Con esta cuarta entrega de la Biblioteca Caballero Luna llegamos hasta el número 16 de la primera serie regular dedicada al personaje. Dicha colección alcanzó unos meritorios 38 números, una cifra que solo fue superada por los 60 de su segunda serie Marc Spector: Moon Knight, que está parcialmente inédita en España.

Pero mejor será que dejemos las lecciones de arqueología comiquera, que a nadie importan y tampoco son relevantes. Mejor nos centramos en el puñado de episodios que nos ocupan porque en cierta medida suponen un punto de inflexión en la, hasta el momento corta, trayectoria del Caballero Luna.

Caballero Luna. Haciendo amigos en el Universo Marvel

En este volumen se suceden las primeras interacciones del Puño de Konshu con el resto del Universo Marvel. En primer lugar será un cruce con Daredevil, que presentará todos los tópicos habidos y por haber de este tipo de encuentros (resultando incluso bastante naif para la época en la que fue publicada). No obstante, esto no impide que se trate de un número muy entretenido en el que nuestros héroes deberán enfrentarse a un villano del calado de, ejem, el Bufón.

Después tendremos la ocasión de ver al Caballero Luna mano a mano con La Cosa de los 4 Fantásticos. Curiosamente este episodio está realizado por un equipo creativo interino con Jack C. Harris a los guiones y un espectacular Denys Cowan a los lápices en una historia un tanto disparatada, pero igualmente disfrutable. Dos números, en apariencia inanes y carentes de mayor relevancia, pero que sirven de ejemplo de cómo poco a poco este personaje había ido calando más en la editorial y el fandom, hasta el punto que la gente celebraba este tipo de encuentros con fervor.

Ahora bien, lo importante de este volumen es que seremos testigos del debut de varios personajes que pasarán a engrosar la deficiente galería de enemigos del Caballero Luna. Y he de decir que estas primeras apariciones han dejado tras de sí otra cantidad igual de historias bastante buenas que mejoran las sensaciones que me dejó la lectura del volumen anterior de esta biblioteca.

Morfeo y Vidriera Escarlata son los nuevos antagonistas que conoceremos en dos tebeos en los que Doug Moench olvida por un momento su obsesión por anclar al Caballero Luna en ambientes urbanos, brindándonos unos relatos más propios de géneros como el terror o el noir, con personajes trágicos de varias capas que se alejan un tanto del maniqueísmo habitual de la dualidad héroe-villano. Pese a todo, nuevamente el broche de calidad en Caballero Luna viene dado por el peso de los secundarios Frenchie y Marlene, cuyos pasados volverán para atormentarles y meter en problemas a toda la crew de la serie.

Me llama la atención que Doug Moench parece incapaz de encontrar un tono con el que sentirse cómodo, por lo que la serie del Caballero Luna va dando tumbos y salvando los muebles gracias al acabado artístico de Bill Sienkiewicz, que cada vez parece más suelto, dando rienda a un talento narrativo excepcional como en la pelea bajo la lluvia con la que empieza el tomo.

Hay que reconocer que quienes conozcan al personaje por sus colecciones modernas (rescatadas por Panini en Marvel Saga) pueden sentirse algo descolocados al abordar el trastorno de personalidad que presenta desde hace años como si de un simple juego de distintas identidades similares al de Bruce Wayne-Batman-Cerillas Malone se tratase.

Todavía falta mucho para que lleguemos al perturbado Marc Spector-Steven Grant-Caballero Luna, por lo que lo mejor será relajarse y disfrutar del viaje. Al menos a nivel gráfico sigue siendo una pasada.

La edición de Panini incluye los habituales extras como bocetos, artículos o reproducción de textos y correos que, en mi opinión, enriquecen la obra por representar de manera fidedigna cómo era el fandom en los años 80 a la par de servir para contextualizar la serie en la época en la que fue publicada.