Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Ben Reilly: Spiderman

Ben Reilly: Spiderman
Guion
J.M. DeMatteis
Dibujo
David Baldeón
Color
Israel Silva
Formato
Grapa, 24-48 páginas
Editorial
Panini Comics. 2022
Edición original
Ben Reilly: Spider-Man 1-5 USA

Hace décadas que Marvel está sacando series ambientadas en el pasado de Spiderman. La más reputada, sin duda, fue Las historias jamás contadas de Spiderman de Kurt Busiek, ambientada en los primeros años del personaje. En esos mismos años a mediados de los 90, durante la Saga del Clon, salió Los Años Perdidos, que nos contaban parte del pasado de Ben Reilly, protagonista de la saga en cuestión. Y recientemente hemos estado leyendo las miniseries de Spiderman Simbionte, que nos llevan de vuelta a los años 80. Aprovechando la presencia de Ben Reilly en el reciente arco argumental Spiderman: Beyond, la Casa de las Ideas ha lanzado una historia ambientada en el año en el que Ben fue el Spiderman titular hace… ¿ya hace casi treinta años?

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La nostalgia noventera que estamos viviendo desde hace unos años nos ha traído de vuelta a Ben Reilly, el personaje que mejor encarna para la franquicia arácnida aquella época oscura, y que hasta hace bien poquito ha sido totalmente denostada por una buena parte del fandom. Le hemos tenido de titular durante varios meses en El Asombroso Spiderman, y ahora en esta miniserie que protagoniza con su nombre, ambientada en aquella convulsa temporada de 1994-1995. Cuando esta serie empieza, Peter y MJ ya se han mudado a Portland, como se pudo ver en La aventura final, y Ben es el único Spiderman en Nueva York.

Al principio de esta miniserie, Ben Reilly es el típico personaje noventero. Aislado, solitario y huraño, aunque ya no lleve la sudadera con capucha de su época como Araña Escarlata, Ben es el Spiderman grunge. Los años anteriores a su reaparición en la segunda Saga del Clon justifican su personalidad, pero la verdad es que era el tipo de personaje que se estilaba por la época. Y aquí se le encuentra, buscando su lugar y su identidad -los dos grandes tropos alrededor de la figura de Reilly- cuando varios acontecimientos tienen lugar simultáneamente. Un asesino en serie empieza a dejar víctimas que encuentra en webs de citas (¿había de eso en la primera mitad de los 90?), y varios de los enemigos habituales -en la época- del trepamuros acaban sueltos por las calles. Carroña, Lady Octopus o el Escorpión se dedican a hacerle un poquito más complicada la vida.

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J.M. DeMatteis, además de haber firmado varias historias memorables de Spiderman (El niño que llevas dentro es una de ellas) es uno de los guionistas que más peso tuvieron en la época noventera de Ben Reilly. A lo largo de su carrera ya nos ha dejado claro en bastantes ocasiones que las historias de corte psicológico se le dan especialmente bien, y algo de eso hay en esta historia, en la constante búsqueda de Ben intentando encajar en el mundo en el que le ha tocado vivir, pero también en las motivaciones del sorpresivo villano, cuya identidad no desvelaremos aquí por si acaso algún lector no se ha acercado a esta miniserie aún. Digamos que, para saber de quién se trata, convendría haber leído la mencionada segunda Saga del Clon.

Pero por muy bien que se le dé la caracterización psicológica de personajes a este guionista, esta miniserie tiene un par de problemas importantes, y ambos derivados de un exceso de aspiraciones para la corta extensión que tiene, cinco números americanos. Por un lado, las dos tramas, aparentemente inconexas, acaban confluyendo hacia el final para sorpresa de nadie. Si hubieran sido presentadas como subtramas en una etapa más larga, su conexión final habría podido resultar inesperada, pero no es el caso. Y por otro lado, la evolución final del antagonista es demasiado brusca, resultando un tanto forzada.

En el plano gráfico, el cántabro David Baldeón hace un trabajo espectacular con su característico dinamismo, y en las escenas de acción está para levantarse y aplaudir. El problema es que para una historia con un tono emocional tan oscuro, quizás este artista con su estilo cartoon no resulta el más apropiado.

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Ben Reilly: Spiderman resulta una historia entretenida, agradable de leer, pero bastante intrascendente, como todas las que se dedican a meter pequeños fragmentos entre huecos en la vida pasada de un personaje. Aún así, los fans de Ben Reilly, que de unos años a esta parte somos cada vez más, la disfrutarán.