Desde hace unos años, Marvel está replicando formatos y temáticas de grandes éxitos del pasado. Hemos tenido secuelas de eventos como Secret Wars o Civil War, eventos con un especial Alfa para abrir y un Omega para cerrar como en la Era de Apocalipsis, remakes de historias clásicas… y ahora, con Destinos Infinitos, se recupera para traer de vuelta las Gemas del Infinito el olvidado formato del crossover de una pequeña cantidad de anuales que pudimos ver en historias como Shattershot, El Factor Terminus o La Vendetta Vibranium.
La última vez que las Gemas del Infinito tuvieron su momento de gloria fue allá por 2019, con las Guerras del Infinito, el arco argumental con el que Gerry Duggan puso punto final a su divertidísima etapa en los Guardianes de la Galaxia. Al final de este evento, las gemas salían desperdigadas por el universo cual Bolas de Dragón, y a partir de este momento serían ellas quienes eligan sus futuros custodios. Esta es la trama que se explora en este Destinos Infinitos, un nuevo crosssover que estaba planificado para haber aparecido durante el verano de 2020, pero llegó la pandemia, se trastocaron todos los planes editoriales y acabó viendo la luz un año más tarde, durante el verano de 2021.
Destinos Infinitos es un cruce que realmente no lo es. Es una historia que se explora en ocho anuales de series diferentes (Iron Man, Capitán América, Thor, Gata Negra, Vengadores, Miles Morales: Spider-Man, Guardianes de la Galaxia y The Amazing Spider-Man), cada uno con su equipo creativo diferente, su tono diferente y prácticamente ningún tipo de conexión entre unas series y otras más allá de la presencia de personajes que están en poder de las mencionadas Gemas en esta nueva situación… aunque no en todos, que algún anual hay entre estos ocho en los que no se aprecia tal cosa.
Los nuevos guardianes de las Gemas son casi todos personajes de segunda y de reciente creación. Héctor Bautista fue presentado en Guerras del Infinito, Ripley Ryan debuta hace un par de años en Capitana Marvel, Otherone aparece por primera vez en la propia serie de los Guardianes de la Galaxia un año antes de este evento, Quantum tenía tan solo tres apariciones previas en la serie de Miles Morales, y Multitud debuta precisamente en este tomo. Eso tiene pros y contras. Por un lado, se puede hacer con estos personajes lo que se quiera, no como con anteriores portadores, como el Doctor Extraño, Adam Warlock o la Viuda Negra. Cualquier cosa es posible a partir de aquí. En cambio, el impacto sobre el lector de la interacción de un poder cósmico con un personaje que ha visto como mucho media docena de veces es nulo.
Otro de los grandes problemas que tiene este evento es la brutal disparidad de estilos que tiene. El anual de Iron Man es claramente superheroico con toques de humor, el del Capitán América con la Viuda Negra se mueve en un tono más serio, el de la Gata Negra tiene un look amerimanga con una versión coreana de The Authority, el de Thor, primer trabajo de Aaron Kuder como autor completo, se mueve en la fantasía, y el de los Guardianes de la Galaxia es una parodia humorística de He-Man y los Masters del Universo. La sensación que deja es de ser una historia inconexa, que es un evento porque nos lo dicen y está en un tomo, pero que no parece ni siquiera haber tenido una reunión de creadores para planificarla. Lo único que le da una cierta unidad es un complemento repartido entre los ocho anuales protagonizado por Nick Furia Jr., escrito por Jed MacKay y dibujado por Juan Ferreyra, y recogido por Panini en las últimas páginas del tomo para ser leído junto.
Destinos Infinitos es una historia que ni siquiera es autocontenida. Parte de los sucesos de Guerras del Infinito, retoma tramas de Heroes Reborn y acaba con “Continúa en Gata Negra nº5”. Aunque tiene momentos interesantes, el resultado es bastante desigual y con la mayor parte de los ilustradores de segunda fila. Quizás el único motivo para leer este tomo sea saber de dónde viene la historia con la que concluirá la colección de Felicia.
