Es la hora de las tortas!!!

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DC Pocket Hellblazer: Hábitos peligrosos

DC Pocket Hellblazer: Hábitos peligrosos
Guion
Garth Ennis
Dibujo
Will Simpson
Tinta
Mark Pennington, Malcolm Jones III, Tom Sutton, Mark McKenna, Kim DeMulder, Stan Woch
Color
Tom Ziuko
Formato
Rústica, a color, 160 páginas
Precio
9.95 €
Editorial
ECC. Diciembre 2023
Edición original
Hellblazer 41 a 46

Reconozco que la publicación de “Hellblazer: Hábitos peligrosos” en la línea DC Pocket de ECC me ha pillado por sorpresa. Sí, soy consciente de que no debería. Pero es curioso cómo una línea nacida para ofrecer bestsellers a precio reducido comoWatchmen, V de Vendetta, El largo halloween y demás, ha terminado mutando a una línea en la que podemos ver material de todo tipo como la edición completa de The Sandman o la mítica historia de John Constantine que nos ocupa.

Destacar que esta es la cuarta vez que ECC publica “Hábitos peligrosos”. Primero fue en la recopilación definitiva por autores de los trescientos números de “Hellblazer”. Más tarde en el coleccionable Vértigo con Salvat. No hace demasiado en la reedición cronológica del personaje. Ahora es el turno de la edición de bolsillo. Desde luego que la obra lo merece por su calidad, importancia y popularidad. De hecho, es la base de la película Constantine protagonizada por Keanu Reeves en 2005.

Pero si algo marcó de manera indescriptible la publicación de “Hábitos peligrosos” fue la entrada en escena en el mercado americano del irlandés Garth Ennis que, con poco más de veinte años, dejó su huella para siempre en el personaje, sustituyendo con solvencia a Jamie Delano. Junto a Ennis llegaron al título el dibujante Will Simpson y el colorista Tom Ziuko. Por cierto, si no habéis leído nada de Constantine podéis haceros con este tomo, es una entrada cojonuda al personaje que no requiere saber nada más para disfrutar completamente de la historia.

Hellblazer: Hábitos peligrosos. La muerte es para todos

La premisa de la historia es simple y directa. Un buen día John se levanta tosiendo sangre. No necesita ningún presentimiento, ni hacer uso de su magia porque sabe fehacientemente que se muere. La visita al médico solo lo confirma: cáncer de pulmón, resultado de fumarse entre veinte y treinta pitis al día como él mismo asegura.

A partir de este momento, Garth Ennis demuestra que conoce perfectamente a Constantine, ya que nada mejor que un cínico para escribir a otro. Lejos de compadecerse de sí mismo y hundirse en la miseria, el protagonista decide poner en orden sus asuntos y presentar guerra hasta el mismísimo final. Para ello, nada mejor que despedirse de la gente que le importa… despedirse a su manera. Porque aunque el cáncer hace a John recordarle que no está por encima de la vida y la muerte (mostrando a un personaje inseguro en su interior y corroído hasta cierto punto por los remordimientos), el John que vemos es el de siempre: un completo bastardo, egoísta, manipulador, ególatra, mordaz, borracho y sarcástico.

Ahora bien, que la dichosa humanidad humanice a su portavoz no quiere decir que este se rinda. Como una metáfora de las fases del dolor que atraviesa toda persona ante una noticia como esta, John visitará a un viejo amigo en Irlanda, en una escena tan memorable como emotiva, en la que el inglés le tocará las pelotas a quien menos debe. Ya en “Malos hábitos” se empieza a apreciar la obsesión por la dicotomía y dualidad entre el cielo y el infierno, la lucha entre el bien y el mal o el enfrentamiento entre dios y el diablo. Unos años más tarde escribiría “Predicador”, otro de esos clásicos de Vértigo en los que explorará estos conceptos religiosos.

La entrada de Ennis en “Hellblazer” fue un golpe en la mesa en toda regla. Una llamada de atención para que, a partir de ese momento, su nombre fuese tenido en cuenta. En “Hábitos peligrosos” demuestra que hay pocos autores más capaces de escribir a grandísimos hijos de puta que puedan provocar al lector sentimientos tan antagónicos como querer atizarle en la cara o darle un abrazo, gracias al enorme carisma que transmiten.

Estamos ante una obra que se sostiene sobre unos diálogos ácidos, rápidos y venenosos. Tan poderosa es la magia de Constantine como lo son sus palabras. Y tan importante es el propio John como lo son los secundarios. Desde Brendan Finn, que usa sus poderes para convertir agua bendita en cerveza negra; el taxista Chas o Matt, un viejete que conoce en la unidad de paliativos de enfermos de oncología. Este último tiene una dosis de apariciones bien medida que sirven para destensar el ambiente a golpe de un humor tan negro que rapea.

Me quito también el sombrero ante la manera en la que Ennis consigue engañar al lector en todo momento, haciendo creer que Constantine realmente puede morir haciendo que un enemigo muy mundano acabe con un tipo de capacidades sobrenaturales. Casi como si fuera tan mago como el personaje que escribe, se saca de la manga un truco final de lo más sorprendente para que la serie pueda seguir su curso.

Destacable también es el alto grado de emotividad de muchas de las conversaciones. Sin caer en la sensiblería barata o en tópicos que busquen una lágrima fácil del lector, Garth Ennis sabe tocar en las teclas necesarias para que algo se nos remueva por dentro sin tener que traicionar la esencia del título. Tampoco quiero dejar de mencionar la forma en la que la historia nos invita a reflexionar sobre el peso de los remordimientos y la oscura carga que estos suponen.

La parte artística viene ofrecida por Will Simpson, cuyo estilo oscuro y de línea sucia le sienta como un guante a “Hábitos peligrosos”. En un tebeo tan emocional como este, su habilidad para mostrar un amplio abanico de expresiones faciales se me antoja fundamental. Por su parte, el colorista Tom Ziuko aplica una paleta con una tonalidad diferente para cada momento, variando muchas veces de manera completa de un capítulo a otro. He leído algunos comentarios sobre el equipo artístico, pero lo cierto es que ahora mismo no concibo esta historia ilustrada o coloreada por nadie más.

En definitiva, por diez euros de nada “Hábitos peligrosos” es una compra obligatoria, una lectura imprescindible de una serie que fue muy importante en el germen que acabó transformándose en la línea Vértigo en 1993.

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