Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson

Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson
Guion
Frank Miller, Roger McKenzie, David Michelinie, Mike W. Barr.
Dibujo
Frank Miller, Klaus Janson.
Tinta
Klaus Janson, Terry Austin.
Color
George Roussos, Glynis Wein, Bob Sharen, Dr. Martin, Klaus Janson, Chistie Scheele, Lynn Varley.
Formato
Cartoné, 880 págs, color.
Precio
70€.
Editorial
Panini. 2016/2022.
Edición original
Daredevil #158-191 y What If #28 y #35 (Marvel).

Vuelve a tiendas, con una reimpresión, un tomo que nunca debe faltar en ninguna librería: Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson  dentro de la que Panini llamó su Colección Frank Miller . Un tomo que contiene la etapa completa que reunió a Frank Miller y Klaus Janson y que supuso el debut a lo grande de Miller en Marvel tras haber realizado un par de números de Spiderman. Una etapa que cambió el destino del personaje, que parecía abocado a la cancelación; creó una mitología y llevó la serie por un camino que redefinió al personaje desde ese momento. Un tomo con encuadernación holandesa de casi 900 páginas donde comienza todo lo que cualquier aficionado de hoy debe saber del Hombre sin miedo.

Y es que a pesar de llevar más de 150 números, la colección se encontraba en un punto muerto, con una publicación bimestral, y unas tramas muy de «usar y tirar»: historias cortas, entretenidas, sin demasiado peso ni tramas continuadas de un número a otro, salvo en el tema de las relaciones amorosas, donde Foggy se encontraba a punto de casarse, y Matt se debatía entre el amor de la Viuda Negra y el de Heather Glenn. Así, lo mismo se enfrentaba al Gladiador, que a Hulk o al Dr. Octopus. Lo interesante de estos primeros números, escritos por Roger McKenzie, fue el debut de un joven dibujante, gracias a que Frank Robbins, que iba a ser el encargado de la serie, decidiera declinar la oferta. Miller había dibujado al personaje en los números de Spiderman de los que se había encargado y se había enamorado de él.


Estos primeros números suponen un cambio en el dibujo radical. El trabajo de Miller es rotundo, con unas escenas de acción novedosas para la época, con esas escenas en que se plasma la agilidad del héroe superponiendo varias de sus acciones a la hora de pegar a un mismo enemigo, y con los primeros indicios de esas señas de identidad que han hecho a Miller una leyenda en el medio: los contraluces, la iluminación a través de rejillas, o incluso el recurso a los informativos de TV como narradores de la situación.

El azar siguió haciendo su trabajo y Denny O’Neil entró como editor de la serie, poniendo su vista rápidamente en el trabajo de Miller y dándose cuenta del gran equipo que hacía con un Klaus Janson rotundo en sus tintas y sus acabados. Así, cuando McKenzie acabó abandonando la serie y, tras un fill-in de David Michelinie, decidió dar una oportunidad a Miller como autor completo. Por cierto, añado aquí un inciso, para los que estéis leyendo esta edición. En el último número de McKenzie, el 166, la última viñeta anuncia al Castigador en el siguiente número, y sin embargo es el Macero el villano al que se enfrenta. Realmente la historia que se iba a contar es la que tiene lugar en el número 183 pero el Comic Code acabó poniendo muchas pegas a esa trama y se pospuso unos meses.

La entrada de Miller como guionista fue todo un ciclón de aire fresco. Miller rápidamente crea su propia mitología, abandonando la fórmula de historias autocontenidas con un enemigo nuevo cada número y va introduciendo una base que aporta volumen al trasfondo de la colección. Así, recurre pronto a un villano conocido como Bullseye, pero le da ese carácter de patología neurológica que lo convierte en un tipo despiadado… y crea el conflicto para el héroe de si debe ayudarle a curarse o no. Toma a un villano que pertenecía al universo arácnido como Kingpin y se lo lleva a una serie donde encaja a la perfección. Un héroe urbano como Daredevil se ve muy beneficiado por este jefe del hampa que no solo se enfrentará a Daredevil sino a los demás jefes mafiosos. Miller también crea a Elektra, a Stick, a la Mano,… Para el lector que llegue a este tomo después de sus adaptaciones a imagen real puede resultar asombroso ver que algo que se considera inherente al personaje se crease en apenas un par de años.


Porque es otra de las características del trabajo de Miller: no da puntada sin hilo, ni números de relleno. Del primer enfrentamiento con Bullseye saltamos a Kingpin, a Elektra, a tener que encontrar y recurrir a Stick, a la famosa muerte de Elektra, a la aparición de la Mano, el Castigador… y todo narrado con una clara sensación de integración que no había tenido hasta ahora. Deja un poco de lado (no del todo) las tramas románticas y deja claro que Elektra puede entrar en una trama de Kingpin o el Castigador, y que en cualquier momento la Mano se mete entre un enfrentamiento con cualquiera de ellos. Eso aumenta el interés de la serie exponencialmente, dando la sensación por primera vez de que estás leyendo una historia que se continúa, y no es el villano del mes que al mes siguiente desaparece sin pena ni gloria.

A medida que Miller va tomando responsabilidades, le cuesta cada vez más cumplir los plazos y, si al principio Janson acaba algunos de los dibujos, llega un momento en el que Miller solo realiza los bocetos y Janson se encarga del resto. Si bien es apreciable el salto de un dibujante al otro, es indiscutible que ambos autores combinan perfectamente y no es un cambio que afecte a la lectura de estos números. El tomo se completa con un par de What If…?  dibujados por el propio Miller y un buen número de páginas con portadas alternativas o lápices y tintas donde se puede apreciar el trabajo de Janson sobre los bocetos de Miller.


En definitiva, Daredevil de Frank Miller y Klaus Janson  es un recopilatorio de una etapa imprescindible, tanto para comprender el trabajo de Frank Miller y ver sus inicios donde ya apuntaba maneras de todo lo que veríamos posteriormente en su obra, como del propio personaje. Un Daredevil que se encontraba en un momento de historias sin demasiado calado y que gracias a Miller y Janson adquirió una riqueza y volumen que sentaría las bases de lo que nos esperaría en años venideros. No solo redefinió su propio origen, sino que cambió lo que debía ser el personaje y sus enemigos. Y eso, sin llegar si quiera a Born Again

Lo mejor: Etapa imprescindible. Ver a Miller cambiarlo todo.

Lo peor: A pesar de lo bonita que es la edición y que, para el tamaño que tiene, no pesa demasiado, hay determinados bocadillos de páginas centrales en los que la lectura resulta difícil.