguiendo siempre sorprender en mayor o menor medida con sus mangas que, a menudo, parten de una cotidianidad que se ve retorcida por uno u otro motivo.
Ganas de seguir navegando por su universo.
