Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Contrition, de Carlos Portela y Keko

Contrition, de Carlos Portela y Keko
Guion
Carlos Portela.
Dibujo
Keko.
Formato
Cartoné, 168 págs, B/N.
Precio
25€.
Editorial
Norma Editorial. 2023.

¿Es posible la redención en casos de delitos sexuales relacionados con la infancia? Alrededor de esta pregunta gira toda la obra Contrition, de Carlos Portela y Keko. Una obra que nos plantea una historia de esas que dejan poso en nuestras cabezas, pensando en todo momento qué haríamos nosotros en un caso similar y recapacitando sobre algunos aspectos de hasta dónde merecen perdón determinados delitos y si puede haber un arrepentimiento sincero o las pulsiones sexuales son irrefrenables y siempre van a estar ahí. Esta obra que ha editado Norma Editorial no va a dejar indiferente a nadie y el lector acabará la lectura con mal cuerpo y muchas reflexiones sobre las que dar vueltas y más vueltas.


La historia nos traslada a Contrition, una localidad de Florida donde se acogen a numerosos ex-convictos por delitos sexuales. Como bien muestra la introducción de la obra, la ley en dicho estado estadounidense prohibe a cualquier persona condenada por un delito sexual vivir a menos de 1000 pies (unos 300 metros) de un parque, escuela o guardería. Además, allá donde vivan deben mantener a la vista un cartel como el que aparece en la portada de la obra, indicando que ahí vive alguien condenado por ser un depredador sexual. Dicha norma condiciona a todas estas personas, haciendo que solo puedan vivir en determinados núcleos de vivienda que, generalmente, coinciden con un estrato social muy bajo. Esta obra arranca con la aparición de uno de esos ex-convictos calcinado en su casa, aparentemente, por un suicidio. Pero una astuta reportera local ve algunos detalles que la harán dudar sobre el caso y se pondrá a investigar más sobre él.

El trabajo de Carlos Portela al guión es realmente meritorio. En primer lugar porque mantiene al lector en continua tensión y una situación de incomodidad, y lo hace más por lo que el lector pueda imaginar que por lo que se acaba mostrando en la obra. Y si consigues hacer eso de una manera efectiva, la sensación que te deja es mucho más intensa que si el contenido de la obra fuera más explícito. Además, se le nota su experiencia en series de televisión (Las chicas del cable, Hierro, Bajo sospecha) porque hila toda la trama a través de una investigación con continuos giros de guión, pero sin descuidar las subtramas secundarias de los protagonistas, mostrando por ejemplo las dificultades de la periodista para compaginar su investigación con su propia familia.


El dibujo de Keko, al que ya conocemos de su famosa trilogía del Yo junto a Antonio Altarriba (Yo, asesino; Yo, loco; y Yo, mentiroso) es perfecto para una obra como esta. Con tanta masa de negro y ese trazo grueso y pesado consigue un efecto opresivo en la lectura que contribuye a las sensaciones buscadas por los temas tratados y la tensión de la propia trama. Sucede lo mismo con esa narrativa estática que provoca que cada escena sea una espera inacabable ante determinadas escenas que uno imagina cómo van a acabar continuamente.

Aunque, curiosamente, uno de los factores que más impacto tienen al leer esta obra es la introducción de Antonio Altarriba. El autor de El arte de volar o El ala rota pone el dedo en la yaga y condiciona la lectura con sus reflexiones sobre las diferencias entre la contrición (arrepentimiento sincero) y la atrición (arrepentimiento condicionado por un interés), la posibilidad real de la contrición en delitos de este tipo, y en si es justo esa condena pública continua en personas que han cumplido sus condenas. Esos temas se van a quedar latentes en nuestra mente y van a salir a la luz continuamente durante la lectura. Como es habitual, cada cual tendrá su opinión, y el hecho de ponerte en una situación así condiciona mucho la respuesta. Pero no son temas fáciles de responder y el hecho de que sean recurrentes en muchas de las escenas es algo que enriquece la lectura muchísimo.


En definitiva, Contrition es una obra brillante en muchas capas de lectura: en primer lugar por la interesante trama detectivesca del caso concreto que nos narra, igualmente por un apartado gráfico y de ambientación que consigue tensar al lector y mantener una incomodidad en la lectura con el mero hecho de sugerir, pero sobre todo por el contexto moral que tiene la obra y las vueltas que le vamos a dar a muchos de los asuntos que plantea la historia. Sin duda, deja con ganas de comentarlos con alguien y encender un debate sobre los límites de la justicia, la posibilidad de redención en delincuentes sexuales o de si estamos ante una pulsión corregible o no. Una obra estimulante a nivel intelectual que difícilmente dejará al lector indiferente. Más de este tipo de obras, por favor.

Lo mejor: El poso que deja, y lo que invita a reflexionar. La trama detectivesca en sí está narrada de una manera muy inteligente.

Lo peor: El detonante de Altarriba con su introducción, igual que enriquece la lectura con las semillas que deja, puede condicionar en los temas que uno espera ver desarrollados en más profundidad.

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