Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Sunny – Edición Integral

Sunny – Edición Integral
Guion
Taiyo Matsumoto
Dibujo
Taiyo Matsumoto
Formato
Cartoné con sobrecubierta. 14,8 x 21 cm. 1282 páginas. B/N con páginas a color
Precio
60€
Editorial
ECC Ediciones . 2023
Edición original
Serializada originalmente en Monthly Ikki (Shogakukan) entre 2010 y 2015

A estas alturas ya es de sobra conocida la labor de ECC por reivindicar el trabajo de Taiyo Matsumoto. Casualmente es por Sunny por donde comenzarían en 2015, con la edición en seis tomos. Desde entonces hasta hoy llegarían GoGo Monster, Ping Pong, Primavera azul, Los gatos del Louvre o las dos ediciones integrales distintas de Tekkon Kinkreet. Es ahora el turno de recopilar toda la serie de Sunny en un único volumen de cerca de 1300 páginas en tapa dura y tamaño kanzenban.

Sunny - Edición Integral

Probablemente aún así, habrá mucha gente que no se haya acercado aún a la obra de este autor tokiota. Para todo estos, tal vez habría que comenzar hablando de Taiyo Matsumoto como uno de esos autores japoneses con influencias de occidente, sobre todo europeas, a los que suele acercarse también gente no excesivamente asidua del manga, como sucede con Jiro Taniguchi o Naoki Urasawa. El autor reconoce influencias de autores japoneses como Katsuhiro Otomo, Shotaro Ishinomori y Seiki Tsuchida, pero también de europeos como Moebius, Enki Bilal o Miguelanxo Prado. No obstante, si tuviera que acercar el look & feel de Matsumoto en Sunny a un autor europeo, es posible que acudiera a la línea irregular y desgarbada de Gipi.

En este mismo sentido y salvando las enormes distancias de marco temporal, geográfico y social, Sunny se encuentra cerca en temática, estructura e incluso algunas maneras de sentir la obra al inmortal Paracuellos del maestro Carlos Giménez. Del mismo modo que hizo Giménez, Matsumoto toma retazos de su vida en un orfanato para llevarnos para construir una historia de ficción que nos lleva a algún punto de finales de los años 70 o principios de los 80. Asistimos a un conjunto de capítulos individuales de distintos niños en una casa de acogida en la región de Kansai, que a su vez forman un mosaico global. Como en la obra del madrileño, apenas hay arco de personajes y se trata más de componer un marco general a través de diversas anécdotas y devenires en las vidas de los chavales. En cualquier caso, hasta aquí llegaría el parecido.

Sunny - Edición Integral

Salvando estos puntos, sus estilos son completamente distintos y la verdad es que cuesta definir el modo en que Matsumoto cuenta las vivencias y anhelos de los habitantes de la Casa de los niños de las estrellas. Todo comienza cuando entra un niño nuevo, el reservado y estudioso Sei, de la mano del cual conoceremos al resto de los habitantes de la casa. El anciano dueño, su nieto Makio, Mitsuko y Adachi — los monitores que lo ayudan — y sobre todo el resto de los niños: Junsuke y el pequeño Soshuke, Megumi, Kiiko, Taro — el gigante cantarín — y, sobre todo, Haruo, el rebelde de pelo blanco que se convierte en lo más parecido a un protagonista que tenemos en este reparto coral. Comentábamos un poco antes que no hay arco ni evolución apenas en los personajes desde que comienza Sunny hasta el capítulo final y, de hecho, este último sucede tras una elipsis temporal, con lo que dicha progresión cuando sucede es en off. No hay en Sunny nada que podamos considerar una línea argumental al uso y es que la verdadera progresión, el verdadero arco, está en el lector y en cómo resulta transformado al ir conociendo a los niños, su anhelo de una vida normal con padres, sus fantasías, sus frustraciones…

Pero no es la casa ni ninguno de los niños lo que da nombre a Sunny, sino un viejo Nissan Sunny 1200 abandonado, destartalado y oxidado que hay junto a la casa y que sirve a los niños de refugio e inspiración para esas fantasías que los alejan de la difícil realidad de sus familias desestructuradas. Al igual que el coche que da nombre a la obra, hay otro sinfín de referencias a la cultura popular de la época en la que nos sitúa Sunny, ya sean mangas y animes, canciones, programas de TV y otras muchos detalles que a los occidentales se nos podrían pasar por alto si no fuera por las notas de traducción. El costumbrismo es una de las notas dominantes, los distintos retazos de realidad, pero tal vez por el peculiar estilo de Matsumoto, por las miradas, los silencios o incluso el trabajo de fondos, Sunny está también lleno de algo que quizá podríamos llamar poesía. Pese a ser una obra donde el componente realista es protagónico es más importante cómo sentimos esta realidad que la realidad misma.

Sunny - Edición Integral

Es por eso que es esencial cómo se nos cuenta la historia de Sunny como el propio qué y aunque, tal vez en un primer vistazo, el estilo de Taiyo Matsumoto pueda resultar un tanto extraño, es imposible imaginar la obra dibujada de otro modo al terminar el tomo. Quien conozca al autor de tras obras, como Tekkon Kinkreet, encontrará aquí a un Matsumoto de línea más tenue, imprecisa y desgarbada junto a un trabajo de masas donde no hay apenas negro y el peso cae en las texturas de línea y los grises no uniformes a base de aguadas. Pero tal vez lo más curioso es que, pese a lo personal del estilo, su dibujo desaparece durante la lectura de Sunny y solo queda la historia y la verdad es que no se me ocurre un mayor halago para un dibujante de historietas. Cuesta incluso detectar, si nos dejamos llevar, que no siempre es canónico en sus planteamientos narrativos y que no duda en solapar, deformar e incluso girar bocadillos para imbuirnos en la algarabía de la casa, cómo — también en este sentido — puede mezclar varias escenas en una misma página, deformar viñetas hasta llegar a perder el formato rectangular y todo tipo de propuestas para nada exentas de riesgo, de las que, sin embargo, apenas nos percatamos.

No obstante y pese a lo inmersiva y fluida que resulta la lectura de Sunny, no olvidemos que se trata casi 1300 páginas y que la edición en un solo tomo, se presta a atracones que quizá no terminen de sentarle bien a una obra basada en las vivencias puntuales en lugar de en una línea argumental, pero aún así la labor de edición de ECC es encomiable a nivel de traducción, diseño y presentación, con lo que, pese a lo que puedan doler los 60€, estamos ante una gran oportunidad de conocer una obra alabada por crítica y premios en Japón, Europa y América.

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