Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Deluxe. El inmortal Hulk 3. Hulk es Hulk

Marvel Deluxe. El inmortal Hulk 3. Hulk es Hulk
Guion
Al Ewing.
Dibujo
Joe Bennett, Germán García, Tom Reilly, Matías Bergara, Javier Rodríguez, Nick Pitarra.
Tinta
Ruy José, Germán García, Berlardino Brabo, Marc Deering, Sean Parsons, Tom Reilly, Matías Bergara, Cam Smith, Álvaro López, Mark Morales, Nick Pitarra.
Color
Paul Mounts, Chris O'Halloran, Javier Rodríguez. Michael Garland, Dono Sánchez-Almara.
Traducción
Gonzalo Quesada, Raúl Sastre.
Formato
Cartoné, 264 págs, color.
Precio
32€.
Editorial
Panini. 2024.
Edición original
The Immortal Hulk 25-33 y material de Incoming One-Shot (Marvel).

Después del anterior tomo en el que Hulk resolvía la trama de la Base Sombra, Ewing pega un giro de 180º a la serie. Primero nos hace un interludio que vuelve a recordar a La cosa del Pantano de Alan Moore cuando mandó al bueno de Swampy al espacio. El número 25 que abre este Marvel Deluxe. El inmortal Hulk 3. Hulk es Hulk es un número doble que dejará con el gesto torcidoa más de uno, por lo inesperado, con esa historia cósmica con extraterrestres que siguen expandiendo el concepto de Hulk un poco más allá. Pero es que a partir de ahí, la serie da un giro en el que de una serie de terror vamos a saltar a géneros que van desde el «monster exploitation» hasta la crítica social más salvaje. Panini sigue publicando la edición Marvel Deluxe de la serie a un ritmo bastante alto.


Y es que a partir del número 26, y con Fortean fuera de combate, Ewing nos plantea un nuevo némesis para nuestro pluripersonal protagonista. Banner se ha propuesto acabar con los poderes fácticos capaces de desviar una enorme partida presupuestaria para crear un ejército secreto que use el cuerpo de Hulk para crear su propia armada de superhombres. Dario Agger, el minotauro que dio más de un quebradero de cabeza a Thor durante la etapa de Jason Aaron será quien se proponga acabar ahora con Hulk, y para eso está dispuesto a tirar la casa por la ventana.

Es muy curioso cómo sigue aprovechando Ewing todos los elementos relacionados con Hulk para construir su gran catedral narrativa. Viendo este tomo en contexto podemos ver cómo se centra en la trama de Agger y esa metáfora del capitalismo y los movimientos ultraconservadores representados en un monstruo. Podía haber sido mucho más obvio y facilón simplemente utilizando a un Obadiah Stane o a un trasunto de Trump… pero escoge a un monstruo, metáfora muy afilada para dejar claros sus ideales y cómo veía a su país allá por 2020. Sin embargo, y a pesar de que la historia está bien planteada, no dejan de aparecer pequeños huevos de pascua que dejan claro que esta es la gran serie sobre Hulk. Desde personajes como Rick Jones (más cósmico que nunca), el cameo del Líder, Amadeus Cho o ese camarero que a más de uno nos sacaría una sonrisa… al Hulk primigenio. Aquel que fue Hulk antes del propio Hulk: Xemnu.

Sin entrar en demasiados detalles, la trama de Xemnu sirve para, una vez más, contar una historia a varios niveles. Puedes verla como un simple enfrentamiento entre monstruos que se pegan sin más, pero realmente está desmenuzando la sociedad en la que vivía, nos habla de la manipulación mediática, tema omnipresente gracias también a Roxxon, con su propia cadena de comunicación y sus aplicaciones sociales. Xemnu es un personaje creado por Stan Lee y Jack Kirby en la revista Journey into Mistery un año antes del nacimiento del Universo Marvel tal cual lo conocemos, y que ha sido reutilizado posteriormente en algunas ocasiones, precisamente en las series de los Defensores o la de Hulk. En sus primeras apariciones era referido como el Hulk o el Hulk viviente.


En este tomo vemos varios autores participando en el dibujo además del dibujante titular. Joe Bennett sigue dibujando la mayor parte de los números, pero ya hay algunos en los que cuenta con la ayuda de otro dibujante para ciertas líneas argumentales, como es el caso de Javier Rodríguez que colabora en un número para contar una subtrama en la que aparece Daredevil, o el también español Germán García, que se encarga de toda la subtrama espacial del número con el que se abre el tomo. Especial mención a Tom Reilly y Matías Bergara, quienes se encargan del número 28 de la serie, en una historia protagonizada por un guardia de seguridad de Roxxon que tiene que hacer frente a la Brigada Juvenil, ese grupo de jóvenes activistas que utilizan el rostro de Hulk para sus protestas. El planteamiento de este número tiene una potente carga emocional y el trabajo de estos dos autores encaja muy bien con el tono del número.

Aunque a mí ha habido un número que me ha gustado especialmente, dibujado por Bennett, en el que vamos a ver toda la historia narrada en tres líneas de viñetas. La primera la protagoniza Agger, la segunda Hulk y la tercera dos agentes de la unidad BERSERKER de Roxxon. La gracia del número es que en determinados momentos las líneas se van cruzando entre sí, e igualmente sucede con las filas de viñetas, que van fusionándose para mantener el mismo espacio entre las mismas.


En definitiva, Marvel Deluxe. El inmortal Hulk 3. Hulk es Hulk sigue siendo una gota de aceite en el mar editorial de cómics superheróicos de los últimos años. Es asombrosa la capacidad que tiene de integrar todo el universo Hulk, jugar con los conceptos y remodelar la cosmogonía de este universo, a la vez que mantiene una dosis suficiente de palomiteo para entretener a aquellos que no quieren profundizar más en todo lo que intenta contar Ewing. Giro radical en la serie, pasando a historias en las que se vislumbra una potente crítica social y política, sin olvidar algunos de esos conceptos omnipresentes hasta el momento como los espejos, las diferentes personalidades o la capacidad de renacer.

Lo mejor: La capacidad de reinventarse en todo momento. Los números 27 y 28. El simbolismo para hacer la crítica social.

Lo peor: Puede que para algunos, tanto simbolismo y líneas argumentales que siguen sin resolverse haya conseguido superarles a estas alturas de serie.