Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El arte de volar y El ala rota. Cofre edición coleccionista

El arte de volar y El ala rota. Cofre edición coleccionista
Guion
Antonio Altarriba
Dibujo
Kim
Formato
Cofre con dos tomos en cartoné, 224 y 256 páginas
Precio
45.50 €
Editorial
Norma Editorial. 2021

Cuando salió a la venta El arte de volar, allá por 2009, me pasó por debajo del radar. Me enteré de su existencia cuando se lleva el Premio Nacional de Cómic un año después, en 2010, y también entonces la dejé pasar. No había leído nada escrito por Antonio Altarriba, con lo que no tenía referencias sobre lo que me podía encontrar, y Kim no terminaba de ser santo de mi devoción por su Martínez el facha de El Jueves. Lo de que leyera por entonces que era una historia de la Guerra Civil y el Franquismo tampoco ayudó a motivarme. Con el tiempo, sale una secuela de esta obra, El ala rota, y la práctica totalidad de voces en mi entorno me dicen que estoy cometiendo un error terrible dejando pasar estas obras. Me las apunto en la lista de lecturas pendientes, en un mercado editorial sobresaturado y con varias estanterías en casa llenas de obras de todo género pendientes de leer. Con la aparición de la trilogía Yo, asesino, Yo, mentiroso y Yo, loco me queda claro que el de Antonio Altarriba es un nombre al que hay que prestar mucha atención, y me hago la firme promesa de que El arte de volar y El ala rota entran en la lista de “algún día”. Y ese día ha llegado con el cofre que ha lanzado Norma con las dos obras en un pack. Dos obras que se pueden leer por separado pero que leídas juntas dan una experiencia mucho más potente.

El arte de volar: Antonio

Quien diga que El arte de volar es una historia de la Guerra Civil y el Franquismo está totalmente equivocado. Es una historia durante la Guerra Civil y el Franquismo, y antes de la primera y después del segundo. Una historia de una persona corriente, Antonio Altarriba padre, desde su nacimiento a principios del siglo XX en Peñaflor de Gállego, un pueblecito rural de unos mil habitantes en Zaragoza, hasta su suicidio en una residencia de ancianos de La Rioja en 2001. Una persona a la que la vida le dio palos en su pueblo de niño, a través de su padre, que recibió más palos durante la Guerra, en el bando Nacional que le tocó por azar geográfico, y del que huyó al Republicano para recibir más palos. Y más palos en el exilio en Francia, y tras la vuelta a la España del Franquismo con la cabeza gacha, y en una relación de pareja que no funcionaba, y en la Transición y en la Democracia. Antonio es un pobre diablo cuya vida, aunque tuvo momentos buenos, puesta en una balanza, se inclina del lado malo. Pero es que además, su vida fue larga, demasiado larga. Noventa años, que terminan en uno de los pocos momentos en los que es dueño de su destino y elige poner fin a su existencia saltando desde la ventana de un cuarto piso.

El arte de volar pg1

El arte de volar está narrado en primera persona, pero escrito por su hijo a partir de un puñado de notas que encontró entre las pertenencias de su padre tras su fallecimiento. De este modo, el hijo se mete en el pellejo del padre, con el que no tuvo una relación precisamente cercana y a través de esta narración llega a comprender un poco más la vida de un personaje profundamente complicado. Y llega a entenderlo de una forma tal que no necesita justificar sus actos ni embellecerlos con una capa de barniz de idealismo.

Al dibujo tenemos al mencionado Kim, en una elección que en una primera aproximación a la obra no termina de encajar. El característico estilo del dibujante barcelonés está íntimamente asociado a su obra más longeva, Martínez el facha, una serie de humor político y social que, semanalmente, ha superado los cuarenta años de publicación. Los que en su día fuimos lectores habituales del Jueves tenemos su trazo asociado a unos personajes que fueron parte fundamental de la historieta española de los 70 y los 80, pero que hace tiempo que dan la sensación de parte del pasado. Sin embargo, pasadas pocas páginas, el lector se puede dar cuenta de que el trabajo de Kim es impecable, y que se pone al servicio de la historia, sin más relación con Martínez que su evidente similitud gráfica. En El arte de volar, Kim hace un trabajo visceralmente emotivo, y resulta el complemento perfecto al guion de Altarriba. Lo que un puñado de páginas atrás resultaba una elección cuestionable resulta, terminado este tomo, la única elección posible, y es imposible imaginar esta obra con otro dibujante más apropiado. Sin duda, una de las grandes obras del cómic español del S.XXI.

El arte de volar pg2

El ala rota: Petra

En El arte de volar, el protagonista absoluto de la historia es Antonio padre, pero en su vida, Petra, su esposa y madre de su hijo no pasa de ser un personaje secundario, y Antonio hijo se queda con la sensación de que había sido injusto con su madre, retratándola como una mujer beata y conservadora, diametralmente opuesta a la figura de su padre, pareciendo más un contrapunto a Antonio que su esposa durante tres décadas y media. El ala rota es una obra de justicia hacia su madre, ya muerta años atrás.

el ala rota pg1

La historia de Petra empieza en su lecho de muerte. En ese momento, teniendo Antonio Altarriba hijo cuarenta y seis años, se entera de que su madre tenía una invalidez en un brazo que le impedía moverlo. Una invalidez que, según ella, había estado ahí siempre. En ese momento, Antonio se da cuenta de que no ha conocido a su madre, y que posiblemente nadie lo ha hecho. Y éste es el punto que le lleva a investigar quién había sido su madre.

Si en El arte de volar vimos que el padre del guionista había sido un perdedor toda su vida, en El ala rota nos cuenta la vida de otro personaje que nunca pudo surcar los cielos. Petra, que se llama así por haber estado a punto de ser asesinada por su propio padre con una piedra el día de su nacimiento, es una mujer sumisa, obediente, en un mundo machista. Si hoy en día tenemos todavía mucho camino que recorrer en materia de igualdad de género, en un pueblecito rural de Valladolid hace más de un siglo, la cosa era mucho peor. Petra fue maltratada por su padre, republicano, violento y alcohólico, minusvalorada por el general para el que trabajaba, despreciada por su marido, que buscaba en prostitutas el sexo que ella no le daba, controlada por las monjitas de la residencia en la que vivió sus últimos años, y finalmente ignorada por su propio hijo hasta sus últimos días. Mientras que Antonio padre fue un hombre que recibió un golpe cada vez que intentaba levantar la cabeza, Petra nunca dejó de mirar hacia abajo. Dos personajes que fueron, cada uno a su manera, grandes perdedores en su propia existencia y que se hicieron infelices el uno al otro. Posiblemente sus vidas habrían sido mucho más ricas si se hubieran separado a tiempo.

En El ala rota, Kim ya tiene totalmente dominado el estilo realista que adopta en El arte de volar. Aún teniendo el mismo registro, se le nota aquí mucho más suelto. Quizás la historia de la madre no sea tan explosiva, tan visceral como la del padre, aunque quizás sea más profunda emocionalmente, pero en el plano gráfico, aún estando ambas a un nivel espectacular, Kim consigue brillar incluso más que en la obra anterior.

el ala rota pg2

Se tiende a utilizar el apelativo de “obra maestra” con mucha ligereza, pero sin duda el díptico formado por El arte de volar y El ala rota lo merecen. Son el retrato realista de una generación, la de nuestros padres y abuelos, a los que no se permitió soñar. Una generación que con sus sacrificios cimentó el mundo en el que vivimos ahora. Estamos ante un cómic que debería leer todo el mundo, y este cofre es una ocasión perfecta para que quien no lo haya hecho todavía corrija ese error.