Titulo: Wolverine Killing (Lobezno Exterminio)
Guión: John Ney Rieber.
Dibujo, y Portadas: Kent Williams
Color: Sherlyn van Valkenburg
Editado: Forum, mayo 1994. Colección prestigio (nº 66)
ISBN: 9780785100010
Primero voy a poneros en situación ¿A qué viene reseñar un prestigio viejuno y descatalogado de Lobezno como éste a estas alturas? La respuesta es fácil.
Logan, la última película millonaria de nuestro amado gruñón de las garras se acaba de estrenar. Así que en Es la Hora de las Tortas decidimos preguntarnos ¿Cuál es tu cómic de Lobezno favorito? Y luego hacer un podcast, claro. Porque si vas a hablar con tus colegas durante más de 3 horas sobre algo ¿Por qué no grabarlo, ya que estás? GTS (Grabar Todo Siempre).
Yo nunca había hecho un podcast, pero tenía muy claro cuál era mi cómic favorito de Logan, Lobezno, Wolverine, Arma X, Carcayú, Glotón o como queráis llamarle (No le llaméis Aguja Dinámica, por favor. Hacéis llorar a Deadpool).
Y (tachaaan) mi cómic favorito de Lobezno es éste: Killing.
Así que mientras ordenaba mis ideas para ver que podría contar me puse a buscar… y prácticamente no encontré nada. En serio, cuatro gatos hablan de este cómic en la red y tres de ellos es para decir que es un truño. ¿Pero qué me estáis contando? ¿De qué tierra paralela os habéis escapado, haters de la vida?
Así que me dije, hay que equilibrar la balanza. Hay que escribir una buena reseña de Killing. Así que lo busqué en mi estantería y me lo volví a leer. Y entonces pensé que iba a ser un poco mas dificil de lo que recordaba.
Killing es cierto que es una obra menor. Pero para mí, en su momento, descubrirla fue un auténtico zambombazo. Lo compré por los autores, no nos vamos a engañar, yo por aquel entonces no disfrutaba como ahora de los superhéroes. Tenía 18 años, era joven, e intensa, estaba en la universidad, era una gotiquita de pastel de oreos y tenía una idea equivocada y pretenciosa sobre muchas cosas. Entre ellas, los cómics de superhéroes.
Y aquí vino Killing.
Perdonadme que me ponga en modo “Abuela Cebolleta On”. Corría el año 1996 y yo comenzaba una larga travesía personal que da comienzo a partir del descubrimiento de algo llamado Linea Vértigo Comics. Hay un antes y un después en mi vida (Y lo digo esta vez sin ápice de ironía) del momento en que conozco a Sandman, y especialmente del momento en que leo “Miedo A Caer” de Gaiman y Kent Williams, mi historia favorita de la saga. Más de 20 años después sigue siéndolo. No os digo más.
Así que SÍ, puedo decir que Kent Williams es sin dudarlo uno de mis autores favoritos EVER. Hay algo en él que me remueve por dentro. La forma en que sus trazos aparentemente alocados y perturbadores consiguen transmitirme la fuerza de su idea, la profundidad emocional que tienen… no sé, no hay muchos artistas que logren transmitirme tanto. Es tan intenso, tan desgarrado a veces, tan… no se… expresionista en algunas de sus formas que me acelero cada vez que tengo una de sus obras entre manos. Y si, para que vamos a engañarnos, a veces un poco pretencioso también.
Bueno, “Abuela cebolleta off” y voy dejar de ponerme intensita con mi crush con Williams y diré que este Kent Williams que vemos en Killing está en su momento. Como artista desde mi punto de vista tendrá en el futuro mucho mejores actuaciones, pero en este momento es el rey de la jungla en lo suyo y lo sabe.
Puedo entender todas esas críticas que ponen a caer de un burro esta historia, en general todas se resumen en: Yo venía a leer una historia de Lobezno y lo que me encuentro es una cosa extraña, en la que rara vez las viñetas te aclaran una mierda de lo que está pasando y pasan cosas mazo raras y no tengo muy claro si incluso inconexas entre sí. Y es cierto. Me recuerda un poco al shock que tuvieron que sufrir los que se pusieron a leer La saga del Oso Místico y de pronto se encontraron con un Sienkiewicz desatado. Pero en peor. Pobrecitos. De veras que lo entiendo. No quiero imaginar lo que pensarán de Dime, Oscuro, primera obra de éste mismo equipo creativo. Que son 80 páginas de pulp pseudotrascendental intensito de este estilo. Duro, duro. (La historia detrás de Dime, Oscuro es muy interesante también, recordadme que os la cuente algún día).
