Al hablar de DCsos es inevitable compararlo con otro cómic y no, no es Marvel Zombies. Por más que partan de premisas parecidas, el tono y derroteros por los que discurren ambas son completamente diferentes, casi hasta opuestos. Mientras que la obra de Robert Kirkman y Sean Phillips trata de integrar el universo Marvel en lo más festivo del gore de los zombies, DCsos es un auténtico drama épico donde se siente la titánica magnitud de una amenaza que sentimos como definitiva.
Esa gravedad y ese cambio a escala global y mayor de lo que nunca hemos visto tiene mucho más que ver con otra obra de Tom Taylor, concretamente la que lo lanzaría al candelero. Hablamos de Injustice, claro.
La estructura y planteamiento DCsos son muy similares a los de Injustice. Un acontecimiento dispara un cambio profundo en el universo DC y a partir de ahí nos centramos en algunos de sus personajes principales para enfrentarnos a un conflicto de proporciones planetarias, puede que más. Darkseid encuentra la ecuación de la antivida en Cyborg, pero para conseguirla tiene que procesarla y resulta corrompida en el transcurso. A partir de ahí se retoma la vieja idea de Grant Morrison en Crisis Final de transmitirla como un virus a través de internet y las pantallas y la tenemos liada. A partir de entonces la tierra se infesta de zombies y serán Tom Taylor y Trevor Hairsine los encargados de hacernos dudar si los héroes más poderosos del universo DC serán suficiente para pararlo.
Como en Injustice, todo el universo DC se convierte en el patio de recreo de Tom Taylor sin limitaciones, con lo que puede pasar cualquier cosa e incluso todo el mundo puede morir. A partir de aquí, Taylor hace lo que mejor se le da. Por un lado, hará gala de un entendimiento ejemplar de la galería de personajes del universo DC, que funciona y consigue estar en papel incluso en la más extrema de las situaciones. Por otro lado, aprovecha la libertad de la que dispone para dosificar momentazos que suben sus apuestas a medida que se desarrolla esta historia con unos niveles de épica que nada tienen que envidiar a Injustice.
Resulta curiosa la inclusión del one-shot DCeased: A Good Day to Die entre los números 4 y 5 de la serie principal. Por un lado, el intermedio llega justo después de uno de los mayores cliffhangers de la historia, lo que que viene que ni pintado para mantener el suspense, pero por más que ponga el foco en un grupo de personajes de lo más carismático, decepciona la falta de relevancia de este one-shot en la trama principal. Si cortas la historia en su momento álgido, uno espera encontrarse algo que necesita ser contado antes de continuar y desgraciadamente no es el caso.
Lo más irregular de DCsos viene en el apartado gráfico. Irregular porque aunque es Trevor Hairsine quien se echa a la espalda el 90% del tebeo, son unos cuantos los dibujantes los que completan la labor con resultados muy desiguales. Tenemos así, por ejemplo, una soberbia versión de Darkseid de James Harren pero también algunos momentos cumbre de guion empañados por una narración un tanto torpe de Laura Braga. No obstante, la irregularidad afecta a DCsos incluso sin movernos de dibujante y es que tal vez por las prisas o vaya usted a saber por qué, el propio Hairsine alterna momentos espectaculares con otros un tanto descuidados, si bien no llegan en ningún caso a sacarnos de una historia que puede no resolver con brillantez, pero sí con eficacia.
Está por ver si estamos ante una nueva gallina de los huevos de oro y si se prolongará por mil spin offs y secuelas, hasta agotar el concepto o si pararán a tiempo. Por el momento y en lo que se refiere a este DCsos inicial y que se puede leer como obra autoconclusiva, el resultado es muy satisfactorio.
