Por más Byrnes, Simonsons o Hickmans que hayan podido pasar por las páginas de Los 4 Fantásticos, no creo estar muy equivocado al afirmar que es uno de esos pocos casos donde la etapa original no ha sido superada en 60 años. Sin embargo, cuando pensamos en los 4F de Lee y Kirby, por lo general no lo hacemos tanto en los números de las entregas iniciales de esta Biblioteca Marvel, sino en los que están por venir en breve. Tal vez el inicio de esos 4 Fantásticos 2.0 se podría poner en el momento en que Joe Sinnot se hace cargo de las tintas, dentro de un par de tomos, pero los primeros conatos de lo que cristalizará con la llegada de Galactus ya podemos verlos en Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7.
Aunque tengamos aquí el debut de Attuma, el Hombre Dragón o los mismísimos 4 Terribles, Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7 presenta en principio ese esquema que ya hemos ido viendo de repetición periódica de villanos. De nuevo estarán el Hombre Topo, Namor y algún otro que no diremos, por si alguien aún permanece aún virgen a las sorpresas que depara este tomo. Todos ellos tendrán su enéeeeesimo regreso por las páginas de la serie, pero ahora ya comenzamos a ver algo que no es exactamente como antes.
Resulta muy difícil de pensar en un plan dentro de ese desbarajuste de improvisación que era la Marvel de estos primeros años, donde, como en este tomo, los colores de un personaje podían variar de un número a otro, incluso a cargo de la misma persona. Se tuvieron que inventar aquello de los no-premios para arreglar las cagadas de continuidad entre cómics que, sobre el papel, escribía siempre la misma persona. Sin embargo, llamémoslo azar o tal vez intuición de sus autores, comienza a verse un cambio de enfoque. Con la mitología creada, establecida la continuidad, el universo compartido y la progresiva introducción del «continuará» va generándose el concepto de saga, de crónica de unos personajes concretos y ya no nos interesa tanto la que lía el Hombre Topo, como quién es ese hombre del pasado de Sue. No nos importa tanto Namor como antagonista, sino como el héroe de su propia historia — a puntito de conseguir cabecera en Tales to Astonish—. No es tan cautivador el Hombre Dragón como el próximo paso en el romance entre Reed y Sue. Lo fundamental ya no es la amenaza del mes, ni siquiera la aventura como tal, sino lo que les sucede a nuestros personajes. Sí, a estas alturas ya son los personajes de muchos fans. En Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7, asistimos a la creación de la Merry Marvel Marching Society y hasta a una carta en modo hater de una joven versión del mismísimo George R. R. Martin. Ya existe un fandom, un público fiel que lo es porque está enganchado a unos personajes concretos y a su saga.
Y a medida que va variando el enfoque, y con una legión de lectores fieles, es también como si Kirby se relajase, pero en lugar de aflojar el pistón, se deja llevar y comienza a experimentar con los collages, con las cada vez más frecuentes splash pages, con su acción y drama salido de madre y sus máquinas locas. Los 4F es la serie donde Kirby se desata y se permite crecer, donde despliega toda su creatividad hasta ponerlo cada vez más a la altura de aquella bravuconada de Stan Lee que lo llamaba «El mejor cómic del mundo». El sentido de la hipérbole y el drama de Kirby apoya ahora los diálogos subreeexplicativos y la pseudociencia invent de Lee en una especie de código autónomo donde todo eso funciona como una sola cosa y con una sola lógica que es coherente dentro de sus reglas. A la altura de Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7 estos cómics son como una especie de escenario teatral a escala cósmica donde los parámetros de la realidad no funcionan y necesita nuevas normas acordes a escala dramática. Cuanto más irreal y exagerado es todo, más real lo sentimos los lectores, gracias a ese mundo Kirby donde todo funciona según sus leyes.
Viejos y nuevos villanos, tópicos recurrentes y pasos adelante, melodrama y ciencia ficción en una loca en lucha por ver cuál llega más arriba y todos los ingredientes que han hecho grande esta serie y que la harán más grande aún, pero me vais a permitir un breve espacio para una historia muy pequeña, tal vez la más intrascendente de Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7. Y es que el primer capítulo nos va a traer importantes revelaciones sobre el pasado de Sue y Johnny. El segundo cierra esta historia con su épico destino. El tercero nos da pie a lo que será la serie de Namor, mientras que el quinto anuncia el compromiso de Sue y Reed y el sexto presenta a lo que pretendía ser una especie de nueva gran némesis — que al final no fue para tanto — en la forma de los 4 Terribles. Sin embargo, en el cuarto capítulo, no hay nada trascendente para el futuro de los personajes. Se enfrentan a un tal Gideon, un tipo tragado hoy por las nieblas del olvido de la Historia Marvel, cuya principal peculiaridad es que era obscenamente rico. En esa historia su objetivo será derrotar a la Primera familia a golpe de talonario engañándolos para que se enfrenten entre ellos. A nada que hayamos seguido mínimamente a Lee y Kirby, no creo que nadie pueda acusarlos de comunistas, pero que Mjolnir me parta de un rayo si esto no es una historia de Los 4 Fantásticos contra El Capital. Que me caiga encima la nave de Galactus si esto no es una historia donde El Capital manipula a las clases populares para volverlos unos contra otros compañeros de clase. Sencillamente es fascinante, probablemente tanto como inintencionado, pero igualmente fascinante. Además de paso, vuelve a hacer hincapié en ese aspecto de Los 4 Fantásticos como una familia profundamente disfuncional con un inquebrantable lazo de cariño que lo puede todo, que se ha ido forjando. En este mismo Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7, encontramos un chascarrillo en boca de Ben donde dice que jamás dejaría que nadie le tocara un pelo a Johnny, justo después de haberlo intentado machacar. Esa es la idea que da en el clavo para describir esta entrañable relación.
Y es que al llegar a Biblioteca Marvel Los 4 Fantásticos 7, en treinta y pocos números USA, en apenas tres años de historia, ya estaba todo ahí y Lee y Kirby solo tendrían que escarbar y desenterrar aquello tan grande que habían creado y que durante mucho tiempo fue solo la punta del proverbial iceberg que estaba a punto de emerger cósmicamente.