Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Los buenos modales

Los buenos modales
Guion
Daniel Cuello.
Dibujo
Daniel Cuello.
Formato
Cartoné, 224 págs, color. 17x24 cm.
Precio
25€.
Editorial
Nuevo Nueve. 2023.
Edición original
Le buone maniere (BAO Publishing).

Nuevo Nueve publica la última obra del autor italo-argentino Daniel Cuello, tercera que ve la luz en nuestro país tras Residencia Arcadia y Mercedes. Con obras con un tono sobrio e intimista, creo que está pasando casi de puntillas por el mercado editorial, pero Cuello está creando un universo propio en el que desarrolla historias que tocan todo tipo de temas. En Los buenos modales se habla de autoestima, de abandonar la zona de confort, de compañerismo, de competitividad laboral y de familia. Todos esos temas se abordan con ese telón de fondo de gobierno totalitarista en el que «el partido» dicta lo que se puede o no hacer.


En esta ocasión nos centramos en la Oficina 84, un sitio donde sus funcionarios revisan cualquier texto, canción o incluso escritos parroquiales para asegurarse que no dañan «al partido». La directora Sofía se jubila y deja paso a Teo Salsola, un tipo introvertido, que intenta ser justo con sus compañeros pero que arrastra un pasado que le ha llevado a ser la persona que es hoy. Sus comienzos serán difíciles por el salto de ser compañero a jefe y los intentos de aprovechar esa confianza por parte de algunos, pero la férrea supervisión del sobreintendente le obligará a no distraerse ni apartarse de sus obligaciones.

La cantidad de subtramas que desarrolla Cuello en esta obra demuestra la exponencial evolución que ha tenido desde esa Residencia Arcadia, que ya me sorprendió en su día, y con la que comparte universo. Pero ojo, a pesar de estar ambientadas en el mismo mundo, son obras completamente independientes y no es necesario haber leído las obras anteriores puesto que lo único que comparten es esa ambientación, que siempre permanece en segundo plano. De hecho, uno de los fuertes del autor es precisamente cómo dosifica la información. Poco sabemos de ese partido, de ese gobierno, de quién está al mando… sí volvemos a ver esas fuerzas del orden cuyas sombras resultan amenazadoras, y sabemos el miedo que genera entre la población, pero ya está. No utiliza ese gobierno como motor de la historia, sino que sirve para aportar matices a los personajes, tanto a la hora de comprender su servilismo, como el ansia de rebelarse, o del propio miedo a no estar a la altura. Sobre ese gobierno y sus analogías con la realidad ya hablé largo y tendido en la reseña de Residencia Arcadia.


La sutilidad con la que se presentan los verdaderos temas de la obra me ha impresionado. Comienza como la típica historia de oficina formada por todo tipo de personajes: el que siempre está de baja, el trepa, el que va de amigo, la rara, la secretaria que se sobrepasa en sus funciones… y parece que estás leyendo una obra como Rotunda, en la que el centro de atención recae en la fauna de un ambiente de trabajo irregular. Pero Cuello nos cuenta mucho más, desde la historia del propio Teo, que vamos viendo a través de flashbacks que van tomando forma a medida que avanza la trama como piezas de un puzzle, a conocer realmente a todos esos personajes cuyas historias personales hacen que los entendamos y conozcamos realmente a medida que avanza la obra.

El dibujo tan particular y esas formas tan caricaturescas, con cabezas de formas irregulares simulando cardados en gente mayor, contribuyen también a esa sensación de universo compartido. Sí se le aprecia con respecto a obras anteriores un trazo más detallado y un uso del color más inteligente, con numerosas tramas y sombreados que cada vez funcionan mejor. Pero lo que sobresale es el manejo de las líneas narrativas y cómo yuxtapone escenas en una misma línea de viñetas sin que perdamos la orientación en ningún momento. Sabemos que saltamos al pasado porque se ha encargado de ir presentando esos recuerdos aislados, o cuando coinciden en la misma línea temporal, se preocupa por aportar tonalidades cromáticas diferentes y mantener siempre a la vista a algún personaje que te permite saber que estás viendo otra escena.


En definitiva, Los buenos modales es una gran obra que exprime las posibilidades narrativas del cómic y desarrolla personajes con muchas aristas de una manera orgánica, con sus propias circunstancias que condicionan esas maneras de ser. Una historia que se encuentra a medio camino entre El proceso de Kafka, Glengarry Glen Ross, o incluso 1984 de Orwell, con ese Gran Hermano que nos vigila y esa burocracia que determina nuestras vidas. La evolución que está teniendo Daniel Cuello como autor obliga a seguirlo muy de cerca. Ricardo Esteban demuestra una vez más su buen ojo como editor,  y por eso ha seguido editando todas sus obras cuando se embarcó en Nuevo Nueve. No dejéis pasar una obra con muchas capas de lectura, infinidad de subtramas que aparentan menos relevancia de la que tienen y una ambientación que se utiliza con mucha inteligencia.

Lo mejor: La evolución narrativa del autor. Lo bien que maneja las diferentes líneas temporales. Cómo consigue que comprendamos a todos los personajes, incluso los más viles, gracias a una caracterización inteligente y natural. La complejidad como personaje de Teo y cómo se esconde tras esa apariencia de tipo gris.

Lo peor: La aparente cotidianidad de los temas que toca hace que esté pasando demasiado desapercibida.

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