Hace no mucho estuvimos charlando en el podcast de esta casa sobre la verdadera autoría de un personaje, de la posibilidad de que pudiera haber varios creadores debido a la evolución del personaje en cuestión. Dicho tema fue abordado también en el Twitch, aplicado al caso concreto de Cable. Pues bien, la reseña de hoy va como anillo al dedo puesto, que toca hablar del volumen que Panini ha dedicado a las primeras aventuras de Warlock realizadas enteramente por Jim Starlin.

Famoso hoy gracias a la tercera entrega de Guardianes de la galaxia (aunque poco tenga que ver el personaje con su homólogo en las viñetas), Warlock fue creado por Stan Lee y Jack Kirby en el número 66 de “Fantastic Four”. Simplemente llamado “Él”, pasó sin pena ni gloria hasta que fue rescatado por Roy Thomas y Gil Kane en la mítica Saga de la Contratierra. No obstante, sería con la llegada de Jim Starlin cuando el torturado héroe alcanzaría todo su esplendor.

Warlock de Jim Starlin. Una trayectoría errática

Jim Starlin tomó las riendas del personaje después de su estancia en el Capitán Marvel. En aquellos tiempos, Marvel Comics estaba en una etapa de crecimiento, puesto que los setenta fueron la época en la que empezó a experimentar con otros géneros. No obstante, antes de darle título propio, desde la editorial decidieron retomar la numeración de Strange Tales, colección que había cerrado ¡cinco años antes! Después de tan solo cuatro números tocó retomar otra serie, en esta ocasión ya fue el título de “Warlock”, que había cerrado en el número nueve un tiempo atrás.

Para terminar con las curiosidades y efemérides destacar que esta es la tercera vez que se edita este material en España. La primera fue en los años noventa en formato prestigio como “Warlock Classic” de la mano de Cómics Forum. La segunda fue en la primera etapa de Marvel Gold en tapa blanda como “Warlock: la amenaza de Thanos”, volumen que incluye el mismo material que este Gallery Edition más un número de “Marvel Team-Up” dibujado por John Byrne. Y la tercera es la que es fruto de esta reseña en el mismo lujoso formato que ya pudimos disfrutar de “Arma X”, de Barry Windsor-Smith.

Pero mejor entramos ya en faena. El puñado de historias de Warlock aquí recopiladas forman los cimientos sobre los que se sustentó todo el universo cósmico de Marvel en los años noventa, piedra angular también de toda la Saga del Infinito del MCU. Para empezar, Jim Starlin convierte a Thanos en la amenaza de escala universal que es, tras crearlo en el número 55 de “Iron Man”. También asistiremos al debut de Gamora o de Pip el Troll, así como algunos cambios estéticos en el personaje. El creador de “Dreadstar” añade una capa a Warlock y la gema del alma en su mente. Sí, la gema, una de esas gemas que formaron cierto guantelete.

Más allá de estas pequeñas transformaciones, Starlin revolucionó el título abrazando con fuerza el género de la ciencia ficción más propia del Doctor Who (con viajes interdimensionales) que del cómic de superhéroes. Pero, por encima de todo, el autor echó el resto a la hora de caracterizar al personaje que da título a la obra, haciendo de él un ser torturado, taciturno, de perenne tristeza que no parece encontrar un lugar en el que estar a gusto. Esta búsqueda ya no de identidad, sino de humanidad, es otro de los pilares básicos de la idiosincrasia de este corazón solitario.

La divinidad dorada de Warlock

Otro aspecto relevante, que ya fue introducido por Roy Thomas durante su estancia en Warlock, son las referencias, metáforas y paralelismos con la religión católica. Lo que sucede es que Jim Starlin va todavía más lejos, dotando de divinidad al héroe cósmico hasta el punto de que todo el Universo dependa de sus hazañas. Pero si hay un dios, también puede haber un anticristo representado en la figura de Magus que, simplificando en exceso, podríamos decir que es el reverso tenebroso de Warlock.

Usando al antagonista de la obra para dar voz a sus ideas, Starlin aprovecha la ocasión para realizar una feroz crítica de todos los horrores que se pueden cometer en nombre de la religión. De hecho, Magus forma la llamada “Iglesia de la verdad universal”, que no es otra cosa que una suerte de tribunal de la santa inquisición postmoderno. A esto debemos añadir debates existenciales, cierto toque de humanismo en los diálogos, mucha space opera y una imaginación desbordante que rivaliza con la de Steve Ditko o Jack Kirby como arquitectos primigenios del Universo Marvel.

Jim Starlin se encarga también de dibujar y entintar las páginas de este volumen (salvo alguna excepción), demostrando ser tan talentoso en su vertiente gráfica como lo es a la hora de escribir. Cada página rebosa imaginación, con algunas viñetas que me han recordado al trazo de Alex Raymond en Flash Gordon.

En definitiva, Marvel Gallery Edition: Warlock recoge la etapa definitiva del personaje. Un clásico que merece estar en las estanterías de todos los aficionados. No obstante, es cierto que el elevado precio (55 € por 360 páginas) puede echar para atrás a más de uno. A su favor hay que decir que no es una lectura ligera, por lo que acabarse el tomo puede llevarte un buen rato.

Por cierto que si no habéis leído nada del personaje no hay problema alguno. Jim Starlin dedica las primeras páginas de Strange Tales 178 a realizar una retrospectiva que sirva de presentación a todo tipo de lectores, ya sean nuevos o veteranos.

En el apartado de extra, la edición de Panini (calcada a la americana) incluye la reproducción de múltiples anuncios y publicidad de la época, un artículo de Al Milgrom, bocetos, portadas de reediciones y 16 páginas a lápiz de una historia de Warlock que nunca se llegó a publicar, una gozada.