La salida de Jim Shooter de Marvel a finales de los años 80 provocó una serie de cambios que fueron sucediéndose en cascada. En este Marvel Gold La Imposible Patrulla-X 11: Proyecto Exterminio que nos trae Panini vamos a encontrar un buen número de historias trepidantes protagonizados por mutantes, pero al mismo tiempo el tomo sirve como una crónica de lo que supuso la poco amistosa salida de uno de los directores editoriales más discutidos que ha tenido Marvel a lo largo de su historia.
El primero y más importante de esos cambios fue el relevo a cargo de Tom DeFalco, quien necesitaba tapar goteras como fuese, y para ello recurrió a los típicos crossovers, pero en lugar de hacerlo en números regulares, comenzó a hacerlo en anuales. Así, tenemos La guerra de la Evolución, Atlantis Ataca… y Días del futuro presente, que además de ser un crossover entre series añadía la peculiaridad de ser series relacionadas entre sí, en este caso de franquicias mutantes. El evento se desarrolló en los anuales de Patrulla-X, Factor-X, Nuevos Mutantes… y los 4 Fantásticos, puesto que Walter Simonson se encontraba escribiéndola en aquel momento, y Louise decidió barrer para adentro.
Así, encontramos en este tomo dos números que sirven para recolocar las piezas para lo que vendría a continuación, y damos paso al crossover, con una historia que homenajea claramente y se plantea como una secuela de Días de futuro pasado. Desde ese futuro distópico en el que los mutantes eran perseguidos, cazados y encerrados en campos de concentración viajará Franklin Richards en busca de su versión infantil y de Rachel Summers, la Fénix de Excalibur. Pero en su camino se cruzará Ahab, un cazador, no de ballenas sino de mutantes que le pondrá las cosas muy difíciles.
De este crossover destacamos el debut de ese homenaje al protagonista de Moby Dick que luego tendría mucho peso en la serie de Excalibur, pero también el regreso de Arthur Adams en la que sería su última participación para el anual de la Patrulla-X. La historia nos proporciona mucha información sobre el propio origen de la futura hija de Cíclope y Jean Grey, así como de esos sabuesos que sirven al cazador de mutantes, a cuyo grupo perteneció, o mejor dicho, pertenecerá…
Justo después del crossover nos encontramos la consecuencia de otro de esos cambios de la Marvel de aquellos tiempos. Ann Nocenti decidió abandonar sus tareas editoriales para dedicarse por completo a escribir historias, y Bob Harras, que ya editaba en aquel momento Factor-X y Lobezno, recibió la oferta de hacerse cargo también de Nuevos Mutantes y La Patrulla-X. Por primera vez toda la franquicia mutante recaía al cargo de una misma persona, y esa persona celebró la decisión preparando un crossover entre todas las series de mutantes, dejando aparte Excalibur, que dirigía Terry Kavanagh.
El resultado fue un evento que se desarrolló en 9 números, tres de cada serie: Proyecto Exterminio. El evento llevaría a todos los mutantes a Genosha, esa nación africana en la que un Cameron Hodge cibernético creaba individuos mutados que sirviesen de mano de obra para el crecimiento del país. Amén de ser un crossover plagado de peleas y reagrupaciones de personajes en combinaciones cuando menos curiosas, también servía para recuperar el status quo mutante después de los múltiples cambios que habían sufrido en los últimos años: desde la aparente muerte de la Patrulla-X en Dallas, del propio Hodge o la regresión a la adolescencia de Tormenta. El diseño de Hodge en estos números siempre me ha recordado al de Mojo, aunque mucho más temible que el empresario televisivo…
Después de estos números encontramos dos historias paralelas desarrolladas en cinco números (uno de ellos doble) en la que tenemos a Magneto y Pícara en la Tierra Salvaje, mientras que la Patrulla-X se acabará reencontrando con Xavier en el Imperio Shi’ar y teniendo que enfrentarse a un viejo enemigo. El tomo cierra con una historia que se desarrolló como miniserie dentro de Marvel Comics Presents, protagonizada por Coloso, donde el hombre-X ruso tendrá que enfrentarse a los guerreros fríos, un grupo de preservadores de la pureza racial (sic).
En este tomo vemos a muchísimos dibujantes, solo hay que echar un vistazo a los créditos, pero me gustaría detenerme a alabar el trabajo de Jim Lee en la Patrulla-X. Es cierto que en los últimos años se le han dado (le hemos dado) muchos palos por su predisposición a hacer colecciones de pin ups en las que la narrativa brilla por su ausencia, pero estos números dejan muy claro que no se debe a que no sepa hacerlo de otra manera. Es un verdadero disfrute ver su trabajo aquí, donde esa tendencia al pin up era más anecdótica, y no monopolizaba tanto cada número que hacía. E igual que alabo a un autor que considero que ha evolucionado un poco mal, tengo que volver a comentar lo mal que soporta el tiempo el trabajo de Chris Claremont, excelente argumentista pero que hoy día agota en la relectura por su abuso de diálogos, en la mayor parte de las veces sobreexplicativos.
En definitiva, Marvel Gold La Imposible Patrulla-X 11: Proyecto Exterminio es un paso más en la recopilación de la etapa de Chris Claremont al frente de la franquicia mutante por antonomasia, y que consolida la colección como el contenedor principal de los grandes cruces y eventos mutantes, como sucediese con Inferno. Un tomo monopolizado mayormente por los cruces Días del futuro presente y Proyecto Exterminio que dejará con buen sabor de boca a los seguidores de la serie.
Lo mejor: Arthur Adams, siempre. Ver a Jim Lee como autor estrella en alza y entender por qué ha llegado a ser quien es. Recuperar la miniserie de Coloso en un mismo tomo, de seguido. La decisión de Panini de editar el primer crossover en su orden original, a pesar de que el número 3 vaya antes que el 2.
Lo peor: Claremont agota con su verborrea. Esa sensación de que cada vez va a estar todo más disperso, con tanto mutante en cada grupo.