Continúa el partido contra el Instituto Naismith, el instituto elitista y un poco sobrado que dejamos en el volumen anterior. Kappei y sus compañeros del Seirin parece que tienen encarrilado el partido hasta que sale a la pista un nuevo jugador del Naismith. Nadie espera la aparición de un jugador tan diferente y los miembros del Seirin deberán sudar por todos los poros de sus cuerpos para intentar ganar el partido, y esto no es una metáfora. Pero es que hay más. El hijo del director del Instituto Seirin quiere jugar en el equipo, y choca con Kappei no solo por quién encesta a canasta sino también por quién conquista a Akane… y además tiene otra obsesión… ¡las bragas deben de ser siempre negras!

Llega a las tiendas una nueva entrega de las aventuras de Chicho Terremoto Dash Kappei en el equipo de baloncesto del instituto Seirin. Tal como comentamos en la reseña de los dos primeros volúmenes de esta colección, las aventuras de Kappei Sakamoto mezclan el humor, el deporte y un toque de erotismo muy ligero (atisbos muy dispersos de ropa interior femenina) dando como resultado un spokon de lo más peculiar.

En esta entrega, y como suele ser habitual en este tipo de historias de deporte y superación, nuestro protagonista se enfrentará a contrincantes cada vez más difíciles de batir, y que usan técnicas que rozan el absurdo, como es el caso de Shelly, un jugador del instituto elitista Naismith que cuando se enfada segrega un sudor muy pegajoso que usa para hacerse con el balón y encestar sin parar; o el hijo del director Tôdô, un retaco muy parecido a Kappei que lo único que quiere es destacar a toda costa, aunque sea incapaz de acertar un tiro; o el equipo del instituto Riten, con su misterioso entrenador Vader, más parecidos a espectros que a seres humanos; y asistiremos al retorno del gigantesco Daiba, ex-novio de Akane, que en este interin ha desarrollado la técnica para un nuevo tiro mortal. En todos estos casos, cada uno de los equipos a los que se enfrenta el equipo del instituto Seirin verá a Kappei como el mayor adversario, y éste se verá obligado a desarrollar nuevas y aberrantes técnicas para marcar puntos para su equipo.

Vemos que en este número el tono de gamberrismo erótico (la obsesión de Kappei por ver la ropa interior de las chicas) de los números anteriores ha dado paso a un humor más slapstick dentro de la cancha. La acción se centra ahora más en los partidos y en cómo contrarrestar las técnicas y estrategias de los equipos rivales que en los affaires amorosos de Kappei con Akane o con su enfermera. Pese a este cambio de dirección de la colección, al menos en este tercer volumen, la serie sigue siendo espectacularmente divertida. Cuenta, además de con los gags de humor físico, con chistes ocultos entre el texto y referencias visuales a personajes de la cultura pop japonesa de aquella época. En este sentido tenemos que alabar la labor de Kimmo Ediciones por traducir e incluir notas al pie que expliquen estos chistes que hoy, cuarenta años después y a medio mundo de distancia, habrían pasado inadvertidos.

El último aspecto al que hemos de hacer mención es el divertidísimo y dinámico dibujo de Noboru Rokuda. Alternando las caracterizaciones normales de los personajes con las expresiones más caricaturizadas, la narrativa de sus páginas es fluida y muy fácil de seguir, con alternancia de escenas de acción, primeros planos, golpes de humor, e incluso efectos de ralentización de la acción para dotar de más dramatismo a escenas clave. Es una lástima que de este autor, que ha tenido una carrera de lo más prolífica en Japón, no nos hayan llegado más de sus obras, posiblemente debido al hecho de que tras este éxito sus trabajos posteriores no hayan igualado su popularidad.

El tercer volumen con las aventuras de Dash Kappei es una maravillosa mezcla de spokon y shonen humorístico, con personajes carismáticos y rebosantes de personalidad. Chicho Terremoto fue uno de los personajes más queridos y echado de menos por aquellos que crecimos viendo la televisión en los ochenta, y por fin el manga en el que se basó su serie de televisión cuenta con una edición de calidad y fiel al original en nuestro país.