Hablemos claro: los últimos años no han sido precisamente positivos para la franquicia mutante. Lo que años atrás fue la parcela más exitosa de Marvel, y que ha dado alguno de los títulos más interesantes de la editorial, lleva una temporada arrastrándose por el fango. Quizás el declive de la línea se remonte a 2012, con la entrada de Brian Michael Bendis en La Nueva Patrulla X, serie que, por otro lado, comenzó siendo tremendamente interesante. Pero poco a poco, entre cruces con los Guardianes de la Galaxia, los espantosos Extraordinarios X-Men de Jeff Lemire, la imposición editorial de la crisis de las Nieblas Terrígenas y una sucesión de decisiones desafortunadas varias, los mutantes terminaron siendo una parcela editorial a evitar. Y era auténticamente doloroso ver a un nivel tan bajo la parcela que dio la bienvenida al siglo XXI con los Nuevos X-Men de Grant Morrison y los X-Force/X-Statix de Peter Milligan. El caso es que tras un relanzamiento fallido tras otro, en Marvel se han dado cuenta de que lo que hace falta no son nuevas alineaciones, ni nuevos uniformes, ni el enésimo ciclo de muertes y resurrecciones. Lo que hace falta para que un cómic sea interesante es un autor capaz con buenas ideas, y para ello han anunciado recientemente a Jonathan Hickman, uno de los tipos más interesantes que hay actualmente en el mercado americano. Pero para que este guionista tuviera un terreno decente en el que desarrollar su historia, había que hacer borrón y cuenta nueva. Y exactamente eso es Patrulla X Desunida, el arco argumental con el que arranca la nueva etapa de La Imposible (agh) Patrulla X.

El borrón y cuenta nueva es uno de los grandes problemas que tiene Marvel. Sirve para corregir errores (y en el entorno mutante ha habido unos cuantos en los últimos años), pero también da la sensación de que una buena parte de sus personajes están congelados en el tiempo. Que toda historia que empieza lo hace partiendo del mismo punto, que cada paso adelante que dé cada franquicia antes o después va a tener su paso atrás. Que al matrimonio de Spiderman le va a llegar un mefistazo. Que a la paternidad de Scott Summers le va a llegar una Hermandad Askani. Que la muerte de Lobezno o la de Jean Grey son temporales. Que a la muerte de Charles Xavier le va a llegar una resurrección, y otra muerte, y otra resurrección, y… ¿dónde estamos ahora con este personaje?

Aceptando este hecho con su correspondiente dosis de frustración, toca enfrentarse a Patrulla X Desunida. No porque tenga un planteamiento innovador, ni porque apetezca leer el enésimo reseteo de la enésima franquicia de la editorial, sino porque es en este punto donde se empiezan a sentar las bases de la historia que va a contar Jonathan Hickman, y eso sí que es algo que apetece leer.

Patrulla X Desunida es el primer paso hacia el borrón y cuenta nueva mencionado, un arco argumental en diez partes de cadencia semanal en Estados Unidos y mensual en la edición española de Panini, con tomos que recogerán entre tres y cuatro números cada uno. ¿Y qué es? Lo primero que tendríamos que señalar es que es uno de esos eventos que se han puesto de moda tras el éxito de Vengadores: Sin Rendición. Es un intento de aprovechar el éxito de crítica y público obtenido con el evento de los Héroes Más Poderosos de la Tierra mimetizando su estructura. Así, tenemos tres guionistas recientemente relacionados con la franquicia, Ed Brisson (Exterminio, El Viejo Logan), Matthew Rosenberg (Los Nuevos Mutantes: Almas muertas, Hombre Múltiple) y Kelly Thompson (Pícara y Gambito: Anillo de fuego), considerados como  tres de los recién llegados más prometedores que hay en Marvel en la actualidad. A los lápices tenemos el tradicional relevo de autores en las historias de cadencia semanal. Arrancamos con Mahmud Asrar, pero en el resto de la historia veremos una rotación entre R. B. Silva, Yildiray Çinar y Pere Pérez, al que daremos la bienvenida en el siguiente tomo. Los tres dibujantes principales de este arranque de la historia hacen un trabajo correcto, sin estridencias, un tanto impersonal para que no haya grandes diferencias estilísticas entre todos ellos y se perciba una cierta sensación de unidad visual.

Vale, Ya hemos dicho cuándo, cómo y quién… pero, ¿qué cuenta Patrulla X Desunida? Pues de momento no podemos decirlo. Al tener entre nuestras manos menos del primer tercio de una historia en diez partes, nos quedamos con la sensación de que hemos leído poco más que un prólogo, el planteamiento de la historia. Sí que tenemos suficiente material entre nuestras manos para apreciar ciertas referencias a momentos del pasado, a otros arcos argumentales. Diría que las dos principales evocaciones que me han llegado son La canción del verdugo y La era de Apocalipsis. En el caso de la primera, por una reunión de todos los personajes de la franquicia en varios grupos, cada uno lidiando con un aspecto de la trama general, por un mitin público en el que se habla de la convivencia entre humanos y mutantes… y por la presencia del Frente de Liberación Mutante. Demonio, en los últimos veinte años sólo habia visto una vez a Salvaje, aunque me consta que ha tenido más apariciones. De Brazos, ni siquiera eso. Y el recuerdo de La Era de Apocalipsis me ha llegado con la presencia de un personaje que viene alertando de un peligro que está a punto de llegar. Aquí es Jamie Madrox. En los primeros compases de La Era de Apocalipsis era Legión, que también hace acto de presencia en estas páginas.

Si algún lector que haya estado desconectado de los mutantes en los últimos años se acerca por aquí, se encontrará con que han vuelto personajes que supuestamente estaban muertos (Jean y Logan, hablo de vosotros), que otros han dado unos cuantos pasos atrás en el camino que habían ido siguiendo en los últimos tiempos (Bishop ya no es el trastornado que iba persiguiendo una niña a través del tiempo para matarla) y que, en general, volvemos a estar en una situación más canónica, más de momento atemporal de estos personajes. ¿Lo que nos han contado en este primer tomo? Pues como relanzamiento de Uncanny X-Men que es, da más la sensación de presentación del entorno en el que se va a desarrollar la historia que arranca en este tomo que de historia en sí misma. El principio de una trama descomprimida que deja al lector con la sensación de que aún no le han contado nada, y de que a ver si el mes que viene pasa algo. Por lo pronto, ha conseguido interesarme más de lo que hacía esta parcela editorial cuando dejé de comprarla hace un par de años. Pero claro, es que los mutantes de 2017 eran posiblemente los cómics más prescindibles que he leído en la última década.