Aunque Jed MacKay lleva publicando historias cortas en Marvel ocasionalmente desde hace una década, no empieza a hablarse de él y a recibir encargos regulares hasta hace tres años, desde la miniserie El hombre sin miedo, que servía de puente entre las etapas de Charles Soule y Chip Zdarsky en Daredevil. Tras este trabajo con el cuernecitos, la Casa de las Ideas le encarga su primera serie regular, Gata Negra, que también es la primera serie regular del personaje, tras dos series limitadas previas en 1994 y 2010. Desde entonces, ha ido ganando poco a poco una merecida notoriedad y actualmente se encarga de la serie mensual del Caballero Luna y de la muerte y relanzamiento del Doctor Extraño. Vamos a ver qué nos encontramos en la más reciente entrega de la serie de la femme fatale de la franquicia arácnida.
Con La Ciudad Dorada, la serie de Felicia Hardy llega a su cuarto volumen, en una de esas series periféricas de Marvel que suelen dejar buen sabor de boca pero no suelen pasar de los dos o tres años de duración. En este tomo nos encontramos dos historias, la que da título a esta cuarta entrega y un anual del que hablaremos más tarde. En la primera parte, que incluye los números 5 al 7 del segundo volumen de la Gata -dichosas renumeraciones- llegamos a la conclusión de las tramas que MacKay lleva planteando alrededor de la relación entre Felicia y el Zorro Negro, con una subida de nivel y un giro sobrenatural que dejarán al lector con la boca abierta. Podemos decir, con poca posibilidad de equivocarnos, que éste es el golpe más ambicioso que la Gata Negra ha dado en sus más de cuarenta años de existencia.
Y es que Jed MacKay tiene clarísimo quién es la Gata Negra y cuál es su sitio. Atrás queda la desafortunada etapa de Felicia como jefa de una organización criminal de los últimos tiempos de Dan Slott en Spiderman, y tenemos aquí de nuevo a la ladrona de guante blanco, lo que el personaje fue desde el principio: la versión Marvel de Catwoman. Tanto es así, que, al igual que se lleva rumoreando de Selina Kyle desde casi su origen y fue confirmado en 2015, en este tomo Felicia sale del armario y tiene su primer beso mostrado explícitamente con una mujer, revelándose abiertamente como bisexual.
Y luego está el tema del anual. Este último número, que supone el 25% del volumen, fue incluido tan solo un mes antes en el tomo Destinos Infinitos. Ese volumen que termina con un “Continuará en Gata Negra nº 5”, y sirve de prólogo al último volumen de la serie del personaje antes de su cierre. Los que siguen la colección de la Gata, necesitarán, por tanto, leer Destinos Infinitos y así habrán pagado dos veces por el anual. Una jugada muy poco elegante por parte de Panini que llega justo tras las notables subidas de precio en los tomos de la editorial. El resultado final es que el lector está pagando catorce euros por tres grapas.
La sensación final que deja este tomo, dejando de lado el tema del tebeo duplicado, es que esta serie está muy bien y habría dado para mucho más que los cuatro tomos que hemos visto hasta ahora y el que está por llegar y aparecerá probablemente a finales de año en la edición de Panini. Pero al menos nos ha descubierto a uno de los autores más interesantes que han llegado en las últimas oleadas a Marvel y al que seguiremos con interés.
