La verdad es que hay muy pocos personajes tan a priori antipáticos y que, a la vez, resulten tan simpáticos como el viejo triple jota, el protagonista de este especial Spiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson, que viene a complementar la miniserie que nos dieran hace un par de años Chip Zdarsky y Mark Bagley.
Hay quien dice que, en su concepción, John Jonah Jameson Jr. era un puya de Steve Ditko hacia Stan Lee, en quien parecía haberse basado. Stan Lee, por su parte, llegó a afirmar que era idea suya como una versión de sí mismo más gruñona. Todo esto se quedará para siempre en el misterio de esa máquina farandulera de testimonios contradictorios que ha sido siempre la industria de los cómics, pero en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo es que Stan Lee fue el modelo de partida para J. J.
Hemos visto a J. Jonah Jameson mentir, apropiarse méritos de otros, ser el responsable de la creación de villanos como el Escorpión o incluso convertirse él mismo en uno a bordo de un robot Mata Arañas y, sin embargo, hay algo en su desbordante carisma o tal vez por su vis cómica, que hace inevitable cogerle cariño. Además, en la continuidad oficial, los últimos años le han servido de redención, pasando de ser el embustero e incansable enemigo, hasta convertirse en algo así como una figura paterna, hechos que con toda probabilidad tenía Chip Zdarsky en la cabeza al escribir el guion de Spiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson.
No estamos en la continuidad oficial, sino en aquella que Zdarsky y Bagley crearon para Toda una vida, donde el tiempo pasa del mismo modo que en nuestra realidad y los personajes envejecen como en la vida real desde las edades con las que fueron creados en los años 60. Si bien no está ni mucho menos exenta de los viejos tropos de las historias de superhéroes, el paso real del tiempo también acerca todas estas historias a un realismo donde los actos tienen consecuencias. Con esta premisa, Spiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson nos cuenta cómo el viejo Jonah tendrá que cumplir condena por sus crímenes. Spiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson es la historia de un hombre y su obsesión y de cómo — tal como dicen al final — tendrá que perderlo todo para encontrarse a sí mismo.
Tal como hacían en la obra madre, Zdarsky y Bagley utilizan los hechos de la continuidad oficial para darnos una versión divergente, pero fiel al personaje original, retratando sus motivaciones y obsesiones, si cabe, de un modo incluso más redondo que en la versión original. Además, dado que se trata de un experimento breve e introspectivo, la abundancia de cajas de texto con voz en off no llega a molestar, aportan atmósfera e incluso se justifica al llegar al final.
Sin resultar brillante, el Mark Bagley deSpiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson, no adolece de los descuidos y prisas que podían vérsele en algunos pasajes de la obra madre. Tal vez por la naturaleza más manejable de la historia o porque se hace acompañar de un solo entintador en toda la extensión, el resultado vienen a ser palabras que muchos años de oficio han asociado al nombre de Mark Bagley: solidez y eficiencia.
Spiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson es una historia conmovedora y resuelta con elegancia, que tocará la patata a los fans del viejo Jonah. Sin embargo, y aunque resulta un complemento excelente, no hay que olvidar que para mantener la coherencia con respecto a la obra madre, Panini ha editadoSpiderman: Toda una vida – J. Jonah Jameson en cartoné y se sube hasta los 12€, con lo que para aquellos que no tengan el Spiderman: Toda una vida, tal vez les compense esperar un poco más a la edición integral programada para mediados de año.