El pasado mes de septiembre ECC inauguró su nueva línea editorial “Grandes novelas gráficas DC” con los títulos “Batman: El tribunal de los búhos” y “Lobo: Retrato de un bastardo”. Como bien sabréis, el pasado nueve de octubre Keith Giffen, co creador del personaje (que debutó en el número tres de Omega Men), falleció, uniéndose de esta manera a Alan Grant, el guionista que le acompaña en la mayoría de las historias de este volumen, que murió en julio de 2022. Qué triste es ver cómo se van yendo toda una serie de autores que admiras: George Pérez, Tim Sale, Carlos Pacheco, Kevin O’Neill, Neal Adams… menudos dos años nefastos. Pero bueno, antes de caer en la tristeza y la melancolía lo mejor será prestarnos a celebrar la vida y disfrutar de los tebeos que tenemos por delante.

Lobo: Bastardo, cazarrecompensas, malhumorado, cabezón, es decir, El Hombre

Si os fijáis en la portada del tebeo, el único crédito de autoría que figura es el de Simon Bisley. Por primera vez, se recopilan en un solo volumen todas las historias de Lobo dibujadas por el creador gráfico de Slaine. Pero ya hablaremos más tarde del arte de volumen.

Del Lobo que debutó en los años ochenta al que ocupa estas páginas solo queda el nombre y algunos retazos de su origen. Giffen, Grant y Bisley no podían imaginar que el cómic que estaban a punto de publicar llegaría a tener el éxito que tuvo. La intención de los autores era parodiar (Giffen es un maestro del humor) la época de los años noventa donde parecía que el lector solo quería tebeos de Lobezno, Veneno o Punisher (hasta tres colecciones regulares simultáneas tuvo el Castigador, ¡tres!). Por este motivo, la presencia física de Lobo es tan exagerada. Ropa de cuero, un peinado que bien podría ser el del Logan, una cadena enrollada en el antebrazo y una moto tipo Harley con la que surcaba el espacio.

Lobo llegaría a conseguir su propia serie regular que alcanzó las sesenta y cuatro entregas, además de múltiples miniseries. En su momento Zinco y Norma publicaron el material en formato grapa o prestigio según la editorial. Por su parte, Planeta lo reeditó en formato Universo DC (ya sabéis, tomitos) y de momento no parece que ECC esté por la labor de lanzar una edición cronológica de uno de los mayores antihéroes del noveno arte. Por tanto, nos tendremos que conformar con este tomo, que no es poca cosa.

Paseando a Ms. Tribb

Haciendo gala de su hiperbolizada verborrea, que riánse ustedes de Masacre, a Lobo le encanta presumir de que es el último Czarniano porque un buen día se cabreó y masacró a su planeta natal al completo. Tal como lo leéis. Lo que no se podría imaginar es que un buen día le caería el encargo de escoltar hasta un planeta prisión a la señorita Tribb, su maestra de primaria. De golpe y porrazo, no solo no es el único espécimen de su especie sino que además el otro czarniano es uno de los seres que más desprecia.

Una premisa tan alocada como el desarrollo de la serie. Una tónica que será la habitual en el resto de historias. Lobo recibe un encargo, es mucho más complejo de lo esperado y por lo tanto todo acabará a tiros. Se nota mucho la ironía, la mala baba y el fino sentido del humor (de negro a negrísimo) del Keith Giffen de la JLI. Por su parte Simon Bisley está completamente desatado e imagino que hoy en día todavía se pregunta cómo le dejaron dibujar ese tipo de barbaridades en DC. Sus figuras exageradamente musculadas y deformes van en consonancia con la brutal descarga de violencia, gore y vísceras con las que termina casi cualquier trifulca en la que acaba metido nuestro bastardo favorito.

La segunda historia fue la mini “Lobo´s Back”. Que el poco imaginativo título no engañe a nadie. La calidad de la historia no tiene nada que envidar a su predecesora. Si acaso es todavía más bestia, con un Bisley más macarra que nunca, experimentando con los límites a los que podía llegar antes de ser censurado. Una delicia verdaderamente gamberra. Hay quién compara a Lobo con los Sex Pistols. Yo diría que la comparación más certera sería hacerlo con Motörhead o Mötley Crüe. Mientras que los Pistols fueron el epítome del estallido punk inglés con esas ganas de transgredir y provocar, las otras dos bandas solo querían beber, drogarse, follar y divertirse. Vamos, lo que hicieron los autores de este puñado de historietas. No sé si las cuatro cosas… Aunque tampoco es asunto mío.

A continuación llega mi historia favorita del personaje: “Paramilitary Christmas”. El Hombre (como le gusta referirse a sí mismo en tercera persona) recibe el encargo de matar a Santa Claus. Por delante tenemos cuarenta y ocho páginas de sangre, renos y duendecillos. En su momento la historia fue muy comentada, gozando de gran acogida por parte de crítica y público, incluso existe un fan film, de muy buena factura, que adapta el cómic.

Más reciente, y sin la colaboración ya de Keith Giffen, Alan Grant es el responsable de escribir en solitario los dos números de Batman/Lobo. Para la ocasión, desde DC Cómics decidieron darle a la miniserie el tratamiento de “Otros Mundos”, para que sus autores no tuvieran que estar atados a la siempre alocada continuidad de la editorial. Aquí Simon Bisley brilla como pocas veces le he visto. Su versión de Gotham es un laberinto de piedra y hierro por el que Lobo se perderá, dejando tras de sí toda una estela de muerte y destrucción. Grant por su parte aprovecha la ocasión para mofarse de unos cuantos tópicos relacionados con la mitología del Señor de la noche.

Cierran el volumen un capítulo de la serie limitada “Una cita con Harley”, con guion de Jimmi Palmiotti y Amanda Conner y otra historia corta de Batman: Black & White con textos de Gaiman. La primera es gamberra como pocas, la segunda no pasa de lo anecdótico, destacando lo bien que le sienta a Bisley el blanco y negro.

En definitiva, Lobo: Retrato de un bastardo nos ofrece más de trescientas cincuenta páginas de cachondeo. Es posible que, en grandes cantidades, Lobo sea un personaje que pueda llegar a empachar, pero este volumen nos da una dosis bien medida que gustará a todo aquel busque pasar un rato de lo más divertido y tener un tebeo en su librería al que recurrir cuando le apetezca echarse unas risas.

La edición de ECC incluye un artículo introductorio de Fran San Rafael, una ficha del personaje, varios textos enfocados a diversos aspectos de Lobo y algunas ilustraciones de originales de Bisley y cubiertas para los recopilatorios yankees.