En plena pandemia con los canales de distribución parados en USA y España, un puñado de obras en formato digital han aprovechado el hueco que han dejado las novedades en papel. Sin embargo, bajo el poco esclarecedor título de Friday, una entre todas brilla con la luz de la unión de estos tres nombres: Ed Brubaker, Marcos Martín y Muntsa Vicente.
Con semejante mano ganadora y nunca en mejor momento, llega el primer número de esta serie limitada con un una extensión total aún por terminar de definir. Todo ello viene bajo la marca de Panel Syndicate y, por tanto, con el precio que vosotros queráis. Friday es el nombre de nuestra protagonista, Friday Fitzhugh, una muchacha con cierta vocación detectivesca en el pasado, que al más puro estilo de Nancy Drew o Los Cinco resolvía misterios acompañando a su amigo Lancelot Jones. El tiempo ha pasado y Friday vuelve a su casa de Kings Hill (Nueva Inglaterra) durante las vacaciones navideñas de la universidad. Será entonces cuando se dé cuenta de que algunas cosas nunca cambian (o nunca quieren cambiar), incluso cuando todo lo demás ha cambiado por completo.
Lo primero que nos encontramos es que cada uno de los tres autores parece haberse reinventado para la ocasión. Acostumbrados al tono noir de Brubaker en obras como Criminal o Kill or be Killed, sorprende verlo en este registro, como él mismo lo define, de literatura “post young-adult”. Él mismo bromea diciendo que realmente este término no existe y que realmente lo que viene después de “jóvenes adultos” es directamente “adultos”. Sin embargo, no deja de ser muy ilustrativo de lo que pretende, ya que justo este momento de transición en el que el mundo adulto llega a los jóvenes detectives de las novelas es el tema central de Friday.
Cuando un nuevo misterio suceda en Kings Hill, por más que Friday y Lancelot se reúnan nada será lo mismo. Ni el robo de una misteriosa antigüedad ni los tintes de cultos lovecraftianos serán tan importantes como una conversación que parecen tener pendiente.
Pero no solo Bru está cambiado, ya que Marcos Martín se nos descubre con un giro de tuerca donde, para empezar, deja de lado el formato horizontal, que fundamentaba gran parte de las decisiones estilísticas y narrativas de su obra en Panel Syndicate. Huiremos de las composiciones trepidantes de The Private Eye y los experimentos de Barrier en pos de un planteamiento de página mucho más tradicional, regular y con sus gutters blancos bien claritos. Con toda probabilidad todo esto surge de la necesidad de equilibrar con un dibujo más cargado de lo habitual en este dibujante, con profusión de tramados y texturas de tinta que tratan de evocar la ilustración de los años 70.
Tal vez de aquí surge también la tercera reinvención, ya que Muntsa Vicente no piensa quedarse atrás. Tenemos un trabajo con muchos menos elementos, una paleta de color más reducida de lo habitual y un render más sobrio que vuelve a dar en el clavo y permite que la densidad del dibujo respire, sin que el resultado cromático pierda un ápice de atmósfera.
De momento estamos ante un número uno y queda mucha historia, pero el trabajo de personajes y lo sorprendente de la propuesta de Friday llega a tal punto que incluso se permiten desechar el recurso del cliffhanger. Puede que no tengamos un “continuará”, pero no puedo esperar a ver cómo continúa.