Tenemos nueva entrega de la recopilación en rústica del Daredevil de Chip Zdarsky y compañía dentro de la línea Marvel Premiere. Tras el inesperado giro argumental del tomo anterior, sabíamos que se avecinaba una nueva etapa en la serie. Una nueva etapa que comienza en Cumpliendo condena, un título que nos deja claro por dónde van a ir los tiros en próximas entregas.

Como vimos en Verdad o atrevimiento, Matt Murdock ha asumido la responsabilidad por sus actos pasados y ha aceptado entrar en la cárcel por el homicidio involuntario que cometió al principio de la era Zdarsky. Pero, en un extraño retruécano legal, dado que ese homicidio fue cometido por Daredevil y no por su identidad secreta, quien es encarcelado es Daredevil, a diferencia de lo que ocurrió en la etapa de Ed Brubaker, que tuvo a Matt Murdock entre rejas. Con traje de prisionero y todo, pero con la máscara del Diablo Guardían puesta. Y eso hace que en la cárcel tenga que enfrentarse a todos los enemigos que se ha creado con su identidad superheroica. A priori, lo primero que pensamos es en todos los malhechores que ha ido deteniendo a lo largo de los años… pero es que resulta que el alcaide de la prisión es el padre de Ola de Crímenes. un personaje del pasado lejano del personaje. Todo hace pensar que la estancia de Murdock en la cárcel va a estar lejos de ser un camino de rosas, y además se da cuenta (una vez más) de que estar al otro lado de las rejas no es exactamente lo que se piensa desde el punto de vista de un tipo trajeado en un juzgado.

Pero la Cocina del Infierno no se puede quedar sin su Diablo Guardián. Mientras Murdock está en la calle, un nuevo Daredevil patrulla la ciudad, como ya vimos en las últimas páginas del tomo anterior. Elektra ha reemplazado a Matt bajo el traje del diablo rojo, y sus métodos son mucho más expeditivos que los del titular, de la misma forma que ocurrió a finales de los 80 y principios de los 90. Esta Elektra Daredevil juega en la liga del Batman Jean Paul Valley, de la Wonder Woman Artemisa o del Capitán América John Walker. No se limita a intentar parar los pies a los supervillanos: Elektra es proactiva, y le echa los arrestos que anteriormente ha acusado a Matt de no tener.

Al estar integrada dentro del Universo Marvel, esta serie sufre aquí una leve interferencia. Estos número fueron publicados simultáneamente al evento Rey de Negro, y a Zdarsky le tocó integrar la serie en él, saliendo razonablemente airoso en este impuesto lance. Por otro lado, siguen adelante, sin prisa pero sin pausa, las subtramas de las maquinaciones de Wilson Fisk, antiguo Kingpin -probablemente, de cara hacia el futuro evento El Reinado del Diablo, que los que seguían esta serie en grapa ya leyeron el año pasado- y la historia del Puño, los enemigos de La Mano. Lo del hermano de Matt Murdock con el hijo de Wilson Fisk quizás sea la subtrama que menos nos convence de lo que hemos podido leer por aquí.

A los lápices, seguimos teniendo al cada día más espectacular Marco Checchetto como dibujante principal, pero también con su lentitud habitual. En esta ocasión, en lugar de meter dibujantes invitados ocasionalmente, se reparten las tareas entre Checchetto y Mike Hawthorne, encargándose este último de las escenas de la cárcel y el italiano de todo lo demás. Aunque Hawthorne hace un trabajo más que respetable, la diferencia de calidad entre ambos ilustradores es más que notable. Pero también es cierto que la diferencia entre Marco Checchetto  y el 90% de los ilustradores del cómic superheroico actual es más que notable.

Como decíamos anteriormente, aunque el ritmo de el Daredevil de Chip Zdarsky no es ni remotamente trepidante, las tramas van avanzando poco a poco. Cumpliendo condena es el penúltimo tomo del volumen actual del personaje, que tendrá su continuación en septiembre con Encierro. Tras este tomo llega el mencionado evento El Reinado del Diablo, que posiblemente veremos a principios de 2024 en Marvel Premiere. La verdad es que, echando la vista hacia atrás y viendo dónde estamos ahora mismo, el interés por esta serie sigue intacto. Seguiremos, como mínimo, hasta el evento en cuestión, y después de él ya veremos si la lectura sigue siendo tan satisfactoria como hasta ahora.