El oscurecimiento del anteriormente alegre y luminoso género superheroico que asociamos con los años 90 empezó realmente a finales de los 80. En estos últimos años de esta recordada década se implantó en una buena parte de los títulos de las dos grandes el estilo conocido como grim & gritty, y el tono cínico y violento se fue expandiendo cada vez más. Así, como avanzadillas de este nuevo estilo podemos mencionar obras como el Green Arrow de Mike Grell o La Broma Asesina de Alan Moore y Brian Bolland en DC, o la llegada de Veneno a los títulos de Spiderman de la mano de David Michelinie y Todd McFarlane o la Caída de los Mutantes en Marvel.
Pero a la vez en esta época aparecieron otras series que hacían de la luminosidad y el humor sus señas de identidad. El abanderado de este género fue la Liga de la Justicia Internacional de Keith Giffen, J. M. DeMatteis y Kevin Maguire, a las que se unirían poco después la Hulka de John Byrne y, por supuesto, el Excalibur de Chris Claremont y Alan Davis, serie que por fin recibe una reedición como se merece treinta y cinco años después de su debut.
La década de los 80 fue la época en la que Uncanny X-Men pasó de ser una exitosa serie surgida de las cenizas de una colección cancelada a finales de los años 60 al centro de lo que sería durante mucho tiempo el centro de la principal franquicia de Marvel. Así, en 1983 debutaron Los Nuevos Mutantes, el primer spin-off de la línea, y en 1986 la alineación original de la Patrulla X se reunió en Factor X. Un año después, en 1987, le llega el turno a Excalibur, un grupo con base en el Reino Unido que surge tras la aparente muerte de los X-Men en la mencionada Caída de los Mutantes y mantendrá durante una larga temporada la alineación estable del Capitán Britania, Meggan, Rachel Summers, Rondador Nocturno y Kitty Pryde en uno de los puntos álgidos de la historia del personaje.
Excalibur es una serie que surge como clara heredera de dos colecciones previas. Por un lado, como era esperable al compartir guionista con ella, tiene el tono de culebrón superheroico de la Patrulla X de Chris Claremont. Nos encontraremos por estas páginas con coloridos villanos, con espectaculares escenas de acción, y con una buena dosis de drama personal.
El otro de los progenitores de Excalibur es el Capitán Britania de Alan Moore y, también, Alan Davis. Aunque el personaje fuera creado por Chris Claremont y Herb Trimpe, son Moore y Davis quienes rediseñaron su aspecto y lo lanzaron a la exploración multiversal. De hecho, fue en la mencionada etapa del genio barbudo de Northampton en la que se designó por primera vez como Tierra-616 a la ubicación del Universo Marvel.
Espada en alto abre con Excalibur Special Edition, un prestigio publicado en diciembre de 1987 en el que se funda el grupo con Kitty Pryde y Kurt Wagner emocionalmente devastados por la aparente muerte de sus amigos en Dallas, Meggan y Brian Braddock atravesando una crisis de pareja, y Rachel Summers, un personaje proveniente de Tierra-811, interesante adición en una serie que hará de los saltos multiversales una de sus principales señas de identidad. En esta primera historia, Claremont y Davis presentan a los Lobos de Guerra y recuperan a la Tecno-Red de Rompepuertas, aparecida originalmente en el Capitán Britania de Jamie Delano como reimaginación de la Ejecutiva Especial, un grupo creado por Alan Moore para la serie Doctor Who. De Capitán Britania rescatan también a la Majestrix Omniversal, Ópalo Luna Saturnina. Este primer número nos deja claro por qué terrenos argumentales se va a mover la serie regular que viene posteriormente, y aunque está narrada de forma brillante y es comprensible en sí misma, es aconsejable la lectura previa del Marvel Héroes que Panini dedicó al Capitán Britania de Moore, Delano y Davis. Eso sí, la imaginación de las historias de Marvel UK de las que proviene Excalibur se mezclan con el melodrama marca de la casa Claremont, materializado en sus primeros tiempos en un triángulo amoroso centrado en Meggan y un Capitán Britania alcohólico.
La serie regular posterior mantiene el tono del prestigio, pero convertida en una sucesión de historias muy al estilo de lo que hacía el guionista en Uncanny X-Men: historias cortas, de uno o dos números, empastadas con tramas secundarias y escenas en las que la definición de personajes cobra protagonismo. En ellas, el cosmos mutante y el Capitán Britania de Alan Moore son los dos ingredientes principales. Del primero tenemos las apariciones de Juggernaut y Arcade y la participación en el crossover Inferno. Del segundo, se recuperan más personajes, como Courtney Ross o la Banda Loca, y la permanente idea de dimensiones alternativas, materializada aquí en la presencia de unos saurios humanoides y en una versión nazi de Excalibur proveniente de Tierra-597.
Entre las creaciones nuevas, podemos destacar a Cacharro, personaje que tendrá especial importancia en el segundo Omnigold de la serie, y a la Agencia de Sucesos Extraños (Weird Happenings Organization en el original, W.H.O., un guiño a la U.N.I.T. de Doctor Who, una de las referencias de cultura pop más internacionalmente conocidas del Reino Unido), que tendrá una presencia casi constante durante la época en la que Chris Claremont esté al frente de la serie.
Terminados los once primeros números de la serie regular, se incluye el prestigio Excalibur: Mojo Mayhem, traducido anteriormente como Mojo desastre y aquí como Despiporre a lo Mojo (sic). En esta clásica historia, Rita Carambola y Kitty Pryde ayudan a los Bebés-X, una versión infantil de la Patrulla X creada por Mojo, a escapar de su tiránico y televisivo mundo de origen. El tono de Despiporre a lo Mojo (sic, de nuevo) es humorístico y adrenalínico a partes iguales, pero su gran éxito radica en su dibujante, un Arthur Adams en estado de gracia, mucho más depurado que en Longshot, su obra de debut, publicada tan solo cuatro años antes.
Se incluye para el lector completista Un fin de semana demencial, un serial publicado originalmente entre los números 31 al 38 de Marvel Comics Presents, y editado previamente en los números 61 a 63 de Marvel Héroes de Fórum, una historia de relleno en la que Excalibur se enfrenta a los personajes de dibujos animados de la Warner. Hay que señalar que esta historia no está correctamente acreditada en el tomo de Panini, y que para saber quién firma cada historia hay que recurrir a fuentes originales. Lo más destacable de estos capítulos es que están dibujados por un primerizo Erik Larsen, tres años después de su debut en la Casa de las Ideas. Terminado este serial, Larsen recibió el encargo que le catapultaría a la fama definitivamente y se convirtió en el artista regular de Amazing Spider-Man.
La gran estrella de este primer volumen dedicado a Excalibur es, sin duda, Alan Davis. Sus números son una delicia de contemplar, y su narrativa es absolutamente brillante en todos los aspectos. En los números en los que Davis no está presente, sustituido por Ron Lim y Marshall Rogers, se aprecia una notable bajada de nivel, aún manteniendo el mismo guionista. Una lectura imprescindible para los fans del dibujante inglés (¿acaso hay alguien que no lo sea?), y uno de los títulos más interesantes del cosmos mutante. Un equilibrio impecable entre humor, ciencia ficción y acción superheroica.