El Batman que ríe es uno de esos personajes que se ha acabado haciendo un hueco en el corazoncito del fandom de DC en los últimos años, a pesar de haber participado en un puñado contado de historias. El personaje, creado por Scott Snyder y Greg Capullo para la serie Noches Oscuras: Metal plantea una curiosa mezcla de Batman con su nemesis, el Joker, convirtiéndole en uno de los personajes más temibles del Universo DC por tener la crueldad y violencia del payaso mezclada con la capacidad de lucha y de planificación de Batman. Una señal más de esa popularidad es este tomo que hoy nos ocupa, un integral que reúne las tres principales miniseries/arcos argumentales protagonizados por esta versión de Batman en el Multiverso oscuro. ECC publica en un tomo cartoné, tamaño normal las series: El Batman que ríe, Los infectados (primer arco argumental dentro del segundo volumen de Batman/Superman) y Se alza el infierno (miniserie enmarcada dentro de El año del villano).

Este tomo funciona bastante bien de manera autocontenida puesto que la serie limitada El Batman que ríe, a pesar de continuar desde Noches Oscuras: Metal, nos cuenta el origen del personaje y deja una subtrama abierta, que se continúa en Los infectados, mientras que el desenlace de todo tiene lugar en Se alza el infierno, dejando una ventana abierta a más tramas, pero con un final bastante cerrado. El tomo incluye dos tie-ins que tienen bastante relación con lo que se cuenta en estas series: El caballero sombrío, con un Eduardo Risso en estado de gracia, y que profundiza mejor en el sosias del Batman que ríe; y El comisario, un tie-in con Los infectados que nos cuenta un poco mejor lo que está sucediendo con Gordon.

Si en la primera serie vemos el planteamiento del enfrentamiento entre un Batman que se resiste a la infección de su enemigo, y aprovechan para contarnos su origen, la segunda nos cuenta un enfrentamiento de Batman y Superman con el grupo de héroes infectados, al servicio del líder de este Multiverso Oscuro. La última historia sirve de vínculo entre Maldad Eterna, El año del villano y la propia Noches Oscuras: Metal, contando el enfrentamiento definitivo (e inevitable) entre el Batman que ríe y Lex Luthor. Lo mejor que tienen estas tres historias o partes de la misma, es que están escritas por un guionista diferente. Snyder se encarga de la serie inicial, Joshua Williamson de la segunda y James Tynion IV de la mniniserie con la que se cierra el tomo.

Los que me hayan leído u oído en el podcast saben que no soy muy amigo del trabajo de Snyder, y ciertamente su serie, siendo la principal de la serie, y aun contando con un gran trabajo por parte de Jock, me parece probablemente la más confusa de todas. No es responsabilidad suya exclusiva, hay que reconocer que con este Multiverso Oscuro se abre una nueva gama de universos que entremezclar con los muchos del Multiverso «convencional», por lo que es probable que nos perdamos en más de una ocasión, si no hemos estado siguiendo muy de cerca todas las series y eventos que tocan este tema. Williamson es mucho más práctico, y en su arco argumental plantea una historia que se apoya en enfrentar a los dos grandes héroes de DC a contrapartidas infectadas de héroes y villanos conocidos. Por mucho que pueda parecer un poco más sencilla o simple, a cambio nos brinda una serie más asequible y entretenida. Hay que destacar que esta edición no incluye los tie-ins de las series de Supergirl, King Shazam ni similares… Por último, Tynion vuelve a tirar de complejidad en algunos aspectos, pero lo compensa con un desenlace en el que todo queda resuelto.

El aspecto artístico del tomo es probablemente de lo más interesante. Jock aporta su suciedad a un personaje que gana enteros con ella. No nos equivoquemos: el 80% de la culpa de que el personaje resulte lo atractivo que resulta, la tiene Greg Capullo que, con ese diseño que tanto debe al Juez Muerte de Brian Bolland, consiguió que el personaje perdurase en el subconsciente del fandom mucho más que otros personajes implicados en el evento original donde apareció por primera vez. Sin embargo, el estilo de Jock le sienta muy bien a lo que plantea Snyder, casi incluso mejor que con el propio Capullo, porque ese tono oscuro que aporta su estilo encaja mucho mejor con la atmósfera que intenta inquietante transmitir el guionista. Eso llama más la atención en las siguientes series, con un David Márquez sublime, al igual que Steve Epting, pero cuyos estilos consiguen historias más superheróicas al uso, sin dejar ese poso de inquietud y mal rollo que sí consigue Jock.

Mención aparte el número dibujado por Eduardo Risso, que además combina un dibujo más convencional con escenas de flashbacks coloreadas con acuarelas haciendo de sus escasas páginas, probablemente, lo más disfrutable de todo el tomo. La edición incluye uno de esos artículos introductorios tan necesarios en ediciones así, a cargo de Fran San Rafael, permitiendo ubicar al lector en el origen editorial de las tres historias incluidas. También se incluyen portadas alternativas y algún boceto de personajes.

En definitiva, El Batman que ríe: Metal, es un tomo que se puede leer de manera independiente, planteando el origen del personaje y una serie de subtramas, pero quedando cerrada en la última miniserie. Lo que plantea inicialmente Snyder no dista mucho de esos eventos a lo Otros mundos como DCSos o DC contra vampiros, solo que el recurso de ese multiverso paralelo consigue que podamos tirar de canon para contar la historia. Un personaje muy molón, giros de guion continuos y enfrentamientos a cascoporro. Si hay un lector de tebeos de superhéroes que no consigue pasar un buen rato con estas premisas, yo no lo conozco…

Lo mejor: Cuando Williamson toma los ingredientes iniciales y hace una historia de peleas entre superhéroes se disfruta mucho. Que sea un tomo tan autocontenido.

Lo peor: Si partes de cero pretendiendo comprender todo y saber de qué universo o multiverso viene cada uno… tienes trabajo por delante.