El 2020 está siendo un año terrible. No hay absolutamente nada que no se haya tambaleado por culpa de la crisis sanitaria. Por supuesto, el cine y la cultura no han conseguido escapar de las garras del coronavirus, provocando el cierre de las salas de todo el planeta con los consiguientes retrasos en el calendario de estrenos de las principales distribuidoras. Este ha sido el caso de la película protagonizada por la Viuda Negra, que pasó de mayo, al pasado noviembre, para más tarde retrasarse hasta mayo de 2021… y ya veremos si se estrena.
Tras esta absurda diatriba llego hasta el tebeo que nos ocupa, protagonizado por la Viuda Negra. Una recopilación de su primer serial de importancia en solitario en los años ochenta dentro de la prestigiosa cabecera Marvel Fanfare. Una edición que, podría decirse, nos llega de rebote, porque su publicación inicial estaba prevista como grapa dentro de la malograda línea Marvel Facsímil.
Algo tiene que tener este material para que al final haya llegado a ver la luz pese a no contar con el apoyo de la película ni con un formato más económico… Y eso, por no mencionar que las ediciones de este material dentro del coleccionable de Marvel Héroes o incluso el especial que se le dedicó en la recordada Biblioteca Marvel son todavía fácilmente encontrables.
La araña trepa sin compañía
Como hemos comentado, esta aventura fue la primera vez que pudimos ver a Natasha Romanoff actuando por cuenta propia. Ojo, estamos hablando de 1983, una época en la que quitando algunas series regulares como Ms. Marvel, The Savage She-Hulk, Spider-Woman o Dazzler no era muy habitual encontrar proyectos protagonizados por mujeres dentro de La casa de las ideas. Para este cometido se contó con Ralph Macchio en los guiones y el mítico George Pérez para las labores artísticas. El resultado es una historia cien por cien de espías que poco o nada tiene de los superhéroes imperantes en la editorial.
Seamos francos. En Marvel Fanfare: Viuda Negra no vamos a encontrar una historia que nos vuele la cabeza, tampoco una reinvención de la rueda o algo que sea original. Lo que nos vamos a encontrar es una aventura diabolicamente entretenida y hecha con mucho cariño al personaje. La trama orquestada por Ralph Macchio bebe de manera nada disimulada de las películas y novelas protagonizadas por James Bond o la versión femenina (y superior) de este, Modesty Blaise.
Todos los tópicos habituales en estas historias de espías estarán presentes: desde la venganza de un villano al que se consideraba fallecido al regreso de una persona muy importante del pasado, sin olvidarnos de los gadgets, los grandes planes megalomaniacos, los secuaces pintorescos o los escenarios exóticos. Todos estos ingredientes conforman una historia en la que la Viuda Negra deberá probar a los demás y a sí misma que es digna de redención por los pecados de su pasado. Si bien es cierto, que hacen demasiado hincapié en esto. Casi hasta el punto que me imagino a nuestra protagonista pidiendo la hora en el helitransporte de Shield y siendo respondida en plan: “um, no sé, antes eras de la KGB”. Pelin suspicaces los secundarios de la historia, y no solo Nick Furia.
Pero dejando este tipo de detalles de lado, y obviando también las habituales machistadas de la época, estamos posiblemente ante la mejor aventura en solitario de la Viuda Negra, salvo quizás las miniseries que salieron dentro de la línea Marvel Knights. Sin duda supera en calidad artística y entretenimiento a las intentonas de Marjorie Liu, Mark Waid o Richard K. Morgan.
De todas formas lo mejor es ver a un George Pérez pletórico en la mejor decada de toda su carrera. Unas viñetas cargadas de detalles, una planificación de página llena de composiciones originales para lo que era el género de superhéroes y una rabiosa narrativa que casi parecía que Natasha se iba a salir del papel en más de una ocasión. El dinamismo que otorgaba a su figura cuando peleaba o saltaba a ciegas por una ventana es sencillamente espectacular.
No se vaya todavía que aún hay más
Este tomo lleva una serie de extras. El más suculento es sin duda una historia corta extraída del número 25 de Bizarre Adventures que vuelve a contar con guion de Macchio, pero con arte de Paul Gulacy y en glorioso blanco y negro (como era habitual en ese magazine). La estética que tiene toda la historia es de puro noir de espías de los años cincuenta. Es un relato algo más relajado que su predecesor, pero igualmente interesante al mostrarnos otros aspectos de la vida de Natasha que se habían ignorado hasta el momento.
También podemos encontrar una recopilación de tiras realizadas por el propio Al Milgrom, que en un tono jocoso nos hablan del proceso de selección de historias y materiales para la confección de Marvel Fanfare. Por último, hay una reproducción exacta de una carta de Jim Shooter haciendo publicidad de la novela gráfica Super Boxers. Puede que todo esto choque con las historias de la Viuda Negra, pero personalmente me parecen unos extras la mar de interesantes, más de hecho que las páginas de bocetos y similares.
Por último destacar la bonita edición que ha realizado Panini. Tomo en formato Cartoné con muy buena reproducción de materiales. Aunque quizás un papel más poroso le habría venido mejor a la paleta de color de Petra Scosese.