Sin prisa pero sin pausa, ECC sigue rescatando las miniseries precuela de “Watchmen” en formato Pocket. Hace unos meses pudimos disfrutar de la historia protagonizada por Rorschach, y en enero se publicó la propia de Ozymandias. Parece que va cogiendo ritmo la cosa y este año podría estar completa la colección de “Antes de Watchmen”.
Ahora bien, antes de meternos a hablar de esta aventura en solitario de El Comediante me gustaría indicar que el guionista Brian Azzarello ha hecho lo posible por ofrecer una historia propia sin tratar de emular en ningún momento a Alan Moore. Se podría escribir mucho sobre si estas precuelas (o la maxiserie “El reloj del juicio final”) eran necesarias o no. Yo solo digo que, a título personal, por lo general me están pareciendo entretenidas y en ningún caso tratan de corregir, matizar o invalidar detalle alguno de la serie original.
La trama de “El Comediante” nos presenta a Edward Blake unos años después de su estancia en los Minutemen y antes de los Vigilantes.El guionista de “100 Balas” se marca un relato de lo más interesante en el que el protagonista se ve envuelto en ciertos acontecimientos reales de la historia de Estados Unidos, como la Guerra de Vietnam o su relación con los Kennedy, en una suerte de versión ultra violenta de la película Forrest Gump de Robert Zemeckis. Especialmente importante es la trama con la mencionada familia de políticos, con un componente conspiranoico muy bien trabajado.
Me ha gustado mucho cómo Azzarello se ha detenido en mostrarnos una Norteamérica oscura y podrida con la lucha de poder entre las agencias de la CIA y el FBI, o su incursión en un conflicto que nadie quería por unos intereses de lo más indeseables. El escenario de Vietnam es muy importante en esta historia en solitario de “El Comediante”, porque nos deja ver su verdadera naturaleza (más próxima a un animal salvaje que a un ser humano) con su actitud machista y xenófoba reflejo de una personalidad narcisista y psicópata. En este aspecto, cabe destacar que la versión cínica y nihilista mostrada por Alan Moore en las páginas de “Watchmen” no se atisba demasiado.
Por lo demás, la historia va saltando en el tiempo entre los años 60 y 70 a la par que nos enseña diversas facetas de Edward Blake. Azzarello no se complica demasiado ofreciendo una historia con mucha acción. La obra se lee con facilidad, tiene ritmo, unos diálogos excelentes (sobre todo los de Blake y los Kennedy), pero podría haber tenido mucha más chicha. Supongo que el escritor no quiso meterse en camisas de once varas para evitar al máximo posible las inevitables comparaciones.
“Antes de Watchmen: El Comediante” no es la obra maestra que dicen en muchos sitios, pero tampoco es un desastre o un sacacuartos sacrílego como también es referida. El problema es que el nombre de “Watchmen” tiene un peso en la industria demasiado importante y su larga sombra es casi infinita. Pero, amigos, estamos hablando de tebeos y al final es tan sencillo como acercarte a leerlo si te apetece o ignorarlo tranquilamente, ambas opciones son igual de válidas.
Lo que sí es excelente es el dibujo de J.G. Jones con su gusto por el realismo, el detalle y una narrativa que quita el aliento. No es su mejor trabajo, pero siempre es un gusto poder leer cualquier tebeo ilustrado por él.
En definitiva, si os gustan los autores y os pica la curiosidad tenéis esta edición Pocket por diez euretes de nada.