En el año 2004, Dolmen comenzó a publicar ensayos que profundizaban en determinados autores, en una línea que posteriormente evolucionaría a todo tipo de libros teóricos en la línea Pretextos Dolmen. Precisamente el primer libro de la la línea fue En primera persona: George Pérez, un libro escrito por un tal David Hernando, cuando daba sus primeros pasos en el mundillo del cómic, sin que nadie pudiera predecir que pocos años después acabaría siendo el Director Editorial de Planeta Cómic. Un año después de este primero, publicaría otro ensayo centrado en la figura de Frank Miller, y en otras editoriales publicaría igualmente estudios sobre la figura de gente como Bill Finger o personajes como Batman, Spiderman o Superman. Pero tras la muerte del genial artista neoyorkino con ascendencia portorriqueña, Dolmen decidió publicar una revisión de este trabajo, en cartoné y un mejor papel, ampliada hasta su muerte, y con testimonios de gente de la industria y nuevo material gráfico.

La obra está dividida en varios capítulos que se centran en las diversas etapas de su vida, comenzando desde su infancia y juventud, y cómo llega al mundo del cómic profesional a sus grandes trabajos en algunas de las series que han acabado pasando a la posteridad, hasta su última etapa antes de la retirada y su enfermedad y fallecimiento. También hay un par de capítulos en los que se analiza su visión de la industria, de la técnica de dibujo y en una serie de testimonios de gente del mundillo que pudo conocerle en persona.

Como bien se indica en el título, todo está contado… en primera persona. El trabajo de Hernando consistió en la recopilación de entrevistas y testimonios del autor y su catalogación en capítulos de una manera ordenada y cronológica, prologada por un pequeño comentario sobre cada etapa y su relevancia posterior. Y si hay algo llamativo en los propios testimonios de Pérez es su sinceridad y falta de filtro a la hora de hablar sobre determinados temas porque, si tiene que hablar de las carencias de determinados entintadores, del nefasto papel que jugó Jim Shooter en el fiasco del primer intento del JLA/Vengadores o de la evolución de la labor editorial de los últimos años, lo hace. Y creo que lo hace de un modo correcto porque en todo momento es educado en sus declaraciones y justifica cada comentario, amén de que se ve que no era una persona rencorosa y que igual que critica algún hecho concreto, reconoce los méritos de quien los tenga.

Es el caso de su inicio en el mundillo como ayudante de Rich Buckler con quien acabó rompiendo artísticamente por diferencias creativas, pero del que reconoce y agradece en todo momento su papel como mentor y de introductor ante otros autores y editores de cómic. Igual que reconoce que las primeras críticas de Neal Adams fueron muy agresivas… pero constructivas y que le ayudaron a mejorar su trabajo. Y aunque la industria ha cambiado, creo que un autor novel puede sacar verdadero oro de este libro, puesto que cuenta cómo pasó de ser un artista sin formación artística a saber detectar cuáles son los puntos importantes de la narrativa y cómo se puede mejorar con la experiencia.

Pero lo que más se disfruta del libro es leer cómo llegó a series antológicas como Jóvenes Titanes, Crisis en Tierras Infinitas, Wonder Woman o El Guantelete del Infinito. De cómo fue dibujar esas etapas, cómo llegó a ellas, cómo se las planteó, lo que le pasaba mientras escribía… convierten este libro en un documento muy rico para cualquier amante del cómic. Duele ver su sufrimiento más como fan que como autor al ver cómo se diluía el proyecto JLA/Vengadores por culpa de una cabezonería de Shooter, y cómo vio recompensado ese sufrimiento cuando al final vio la luz. Pero sobre todo, este libro viene acompañado de una gran cantidad de bocetos, de diseños, de trabajos inéditos, ¡de dibujos de su infancia! y ayuda a repasar la evolución como artista de una de las figuras más importantes que ha dado este medio, e ir viendo todas esas influencias que siempre ha reconocido y que él consideraba que marcaban lo que debía ser algunos personajes.

En definitiva, En primera persona: George Pérez es un repaso a la carrera de un grande contado por él mismo. Una crónica de casi cincuenta años de carrera deteniéndose en momentos que merecen la pausa y hablar sobre esas series que han marcado nuestras vidas como lectores. Un relato sincero y sin censura, en el que el autor muestra su punto de vista sin cortarse a la hora de dejar claro lo que le gustaba y lo que no, y cómo llegó a dejar de disfrutar de su gran pasión cuando la industria había cambiado a una velocidad más rápida que la suya propia. Lectura dinámica y divertida que, por lo reciente que tenemos aún su pérdida, nos va a dejar con un nudo en la garganta.

Lo mejor: Muy entretenido de leer. En el fondo, es un repaso a la industria superheróica de los últimos cincuenta años.

Lo peor: Que ya no esté entre nosotros.