Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

The Wild Storm 1-2 (de 4)

The Wild Storm 1-2 (de 4)
Guion
Warren Ellis
Dibujo
Jon Davis-Hunt
Color
Ivan Plascencia, Steve Buccellato y John Kalisz
Formato
Rústica. 176/168 páginas. Color
Precio
15,95€ (c/u)
Editorial
ECC Ediciones. 2018
Edición original
The Wild Storm #1-12 USA (DC)

No creo que nadie pudiera sospechar un tebeo como The Wild Storm cuando en medio de la vorágine de la creación de Image Jim Lee creó Wild C.A.T.S. Lo que veíamos en aquella época no dejaba de ser otro plagio de los X-Men con el manido trasfondo de la guerra entre el cielo y el infierno, que en esta ocasión eran aliens. Llegarían después Stormwatch, Deathblow, Gen 13 y muchos otros y Wildstorm, que era el nombre del subsello Image donde se publicaban, comenzó a crecer hasta tener sus propios subsellos como Homage (nombre original de Wildstorm que duró poco y se recicló para el subsello), Cliffhanger o el ABC de Alan Moore.

Para cuando en 1999 Jim Lee se llevó sus juguetes a DC, un tal Warren Ellis ya había parido el principio de Planetary y llevaba las riendas de unos Stormwatch que parecían encaminarse a algo bastante distinto. Los primeros años de nuestro siglo fueron un tanto paradójicos para Wildstorm y mientras vivía su edad de oro con The Authority, los títulos de ABC, Sleeper o Ex Machina, sus franquicias originales estaban de capa caída. Llegaría entonces 52 en 2006 y revelaría el universo Wildstorm como una más de las 52 tierras del universo DC. Habría de por medio algún intento de relanzamiento que no llevaría a ningún sitio, ya que al terminar Flashpoint, Wildstorm quedaría integrado del todo en esa continuidad de los nuevos 52. Actualmente tras el Renacimiento las cosas quedaban un tanto difusas, ya que algunos personajes como Midnighter o Apollo se integran en la continuidad DC, pero había otro montón de ellos con un destino incierto

Es este el momento en el que Warren Ellis, el guionista que probablemente ha parido los mayores hitos de este sello, retoma aquellas ensaladas de siglas que tanto molaban en los 90 y rescata un montón de personajes y conceptos olvidados para urdir una trama de conspiraciones entre organizaciones de escala global. En The Wild Storm, Warren Ellis y Jon Davis-Hunt recuperan todas las ideas sueltas de las diferentes colecciones de aquella Wilstorm primigenia para construir un mundo donde todas esas ideas se alimentan entre sí y forman parte de lo mismo. The Wild Storm es una historia fuera de continuidad, un patio de recreo para poder trabajar al antojo de Ellis, y convierte a través de guiños y vueltas de tuerca geniales lo que era una colección de estereotipos noventeros en un mundo cohesionado con una trama compleja, inundada de acción y conceptos locos.

The Wild Storm 2 portada

Preparaos de todos modos para un primer tomo made in Warren Ellis, ya que para cuando abrimos la primera página, ya hay mucha historia detrás, muchos jugadores y muchos intereses. Del mismo modo que le sucede a nuestra protagonista inicial, Angela Spica (a algunos os sonará el nombre), nos veremos metidos en una conspiración entre agencias internacionales que parecen guardar miles de secretos y manejar el destino de la humanidad. Todas las piezas parecen desplegadas a la vez y no sabremos quien pertenece a qué bando. Como Spica, no sabremos muy bien en quién confiar, todo nos supera y no sabemos del todo en qué punto estamos. Pero toda esta mierda críptica que le encanta a Warren Ellis forma parte de esa pose de molonidad absoluta que hay en la mayoría de sus historias. Del mismo modo, puede que no sepamos demasiado de cada personaje, pero lo que sabemos es que cada frase es un esfuerzo por parte de casi todos ellos de molar todo lo posible. El primer tomo de The Wild Storm está plagado de ganchos para atraer a ese lector al que está desorientando deliberadamente. Puede que no entiendas nada, pero estarás seguro de que mola.

Para cuando llega el tomo dos, es el turno de ubicar cada pieza en su sitio y que (ahora sí), veamos con claridad el tamaño de la conspiración en la que estamos metidos: Agencias de inteligencia internacional, bases secretas en el espacio, aliens, corporaciones tecnológicas implicadas y hasta reptilianos!!!. En tan solo unas pocas páginas y con unas pocas frases Warren Ellis nos ubica en eso que tan complicado parecía en el tomo primero. Es casi insultante si no estuviera tan bien hecho. Después de todo el embrollo se sucesos accidentales, acrónimos y conspiraciones difusas, ya tenemos los bandos (incluso quizá unos protagonistas y una siguiente fase en esta misión o misiones que harán avanzar la trama de The Wild Storm.

The Wild Storm 1-2 (de 4)

Es inevitable que The Wild Storm recuerde a otras obras de Ellis. Podemos ver aquí y allá retazos de Planetary, de Global Frequency, The Authority. Esta serie está plagada de guiños, sean o no de otras creaciones este guionista inglés e incluso sean o no del universo Wildstorm. Todo vale para desplegar esta gran intriga de cientos de piezas que encajar que mezcla conspiraciones, ciencia ficción y blockbuster de acción desbordante.

Estamos acostumbrados a un Warren Ellis que trabaja normalmente para la grapa unitaria, pero en este caso (quizá porque ya se sabe la duración total de la serie) estamos ante una historia que en formato tomo funciona exactamente igual que en grapa. Es cierto que cada capítulo tiene su cierre pero fluye de manera natural y suelen poner su fin con algún tipo de oneliner o momento molón más que con un cliffhanger. La tensión de cada capítulo está en el centro, no en el final

The Wild Storm 1-2 (de 4)

Quizá el punto más débil de The Wild Storm esté en el dibujo de Jon Davis-Hunt, un tipo formado en 2000AD y al que se ha podido ver últimamente en la serie de Vertigo inédita en España Clean Room. Su trabajo a fin de cuentas funciona y es perceptible el empeño que le pone. Las largas escenas conversacionales que plagan The Wild Storm se resuelven de manera muy acertada y no solo por los ágiles diálogos de Ellis. Sin embargo, tenemos montones de esas escenas de acción mudas y casi en cámara lenta tan típicas de los tebeos de Ellis. Davis-Hunt soluciona con éxito el tiempo de la escena, pero sus personajes son en muchas ocasiones rígidos y no parecen moverse al mismo ritmo de la escena. Sorprende también la elección por parte de los coloristas (con Steve Buccellato haciéndose cargo de la mayoría), de una paleta una tanto prosaica, que en una historia de conspiraciones globales y acción desenfrenada nos pega excesivamente a la tierra.

Puede que el dibujo no sea perfecto, pero eso no empaña una de las mejores historias que nos ha dado Warren Ellis en los últimos años, una historia compleja, pero magistralmente dosificada. Solo Ellis conoce los pormenores de esta conspiración quizá de escala universal, donde ni las agencias que manipulan en la sombra tienen el esquema completo. Pero Ellis tiene atrevimiento de mostrarnoslo casi al principio y la confianza de que sólo cuando el quiera accederemos a sus secretos.