Hemos comentado en anteriores entregas de la recopilación de La Imposible Patrulla X que, aunque se aprecia una cierta mejoría en el trabajo de Chris Claremont respecto a años anteriores, también es cierto que se limitaba a contar historias que ya nos sonaban conocidas. Hemos visto como retoma tramas heredadas de X-Treme X-Men, ha llevado a los mutantes a la Tierra Salvaje, les ha puesto a hacer deporte, nos ha dado una escena de Rondador haciendo de pirata, una fiesta de Navidad… Tuvo que llegar 2005 para que, con Dinastía de M, llegara un innovador entorno global para los mutantes y viéramos a Claremont haciendo cosas diferentes.

Aunque había habido varios eventos sectoriales en los años previos, Dinastía de M es el primer gran crossover de ámbito global en Marvel desde bastante tiempo atrás. Y aunque no deja de ser una nueva versión de La Era de Apocalipsis en la que se nos presenta un distópico mundo alternativo controlado por los mutantes y su resolución es un Deus Ex Machina de proporciones cósmicas, fue un evento con consecuencias. No fue una excusa para poner a héroes y villanos a darse de tortas para volver al statu quo previo inmediatamente después de su finalización. El “No más mutantes” de la Bruja Escarlata (difícilmente podemos considerar un spoiler a algo que ocurrió hace casi veinte años y ha sido reeditado en tres ocasiones por Panini en el último par de años) fue un punto y aparte en la historia del Homo Superior, reduciendo su población a menos de doscientos individuos y haciendo que pasaran de ser el siguente paso evolutivo de la evolución a una especie al borde de la extinción.

Dinastía de M, además de la serie central, perfectamente autocontenida en sí misma, tuvo más de sesenta tie ins entre más de veinte series regulares, miniseries y especiales. Y este tomo de La Imposible Patrulla X recoge varios de ellos.  Abre con La estación de la Bruja, cuatro números relacionados directamente con el evento principal, sigue con el especial Diezmados: El día después y termina con la primer historia del grupo ambientada en la era post-No Más Mutantes, con el siniestro título de El fin de los Grey.

La estación de la Bruja nos lleva al mundo creado por Wanda Maximoff. Pero dado que los principales personajes de la franquicia mutante protagonizaban la serie central del evento, para no ser repetitivo en estos números, Claremont y Davis desvían la mirada hacia la gran obra que hicieron juntos, Excalibur. Estos primeros cuatro números están centrados en el Capitán Britania y la versión Dinastía de M de Otromundo, dando la sensación de estar ante una secuela de la serie clásica. Aunque resulta una lectura más que agradable, este arco argumental tiene un gran pero: los dos primeros números suponen la despedida de Alan Davis de la serie, que abandonó a los mutantes para hacer la serie limitada Los Cuatro Fantásticos: El fin. Humorísticamente, dice que la señal se la dio un hámster que tiró unas piezas de Scrabble y formaron el texto “UNC X QUIT NOW”. Es muy triste despedirse del auténtico interés de esta serie, y más aún a medias de una historia, pero su sustituto es nada menos que Chris Bachalo, que aunque hace un trabajo visualmente fascinante, está bastante por debajo de su predecesor en técnica narrativa.

El día después es un especial que nos presenta Diezmados, el entorno en el que se desarrollaron las historias de mutantes los siguientes meses y marcaron el espíritu de los siguientes años. Aquí vemos cómo el “No más mutantes” ha afectado a la mayoría de los Hijos del Átomo, pero algunos han conseguido mantener sus poderes. En total, exactamente 198. Entre los que se han convertido en humanos normales y corrientes, vemos a Mercurio, Júbilo y La Mole. Y los que los mantienen… como era predecible, la parte principal de la Patrulla-X. Y por si fuera poco, un escuadrón de Centinelas aterriza en la Mansión Xavier.

El fin de los Grey es la historia que cierra el tomo. Los Shi’ar deciden que como Jean Grey fue el Fénix tiempo atrás, toda su familia es una amenaza y hay que erradicar su línea genética. Justo en el momento en el que Rachel Grey quiere echar raíces y tener una relación con la familia de su difunta madre (bueno, técnicamente, su madre era la Jean de Tierra-811, pero bueno).  Y en una reunión familiar, los Shi’ar aparecen y acaban con toda la familia Grey menos Rachel, en un espectacular número titulado 24 segundos -lo mejor que ha firmado Claremont en esta etapa-, que se refiere al tiempo exacto en el que los alienígenas tardan en realizar la masacre planificada. Evidentemente, tras este momento, Rachel jura venganza. Esta historia tendrá consecuencias posteiores.

A priori, Dinastía de M, un tomo en el que nos despedimos de Alan Davis debería ser considerado una bajada de calidad. Pero la verdad es que el soplo de aire fresco que supone el nuevo entorno en el que se desarrollan estas historias le sienta francamente bien a esta serie. Aunque tampoco es que vaya a durar mucho. Del dibujante del relanzamiento de Uncanny X-Men en X-Men Reload nos despedimos en este tomo. Al guionista, Chris Claremont, le decimos adiós definitivamente en el siguiente, Estrella Errante, a la venta a finales de este mes de agosto.