En enero de 1999 fuimos testigos de un hecho que cambió el panorama comiquero español como nunca antes había pasado: el nacimiento de la Línea Excelsior. Alejandro M. Viturtia y los suyos se la jugaron pero bien, editando clásicos Marvel en formato económico en lo que vino a llamarse Biblioteca Marvel. Este formato fue elegido para publicar el grueso del Universo Marvel de los sesenta y los setenta que, pese a sus carencias, fue excelentemente recibido por un público que ya debía dar por perdidos esos tebeos.
Ahora saltamos hasta diciembre de 2022. El mercado español ha cambiado, los clásicos están a la orden del día gracias a la línea Marvel Gold que, a golpe de tochal, ha ido rescatando esos tebeos que formaron el origen y cimientos de nuestro cosmos de ficción preferido. No obstante, estos Omnigolds resultan caros para muchos bolsillos por lo que Julián Clemente, tras rumiar durante mucho tiempo la idea, ha presentado nuevamente la Biblioteca Marvel a los lectores. Un relanzamiento que solo tiene el nombre de la original, el resto es remozado: tamaño comic book, papel poroso, a color (¡y que color!), encuadernación rústica con cubiertas y un precio ajustado para los tiempos donde todo es mucho más caro que hace un par de años.
La idea principal de la Biblioteca Marvel es ver publicados los principales títulos en orden cronológico. Así, hemos podido disfrutar ya de las entregas de Los 4 Fantásticos, Hulk o Thor. Y ahora llega Spider-Man, personaje insignia de la editorial. El primer volumen dedicado a nuestro querido trepamuros incluye el Amazing Fantasy 15, los cuatro primeros números de The Amazing Spider-Man, así como dos historias cortas extraídas de Strange Tales. En el caso de Amazing Fantasy 15, estamos ante un cómic que ha sido publicado hasta en veintidós ocasiones distintas en nuestro país.
Amazing Fantasy 15, el origen definitivo de un héroe
Creado en 1962 por Stan Lee y Steve Ditko, Spider-Man llegó para ser distinto y rompedor desde el inicio de su carrera. Esta Biblioteca Marvel nos permite disfrutar de la génesis perfecta de cualquier personaje de cómic. Estamos ante un ejercicio de síntesis admirable que, en tan solo un puñado de páginas, nos presenta a Peter Parker y a la araña que le da poderes. El resto ya es historia.
Digo que Spider-Man es un personaje rompedor porque hasta el momento no habíamos tenido ningún superhéroe cuya identidad civil fuera un chaval de instituto corriente y moliente. A saber, los héroes de DC eran poco menos que dioses. En Marvel tampoco andaban muy lejos: Thor era una deidad nórdica, los 4 Fantásticos eran héroes de guerra, chavales ricos o genios científicos, así como Bruce Banner, alter ego de Hulk. Pero Peter era distinto, era como tú o como yo. Era un adolescente que se preocupaba por sus estudios, intentaba ligar con la chica que le gusta, escapaba de los abusones y vivía con sus tíos que le habían adoptado tras la muerte de sus padres. Con esto no quiero decir que todos los lectores de cómics fueran unos pardillos en la escuela secundaria, pero seguro que en su momento era más fácil verse en Peter Parker que en Tony Stark. No olvidemos que estamos ante un producto concebido para críos.
Esta primera entrega de la Biblioteca Marvel de Spider-Man nos permite ver un amplio vistazo a todos los rasgos definitorios del personaje. El primero es el brutal nivel dramático que tiene la historia. Como todos sabemos, el Tío Ben muere como consecuencia de un acto egoísta de su sobrino que decide no detener al ladrón que acabaría con su vida porque simplemente no es su “problema”. Un acto, a priori, tan inocente como una muestra de rebeldía juvenil sirve de catalizador para todo el carácter moral de Peter Parker.
La génesis de Spider-Man no necesita actualización, por mucho que le pese a J.M. Straczynski, puesto que no está completamente circunscrita a tropos de la época como el miedo a lo desconocido (normalmente reflejado en amenazas comunistas de todo tipo) o al poder atómico. Vale, tenemos una araña radioactiva, pero lo que hace a Peter ser quien es es la naturaleza humana, son los valores inculcados por el Tío Ben. Y amigos, sesenta años después de la publicación de Amazing Fantasy 15, este origen sigue siendo perfecto.
Me ha gustado mucho cómo los autores se molestan en mostrarnos a un Peter Parker adolescente bravucón en sus inicios que se considera invencible gracias a los poderes que adquirió fortuitamente. Por eso, sus primeros enfrentamientos con villanos de su lore clásico como Buitre o Camaleón son relativamente fáciles hasta que se topa con una amenaza del Doctor Octopus, cuyo desenlace desemboca en una necesaria cura de humildad. Un puñado de peleas que pueden parecer fortuitas, pero no son más que las primeras piedras sobre las que este héroe empieza a construir su leyenda.
La sensación de que estamos viendo a un héroe torpe, inexperto y desgraciado es notable, pero lejos de disfrutar de su desgracia como sádicos, lo que consiguen Lee y Ditko es que empaticemos con él, que nos quedemos pegados a esta Biblioteca Marvel para disfrutar de una sentada de sus ciento cincuenta páginas de historietas (al menos así ha sido mi caso y mira que estos números pueden resultar densos), deseando que poco a poco las cosas le vayan mejor, que consiga unos pavos de más vendiendo fotos o que reúna el valor suficiente para pedirle una cita a Betty.
Esta rompedora forma de entender a los superhéroes provoca que los asuntos que conciernen a Spider-Man pierdan protagonismo a favor de las peripecias de un Peter Parker que sabe ganarse al lector gracias al buen hacer de sus autores.
Otro detalle fascinante en esta Biblioteca Marvel es presenciar la construcción de la preciada continuidad que fue la principal seña de identidad de la editorial frente a su principal competidora DC Comics. Spider-Man es el primer héroe urbano de la Casa de las Ideas, el abanderado de muchos otros personajes posteriores como Daredevil, Luke Cage o Punisher, que batallaban a píe de calle, lejos del espacio exterior o lugares fantásticos como la ciudadela del Hombre Topo o la Tierra Salvaje. También veremos las primeras interacciones de Spidey con Los 4 Fantásticos, así como su incipiente amistad con Johnny Storm en un puñado de aventuras sencillamente deliciosas.
Steve Dikto, al que el propio Stan Lee se refiere en la introducción como co-guionista, desprende una frescura inusitada plasmando un staff de personajes maravillosamente ilustrados, con muchas expresiones faciales, así como su Spider-Man, sencillamente asombroso (perdón por el chiste) cuando lo vemos en acción. Sus viñetas son magnéticas, sugerentes y muy dinámicas.
Por último hablemos de la edición. Se hace palpable que la Biblioteca Marvel es un producto que ha sido cuidado hasta el más mínimo detalle. En el lomo vemos los autores, el año y el material que incluye cada volumen. La encuadernación rústica con sobrecubiertas hace que el volumen sea completamente manejable y cómodo de leer. Los extras incluyen textos, pin-ups, bocetos, páginas a lápiz, reproducción de los correos originales… Una gozada.
En definitiva, no se me antoja mejor manera de leer los clásicos de la Casa de las Ideas que con esta Biblioteca Marvel. Enganchado estoy ya.
PD: Me parece estupendo que hayan elegido otra portada para este número uno distinta a la habitual cubierta del Amazing Fantasy 15 que todos tenemos más que interiorizada.