Catwoman, Hiedra Venenosa y Harley Quinn… son hermosas, letales y, por primera vez en sus vidas, las tres intentan ir por el buen camino. Cansadas de jugar según las reglas de otras personas, sin importar a qué lado de la ley se encuentren, estas duras mujeres tienen nuevos planes propios, y usarán los medios que sean necesarios para llevarlos a cabo. Sólo que, a veces, las amigas pueden ser más un problema que una bendición. Sobre todo cuando no están acostumbradas a cosas como la lealtad… o la cordura. Con el Murciélago lejos, nadie… ni Silencio, ni el Acertijo, ni siquiera el Joker… sabrán qué esperar de las chicas malas de Gotham. Pero dejar de actuar al margen de la ley no es un camino de rosas. Especialmente cuando hay maníacos que matan inocentes y hacen que parezca que las culpables son nuestras protagonistas, cuando la nueva identidad civil de Hiedra resulta mortalmente difícil de mantener, y cuando la hermana de Catwoman va a la ciudad a terminar con el demonio que cree que posee a Selina… ¡y con su vida, de paso!
Una de las colecciones más esperadas por los fans en 2009 fue este Gotham City Sirens, tanto por la vuelta a los guiones de Paul Dini, creador del personaje Harley Quinn, como por el fichaje del dibujante mallorquín Guillem March, que había demostrado sobradamente su capacidad para dibujar mujeres esculturales y, sobre todo, muy fuertes e independientes, en sus publicaciones españolas Sofía, Ana, Victoria y Laura (Dolmen Editorial, 2006-2007) como en el mercado estadounidense en The Joker’s Asylum: Poison Ivy (DC Comics, julio 2008). Posteriormente March se haría cargo de más colecciones de la bat-familia, como Catwoman, Detective Comics o Azrael. En este Gotham City Sirens, que en España conocemos como Musas de Gotham (perdiéndose así el doble sentido de la palabra sirenas), Dini y March hacen formar un improbable equipo a Catwoman, Harley Quinn y Hiedra Venenosa, más para mantenerse a salvo mutuamente que para cometer crímenes. Las tres están (más o menos) rehabilitadas y prefieren mantener un perfil bajo, ocultas en Gotham bajo el radar de Batman.

Dibujo de Guillem March
La historia se inicia cuando Hiedra Venenosa tiene que ayudar a Catwoman a enfrentarse a un villano de tres al cuarto que está intentando hacerse un nombre en la ciudad. Catwoman aún está débil después de su encontronazo con Silencio, y es reacia a pedir ayuda. No obstante, reconoce que aún no está en su mejor forma física y acepta la ayuda de Hiedra, que está viviendo con Harley Quinn en el apartamento del Acertijo, mesmerizado éste por los encantos (y la toxina hipnótica) de Hiedra. Al final, las tres deciden alquilar un antiguo refugio de animales abandonado, que redecoran a su antojo gracias al dinero que arrebataron a Silencio, donde intentan retomar una vida «normal», o al menos menos extrovertida que la que llevaban anteriormente. No obstante, su condición de «amigas» de personajes como Batman, el Acertijo (reconvertido en detective privado) y el Joker les ponen en el punto de mira de algunos de los villanos más extraños de Gotham.
Paul Dini juega con estos personajes con plena libertad y sin interferencias a la hora de formar este equipo más basado en la desconfianza y la supervivencia que en la auténtica amistad. Reticentes compañeras de piso y de aventuras, que encuentran una sinergia en la que no habían caído antes, y que se ven forzadas a sacarse las castañas del fuego las unas a las otras, en historias cortas, de dos o tres números cada una, a lo sumo. No hay lugar aquí para grandilocuentes arcos argumentales. Dini es experto en historias cortas (fruto de su experiencia en los capítulos de la serie de animación televisiva de Batman), y rehúye aquí las grandes amenazas planetarias y los crossovers. Mantiene a sus Musas en un microverso dentro de Gotham, apartadas del ojo del murciélago, pero siempre bajo su sombra. Con excepción de Harley Quinn, que no deja de ser una chiflada adorable (y muy poco homicida, debo añadir), tanto Catwoman como Hiedra son mujeres endurecidas por los acontecimientos, que no están dispuestas a soportar impertinencias de ningún hombre (o mujer). Casi han dejado de ser villanas, pero aún no se han convertido en heroínas; están en esa tierra de nadie en que tienen que encontrar su lugar en el mundo. Viven atadas a Gotham, una ciudad que odian pero sin la cual no pueden estar. A Dini le acompañan en números sueltos los guionistas Tony Bedard (Green Lantern), Scott Lobdell (Capucha Roja y los Forajidos) y Marc Andreyko (La muerte de Hawkman), con un trabajo cumplidor y sin estridencias.

Dibujo de Andrés Guinaldo
El tomo cuenta también con los maravillosos dibujos de Guillem March, David López (Lobezna) y Andrés Guinaldo (Liga de la Justicia: La guerra de la Trinidad), y del no tan bueno Peter Nguyen. En el caso de March, su capacidad para dibujar esas hermosas mujeres queda más patente que nunca, en una serie hecha a su medida, en la que las escenas de acción cobran una nueva dimensión con un dinamismo inusitado. March cuenta también con el suficiente talento narrativo y vis cómica (recordemos sus páginas de Haciendo Amigos para Dolmen) para no estar sólo ante una serie de pin-ups bonitos, resultando un cómic agradable tanto de ver como de leer. David López se hace cargo del número 7, manteniendo un estilo similar al de March, y luego es el segoviano Andrés Guinaldo el que toma las riendas gráficas de la serie durante los números 10 y 11 con un estilo más clásico aunque igualmente eficaz, para luego tener al hawaiano Peter Nguyen, especialista en hacer números de relleno para las grandes editoriales, cerrando los dos últimos números de este volumen, con un estilo muy flojo que desmerece mucho al compararlo con los artistas que le han precedido en la serie. Aquí podéis leer la entrevista que hicimos a Andrés Guinaldo hace unos años para esta misma web.
Este volumen de ECC Ediciones recoge los números 1 al 13 de la serie Gotham City Sirens, publicada anteriormente (añadiendo el 14) como Musas de Gotham por Planeta Cómic en dos volúmenes en rústica en 2010. Para cuando leáis esto, ECC ya habrá sacado a la venta el segundo y último volumen de la colección. Una colección que acabó con la llegada de los Nuevos 52 en 2011, y que dejó muy buen gusto entre los lectores, tanto por los ágiles y entretenidos guiones de Dini como por los impresionantes dibujos de March y Guinaldo. Recomendable para los que buscan algo más que bonitos pinups, y quieren aventuras protagonizadas por personajes femeninos fuertes e independientes.