Tras las ediciones Pocket de las precuelas de “Watchmen” dedicadas a Rorschach, el Comediante y Ozymandias llega el turno de disfrutar de la miniserie centrada en la versión DC del Capitán Átomo de Charlton, es decir, del Doctor Manhattan. Los responsables de la miniserie son J.M. Straczynski y Adam Hughes y, por el momento, es la mejor de todas las innecesarias precuelas de la magna obra de Alan Moore y Dave Gibbons.
Antes del Dr. Manhattan estuvo John Osterman
Desde que DC puso a la venta todo el proyecto de “Before Watchmen”, la polémica ha acompañado a la línea. No fueron pocas las voces que se alzaron increpando que este tipo de cómics eran totalmente innecesarios. No les falta razón, también es verdad que nada de lo que pueda contar un autor va a invalidar una sola palabra del guion de Alan Moore para la, según casi todo el mundo, mejor historia de superhéroes jamás contada. Por lo tanto, es mejor no cabrearse y disfrutar de lo que nos ofrece esta limited de cuatro números.
“Antes de Watchmen: Doctor Manhattan” está narrada en primera persona por su protagonista. En sus páginas conoceremos mejor a John Osterman, el hijo del relojero, un genio científico que sufrió un fatal accidente durante la investigación de la bomba atómica. El resultado fue la omnipotencia y el control absoluto de las leyes de la física.
Escribir a un personaje tan poderoso como el Doctor Manhattan no es una tarea sencilla. Sin embargo, Straczynski dio en el clavo mostrando a este deshumanizado personaje que, una vez obtenidos sus poderes, se debate en dudas existenciales que lo hacen más humano que nunca. De hecho, que el protagonista vaya siempre desnudo ante los demás es un reflejo de que nuestras reglas morales carecen de total sentido para él. Huyendo del determinismo filosófico, el buen Doctor reflexiona sobre las infinitas posibilidades que un acontecimiento puede causar en el complejo espacio tiempo.
Aunque el guion de “Antes de Watchmen: Doctor Manhattan” es menos complejo de lo que nos quiere vender su autor sí que es cierto que se trata de una obra que conviene leer con atención, ya que las habilidades del miembro más poderoso de los Vigilantes hacen que el hilo conductor salte continuamente en el tiempo y el espacio, ofreciendo al lector diferentes versiones de la historia resultantes de las diferentes decisiones que John pudiera tomar en un momento u otro.
De hecho, esta es la primera miniserie que sí enrosca claramente con la propia “Watchmen” en algunas escenas. La obra también nos ofrece numerosos vistazos al pasado del Doctor Manhattan, como su huida de la Alemania nazi o la relación con su padre. Ya, haciendo uso de sus poderes, el taciturno doctor reflexiona sobre los posibles desenlaces de su primer encuentro con Espectro de Seda o qué hubiera pasado si el accidente que le cambió para siempre hubiera tenido otro resultado.
Sin duda, se trata del mejor trabajo de Straczynski para DC (cosa que no era complicada viendo sus resultados en series como “Superman: Tierra Uno” o “Wonder Woman”). Pero claro, si “Antes de Watchmen: Doctor Manhattan” es tan recordada es porque el enorme Adam Hughes puso todo su talento a la hora de ilustrar la obra. Todo un lujo (para el guionista y para nosotros) que dibujara los cuatro números completos, puesto que apenas se prodiga en interiores desde hace unos cuantos lustros. Laura Martin remata el aspecto gráfico con una paleta de colores con tonalidades pastel que le da cierto aire de misterio e irrealidad que le sienta de maravilla al tono de la historia.
En definitiva, una historia de lo más recomendable. Aunque si sois de los que consideráis que “Watchmen” es algo intocable, mejor no os acerquéis. Eso sí, os estaréis perdiendo un tebeo cojonudo.