Killing viene de una época en la que hay una repentina obsesión por dignificar el medio, dándole una profundidad que después de los cómics que estábamos acostumbrados a finales de los 80 y primeros 90 puede resultar chocante para el lector medio de la época. En este contexto surgen muchas obras olvidables, que años después resultan ilegibles de pura pose que son, pero también hay un impulso por hacer cosas nuevas, por romper los límites de los personajes. Y en ese contexto se ve que de pronto llega Marvel y dice: eh, mira, queremos hacer cosas innovadoras que te cagas, pero también queremos vender muchos cómics, ¿Qué podemos hacer? Hagamos historias de Lobezno que siempre vende, pero estilo Vértigo. Recordemos que Karen Berger lo estaba petando en ese momento y Kent Williams junto a Dave McKean como portadistas eran la imagen del nuevo cómic intelectual de la época. Y así diría yo que surge Killing. Y visto lo visto, parece que no gustó mucho ni a los fans de Vértigo ni a los de Lobezno… Salvo a mí. Que me hizo fan absoluta de Lobezno (era la primera historia de él que leía) y que disfruté mucho con lo raruno y pseudointelectual de la trama.
Y es que la trama y los diálogos ya son otra cosa, John Ney Rieber es capaz en la misma obra de lo mejor y de lo peor. Me pasa con casi todo lo que he leído suyo… Como el mismo Dime, Oscuro, o Los libros de la Magia y el Sandman Mistery Theatre. Te planta a veces unos diálogos infumables pretendidamente trascendentes que son pereza infinita y luego, justo después te hace una escena perfecta, de completa poesía. Y esta obra no es una excepción.
Hay veces que la trama va a trompicones, sin pies ni cabeza y piensas ¿y quién es ese? ¿Y este otro, porque está aquí ahora? ¿Esto a qué viene? ¿Quién es este viejo? ¿Cuándo ha pasado esto que yo no me enterado? Y luego tiene páginas soberbias, con reflexiones sobre el personaje, sobre su personalidad, sobre la esencia,… de darte para pensar. Yo que sé. A mí me gustó. Incluso la parte de no saber muy bien lo que estaba pasando.
El tomo, que salió en USA en 1993, fué editado por Forum aquí en 1994, dentro de su colección Prestigio, que tantos buenos ratos me hizo pasar. Fué el numero 66 de los 75 que sacaron y costaba la friolera de 550 pesetas, que al cambio son 3.30 míseros euros, pero que en aquel entonces era mi presupuesto completo para todo el fin de semana. Muchas veces tenía que elegir entre leer y cenar. Una pista: por aquel entonces estaba muy delgada.
La historia la protagoniza Lobezno. Cronológicamente dada la fecha de publicación y dado que aparece Júbilo en una de las habitaciones de la mansión X pues pensamos que es justo antes de que Lobezno pierda su adamantium en Fatal Attractions.
Básicamente voy a contar la historia al completo, así que si no queréis spoilers pues dejadlo aquí.
El caso es que Lobezno tiene unos sueños rarunos que le impulsan a alejarse de la civilización y decide irse al Tíbet. Que es un sitio muy tranquilo, a excepción del conflicto con los chinos, pero eso es peccata minuta para Lobezno, que se carga chinos y lo que le echen como quien se prepara dos tostadas para desayunar. Después te enteras de que justo en el Tíbet hay una ciudad fortaleza aislada del mundo, sin que parezca importarle demasiado ni a chinos ni a tibetanos, con un culto raro así como de pureza y tal, donde extrañamente vive una gente de aspecto claramente occidental, que no salen nunca de la ciudad (normal por que dentro de la ciudad hace un clima tropical y justo al otro lado del muro está todo nevado y hay 30 bajo cero, que aquello parece Burgos) y encima odian a los extranjeros, pero en realidad, siguiendo con la incongruencia sostenible son ellos quienes han influido en la mente de Logan para que vaya hasta allí, ya que tienen un plan para entregarle (sic) a la hija de una de las líderes y así integrar su factor curativo en la línea de sangre mejorándola. Por el camino Logan se encuentra con un viejo muy extraño que le cuenta unas películas rarísimas y le juzga para ver si es digno. No dice digno de qué y no parece ser de los de la ciudadela. Pero nos va metiendo en la mente de Logan y su discurso sobre la bestia y la obsesión por mantener el control a toda costa. Una especie de viejo de la montaña un tanto desubicado.
