Todo comenzaría unos días antes de la víspera de Todos los Santos de 1996. No es que Jeph Loeb y Tim Sale fueran unos recién llegados cuando apareció el primer número de Batman: The Long Halloween, pero esta serie en tiempo real, que iba de Halloween de 1996 a Halloween de 1997, cambiaría para siempre el papel de ambos en la industria de los comics. Con motivo del vigésimo quinto aniversario, DC rescataría al tándem para revisitar con Batman: El largo Halloween – Especial el universo que crearon.
Jeph Loeb ya llevaba más de una década de oficio cuando llegó El largo Halloween, pero era sobre todo conocido por haber firmado los guiones de películas como Teen Wolf o Commando y en los cómics no pasaba de ser aquel tipo que estaba escribiendo algunas series de los mutantes de Marvel. Tim Sale, por su parte, se había curtido al abrigo de Matt Wagner en la franquicia de Grendel y se le había podido ver en Billi 99, de Dark Horse, o tomando el relevo de Jim Lee en Deathblow, pero nada auguraba la exitosa carrera que nacería fruto de Batman: El largo Halloween.
Ni siquiera era la primera vez que colaboraban. Ya habían trabajado juntos en la injustamente ignorada Challengers of the Unknown o en Lobezno y Gambito, pero fueron los tres especiales de Halloween, que se publicaron entre 1993 y 1995, los que marcarían la puerta de entrada a Long Halloween. Los autores que nos encontramos en Batman: El largo Halloween – Especial poco tienen que ver con aquellos. Más allá de los años de experiencia y de tener ya en su haber títulos como Superman: Las cuatro estaciones, la tetralogía de los colores en Marvel o las dos secuelas de Long Halloween, Loeb es una de las figuras más relevantes en el Universo Cinematográfico Marvel y Sale, por su parte, también se haya semi retirado del cómic desde que descubriera pastos más verdes con la serie de TV Heroes.
Por eso, por más que Batman: El largo Halloween – Especial no vaya mucho más allá del autohomenaje y se quede en poco más que anecdótico — al menos de momento, ya que advertimos que hay final abierto — merece la pena solo por poder ver de nuevo a Loeb y Sale juntos en un cómic nuevo.
Batman: El largo Halloween – Especial tiene lugar después de Victoria Oscura, pero trae de nuevo a tres figuras del Largo Halloween original. Una será Harvey Dent-Dos caras; otra será el Hombre Calendario, quien llevará la voz cantante; pero la tercera persona será mejor que leáis el tebeo para averiguarlo. El Hombre Calendario necesitará de Dos caras para ejecutar un golpe y, obviamente, Batman no estará por la labor.
En la trama central todo puede resultar exageradamente oportuno y no hay demasiado esfuerzo en dar una coherencia a lo que sucede, pero es más allá de ella, donde Batman: El largo Halloween – Especial resulta más interesante. En el plano del homenaje, se agradece ver cómo evolucionan las versiones de Loeb y Sale de la relación Batman-Gordon, la incipiente relación con Robin y otra serie cabos, que no pueden considerarse sueltos porque han sido solventados por multitud de autores a lo largo de la historia de Batman, pero siempre resulta cálido volver a ver a Loeb y Sale retomarlos donde los dejaron.
Tim Sale revisita gran parte de las claves estéticas y narrativas del Largo Halloween original, pero los años le han ido llevando por una síntesis cada vez mayor. Cada vez parece menos preocupado de dibujar personas y escenarios y más por dibujar elementos que forman parte de la coreografía de la página, en pos de crear un determinado ritmo o una determinada respuesta emocional. La composición lo es todo en el dibujo de Tim Sale y es en este aspecto donde es todo un maestro.
No tan experimentado pero dejando el pabellón bien alto está el colorista Brennan Wagner, hijo de Matt Wagner, que a su vez fue mentor de Sale. Tras colorear el dibujo de su padre en los últimos volúmenes de Grendel y Mage, ahora hace lo propio con Tim Sale, recogiendo el testigo Gregory Wright, colorista de la saga original. Wagner hace gala de un oficio muy por encima de su falta de veteranía. A la vez que es respetuoso con la paleta y el render plano de Wright en la obra madre, lleva su trabajo un paso más allá en el trabajo de armonías, con lo que es capaz de llegar al mismo efecto de sobriedad con una paleta más amplia, contundente y mejor equilibrada. Sin duda, es la gran sorpresa de Batman: El largo Halloween – Especial.
Ya sabemos que este tipo de trabajos rara vez llegan a ser tan memorables como las obras que homenajean, pero pese todo esto, pese a su guion un tanto descuidado, Batman: El largo Halloween – Especial no afea la obra original y nos brinda el enorme, raro y preciado placer de ver un trabajo de Jeph Loeb y Tim Sale de nuevo.
