Saludos, queridos lectores. Lectores de libros y tebeos no prohibidos, espero. Sería una pena tener que llamar a un inquisidor para que revise vuestras bibliotecas. Porque hoy va de inquisidores la reseña. Concretamente de uno llamado Salazar.

Salazar 1: Judica causam tuam es un libro que nos trae Nuevo Nueve y que realmente es la adaptación a cómic de un proyecto de serie televisiva. Puede que el título completo de este primer tomo necesite alguna explicación sobre la parte en latín. Hace referencia a un Salmo bíblico que aparece en el escudo de la Inquisición española. Que realmente no se llamaba así, sino que era el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. Más que nada porque España no era una entidad en esa época, sino que había varios reinos que la componían. Y era en esos reinos donde tenía jurisdicción, bajo el control directo de la monarquía.

Pero me estoy dispersando. A lo que íbamos. El lema oficial era: EXURGE DOMINE ET JUDICA CAUSAM TUAM. Que traducido viene a ser algo como: Levántate Señor, y defiende tu causa.

Y Salazar viene por Don Alonso de Salazar y Frías; personaje real que, posiblemente enriquecido y evolucionado, protagoniza nuestra historia de hoy. Y la protagoniza investigando los posibles casos de brujería infernal en la zona de Zugarramurdi.

No os voy a hablar demasiado del hecho histórico. Tenéis más información en la wikipedia (que por cierto, estos dias están pidiendo donativos para poder seguir ofreciendo información gratuita y veraz. Si podéis darles unos eurillos…). Aunque tampoco sería demasiado espoiler, puesto que hablamos de 1610.

El guión de El Torres parte de la historia que conocemos y nos presenta a los personajes y la situación. Y lo hace de una forma clásica que me ha encantado. No solamente porque queda una historia abierta a continuar tanto por el camino de la historia como por los senderos del terror y lo sobrenatural. Ni tampoco es la única causa el tratamiento de las relaciones personales y sociales que nos presenta.

Es que nos presenta un trio de personajes. Tres. El número mágico. Como en los mejores clásicos de toda la vida.

Tres héroes eran el Capitán Trueno y sus amigos. Tres eran el Jabato y sus compañeros. Tres eran los héroes de El Corsario de Hierro.

¡Y que héroes!

Héroes mundanos y realistas. Tenemos a Salazar, inteligente pero atlético cuando es necesario. Culto y con una mente abierta. Teniendo en cuenta la época y el ambiente religioso, podemos tener la tentación de pensar en Guillermo de Baskerville. Personalmente yo pienso directamente en Sherlock Holmes. No solamente por sus habilidades sino porque su compañero es…

Gonzalo de Mendoza. ¿Qué historia basada en los siglos de oro que se precie carece de un espadachín o de un esgrimista? Aunque pueda parecer la fuerza bruta, el compañero poderoso nada más, yo veo en él al buen Doctor Watson. Porque aunque el cine lo suela obviar, Watson era  el apoyo fuerte de Holmes cuando era necesario. Y en ambos casos, los dos héroes se complementan.

Y como no hay dos sin tres, como un trípode necesita tres patas y porque nos faltaba todavía el héroe joven que aún está buscando su papel en la vida y en la historia, tenemos a Diego. Un personaje hijo de su época y del lugar donde habita. Y que puede que me equivoque, pero pienso que tiene muchas sorpresas reservadas para nosotros.

¿Y de qué va entonces este Salazar? Pues de un inquisidor que intenta razonar e investigar un posible caso de brujería. Sin caer en el uso de torturas ni dar por evidente la culpabilidad de las acusadas.

Y de los problemas que tendrá al hacerlo, mientras su camino se mezcla en lo que parecen otros misterios sobrenaturales.

Todo esto con un tono que va desde la aventura de capa y espada en algunos momentos a los misterios sobrenaturales en otros. Recordemos que el guionista ha guionizado también Bribones y El Puritano :-).

Como ya comentamos antes, la historia de este tomo es principalmente de presentación, por lo que nos dejará con la miel en los labios esperando que salga pronto el segundo volumen.

Pasemos a hablar del dibujo. Obra de Ignacio Noé, me ha gustado más que en la otra obra suya que reseñamos el año pasado. Sus personajes son más creibles y más humanos. Menos hieráticos.

Más humanos.

Hay unos cuantos efectos sutiles e interesantes donde juega un papel importante el color. Las luces de la época, evidentemente, vienen del sol o del fuego. Eso elimina visibilidad y permite ver menos detalles. Hay una sutil falta de definición en los fondos cuando las viñetas muestran el interior de viviendas. Esto permite también que los trazos más potentes del dibujo pongan a Salazar y sus acciones en un plano más cercano, como superpuesto a todo lo demás que vemos.

Como si la cámara se enfocase en él, desenfocando el resto de la escena. Uso esta comparación por el origen audiovisual de la historia, si me permitís la licencia.

Y hablando de licencias… Hay algo que no me ha quedado claro si es una licencia artística o un efecto buscado. Me ha parecido que todo es demasiado oscuro, demasiado amarronado. Tal vez sea una parte del estilo de Noé. O una forma de mostrar la oscuridad de un pueblo sumergido en la histeria colectiva de la brujería.

Pero siendo el lugar la Navarra del siglo XVII, todo debería ser más verde.

La edición de Nuevo Nueve es preciosa. Con una portada más centrada en una de las mujeres de Zugarramundi que en el protagonista. Pero recordemos que en el proceso, para bien y para mal, ellas estaban en el punto de mira.

Por cierto, los gentilicios de Zugarramurdi son zugarramurdiarra y zugarramurditarra, siendo el último el más comunmente usado.

Como extras tenemos un artículo sobre la Inquisición, a modo de prólogo. También tenemos un artículo del guionista del material original (David Abajo) y unos muy interesantes bocetos y notas de Noé.

Y para que no digamos que El Torres no colabora en los extras, nos ha dejado un texto sobre la creación del guión, incluyendo una de sus páginas, y el proceso ilustrado de creación desde el texto escrito para la serie hasta la página final del cómic, lista para la imprenta.

Y Javier Quintas también nos deja un texto de dos páginas.

Las guardas son totalmente negras, pero se compensa con la original y muy temática ilustración que adorna la página de créditos. Y hay que fijarse en la tipografía de época empleada en la numeración de las páginas.

Otro detalle es el retrato de Salazar en el lomo. Sería un puntazo que salieran los demás personajes en los demás tomos.

Por cierto, hay un pequeño gazapo en la ficha oficial de la web de Nuevo Nueve. La sipnosis comenta que “En 1486 se publica el ‘Malleus Melleficarum’ “. Pero el Malleus Maleficarum se publicó realmente en 1487. Culpa de las brujas navarras, seguro :-).

¿Por qué leer Salazar 1: Judica causam tuam?

Trata un hecho histórico real y poco conocido a día de hoy. Los fascinantes personajes principales. Los extras acerca de la creación de la obra.

¿Por qué no leer Salazar 1: Judica causam tuam?

No te interesan historias basadas en hechos reales.