Mientras, la chica de la ciudadela ha decidido que no va a aceptar tan fácilmente un destino impuesto por otros sin tener nada que decir al respecto y se escapa de la fortaleza en camisón. Obviamente está a punto de sucumbir congelada cuando la encuentra Logan y para salvarla sigue su rastro en la nieve y la lleva de vuelta a la fortaleza de la que escapó.
Aunque en un principio se suponía que le estaban esperando, para poder entrar Logan tiene que luchar con unos entes chunguisimos tipo serpientes lovecraftianas, pero cuando finalmente logra pasar le reciben bastante bien. Allí conoce al líder que le ha enviado esos sueños que le han atraído hasta aquí, a la madre de la chica y, cuando por fin se despierta, a la propia chica, con la que comienza a forjar una amistad. Aunque siempre con la duda sobre sus cabezas acerca de si lo que sienten es real o está fabricado artificialmente dentro de su cabeza por el líder de la secta para lograr sus fines, ya que el poder de influir sobre las mentes ajenas de este tipo parece ser enorme.
El líder, que estaba secretamente pillado por la chica, se ofusca de pronto porque una cosa es que Logan se acueste con la chica pero otra que ella se enamore de él, aunque aparentemente no parece haber pasado aún ni una cosa ni la otra, aun así, se retan a un duelo y luchan en una pelea en la que es muy absurdo todo y en la que el malo le dice “espera a que me cambie” y el otro le espera pacientemente para pelearse donde han quedado, pero pensando que está tardando mucho. En fin, cosas de éstas aparte, el sectario da bastante miedo porque tiene un traje tipo exoesqueleto que amplifica sus poderes de control mental pero va en calzoncillos y en lugar de luchar trata de controlar la mente de Logan y aunque no quería, él acaba recurriendo voluntariamente a la bestia, que es incontrolable por que es todo instinto y nada de cerebro.
Finalmente Logan acaba con el líder de la secta y (en una elipsis que no se sabe muy bien que pasa pero nos lo imaginamos perfectamente) amanece la chica entre las sábanas de su cama con una notita en la que Logan se despide invitándola a ir a visitarlo si alguna vez deja la ciudadela y diciéndola que en realidad se va por su propio bien.
Es que Logan es así, un caballero. En el fondo lo hace porque tampoco él está seguro de si ella lo quiere de verdad y no sabe si podrá afrontar la verdad. La vida amorosa de Lobezno da siempre mucha penica.
Tengo que reconocer que ahora, leído 22 años después de aquella primera vez, me ha resultado duro. Es como encontrarte un viejo diario y de pronto ver con ojos de adulto lo que escribías en tus arrebatos adolescénticos. Me ha gustado de nuevo y aun así me ha dado un poco de vergüencita de mi misma, no lo voy a negar.
Pero ahhh, la nostalgia lo puede todo. Ya sabeís lo que dicen: nunca se olvida tu primer amor ni tu primer cómic de Lobezno. Para mí éste seguirá siendo para siempre uno de mis cómics favoritos.
Ojo, que sí, no me malinterpretéis, que lo que de verdad merece la pena es el dibujo de Williams, que es espectacular, pero no todo en la trama es una completa bizarrada. Hay unas reflexiones bastante interesantes sobre la propia identidad, y sobre nuestra personalidad, sobre aceptarnos a nosotros mismos, sobre como reaccionamos ante la adversidad… incluso tiene algunos diálogos bastante inspirados:
“Los muertos no cambian de opinión, sabes? Los muertos no cambian sus mundos.”
“Las mayores batallas no se ganan en campos ardiendo. Las mayores luchas abren mentes y corazones. Las mayores victorias crean mundos nuevos”
“El auténtico campo de batalla no es la arena, sino el alma. Y la guerra no se acaba nunca”.
Vamos, que no es como para andar reeditándolo, pero si os lo encontráis en una cubeta de saldos, animaos y dadle una oportunidad. Cosas peores habéis leído. Estoy segura.
Escuchando:
I hurt myself today / To see if I still feel
I focus on the pain / The only thing that’s real