Comentaba en la reciente reseña de El impostor, que Dolmen ha planificado una línea entera dedicada a una de las colecciones más emblemáticas de la industria del cómic en España. Ya nos habló de ella en la presentación que hicieron para compartir sus ambiciosos planes con nosotros y tenemos en tiendas los primeros títulos de este plan. Concretamente son la citada El impostor, obra que continuaba la serie en el punto que quedó tras la muerte de su autor Manuel Gago, en diciembre de 1980; y la que hoy nos ocupa, las Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz Vol. 1, primera reedición en cuarenta años de la serie compuesta por 110 números que comenzó a publicar Editorial Valenciana en 1979 tras ver lo bien que estaban funcionando las reediciones a color de los 668 ejemplares que conformaron la colección original.
Precisamente en esas reediciones a color, se aprovechó para cambiar el «Fin» de la última viñeta del último número por un «Continuará…» y aquí es donde empieza esta nueva serie en la que Gago, retomó con más fuerza que nunca sus lápices y aprovechó para introducir un sinfín de nuevos personajes y llevar al personaje a ambientaciones de lo más exótico y variopinto. Y es que la capacidad de Gago a la hora de afrontar esta serie es algo que lo podría convertir en nuestro Kirby patrio: Como comenta Carlos Giménez en la introducción del tomo, debió haber épocas en las que podía dibujar hasta un cuadernillo al día y es que tanto la serie original como esta que hoy nos ocupa, llegaron a tener una publicación semanal con una extensión de hasta 17 páginas de cómic. Una verdadera bestialidad.
Pero si el ritmo endiablado de producción no fuese suficiente, la capacidad de escritura de Gago merece un comentario al respecto. Es innegable que, como muchas de las series de la época e incluso esas otras obras que pudieron servir como antesala de esta El Guerrero del Antifaz (las obras de Alex Raymond o Harold Foster), tenían una fórmula muy sencilla: el Guerrero y su fiel aliado Fernando se encuentran un problema, el cual les llevará a luchar con enemigos y a abrir nuevas tramas que irán conduciendo a los personajes de un sitio a otro. Y sí, es una fórmula reconocible, pero no quita que sea de alabar la capacidad de Gago de ir precisamente abriendo esas nuevas tramas, por cómo va presentando personajes casi de un modo trivial y que la acción se vaya trasladando continuamente con nuevas subtramas que hacen que la lectura no sea aburrida o repetitiva en ningún momento.
En este tomo, sin ir más lejos, se abre con un especial en el que se contaba el origen del personaje, lo cual sirve como introducción para lectores que no estén familiarizados con el universo de Gago. Pero después tenemos nueve números en los que todo gira en torno al ataque de un guerrero samurai (Máscara de hierro), que sirve a la enigmática Nasika y entre los dos buscan cobrarse venganza por un ataque previo del Guerrero. La historia va saltando de una localización a otra, llevándonos a la misteriosa Isla Amarilla donde también conoceremos a uno de los personajes secundarios que más importancia tendrían en esta nueva serie: Li Chin, una curandera que acabaría asociándose con el Guerrero incluso después de estas aventuras.
Un comentario para la época de publicación. Se ha tildado a esta serie, junto con Roberto Alcázar y Pedrín, de ser series propagandísticas del régimen franquista, por algunos mensajes poco sutiles de nacionalismo. Sin ir más lejos, esta serie cuenta la lucha del conde cristiano contra los intentos moriscos de hacerse con el país. No seré yo quien entre en polémicas, y menos políticas, pero como en alguno de los muchos artículos de estas nuevas ediciones se comenta, el propio Gago hizo varios intentos de incluir algunos mensajes que no apoyan en absoluto esta teoría y que la propia dictadura acabó echando para atrás a la hora de su publicación. En todo caso, son cómics de otra época que, leídos con los ojos de hoy, pueden resultar llamativos por el trato a la mujer, o las propias expresiones que se usan como «pobre negrita» o «amarillos» al referirse a los enemigos orientales.
El dibujo de Gago es muy meritorio. Parco en fondos detallados y con un número de viñetas bastante ajustado, por motivos obvios de ausencia de tiempo físico, cumple con creces y consigue unas escenas de acción bastante dinámicas y unos diseños muy variados en cuanto a enemigos. Sí puede llamar la atención ese diseño Mazingerezco de Máscara de Hierro, o esos samurais que parecen más persas que japoneses, pero por otro lado es capaz de diseñar personajes muy variados y la máscara de Nasika funciona especialmente bien.
Pero si hay algo que salta a la vista de esta edición de Dolmen es la calidad del tomo, con un encuadernado cartoné y un papel offset de gramaje alto, y una cantidad de extras que harán las delicias de cualquier lector: desde dos introducciones a cargo de la hija de Manuel Gago y de Carlos Giménez, a dos artículos a cargo de seguidores del personaje pertenecientes a la Asociación de Amigos del Guerrero del Antifaz, con un detallado repaso a la obra del autor y una cronología minuciosa de todas las ediciones que se han publicado en España del Guerrero. Aunque la joya de la corona son unas páginas que se incluirán en cada uno de los tomos con bocetos inéditos de los personajes diseñados por el propio Gago. Una verdadera delicia.
En definitiva, las Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz Vol. 1 son el sueño cumplido de cualquier fan del personaje. Con una edición cuidadísima, cargada de extras interesantes y un libro realizado con los mejores materiales, estamos ante la que podemos considerar la edición definitiva de la última etapa de esta serie, hasta el fallecimiento de su creador. Aventuras con mayúsculas, con multitud de personajes secundarios, subtramas y un guión muy inteligente que hacía que ideas muy sencillas cobraran un volumen y un desarrollo inesperados. La edición cuatrimestral de Dolmen se va a convertir en una marca en el calendario de muchos fans de uno de los éxitos más importantes de la industria de cómic en nuestro país. Si sois seguidores, es de compra obligada. Si no lo sois, debéis echarle un vistazo para entender la historia de la industria en España, puesto que con esta edición, además de disfrutar de una exquisita reproducción de los originales, podréis leer artículos que os ayuden a comprender la importancia de una serie como esta.
Lo mejor: La edición de Dolmen, de calidad, con buenas reproducciones y material interesantísimo.
Lo peor: Leer esta colección sin perspectiva histórica y ver orientaciones políticas inexistentes.