Craig Yoe y Steve Barnes son los creadores del blog The horrors of It All que desde hace años se encarga de reivindicar la época más pulp del género. También son los encargados de coordinar junto a IDW la fantabulosa colección The chilling adventures of horror comics que en cada uno de sus volúmenes recopila un buen puñado de de historietas cortas de los años cincuenta (cuando el género estaba en su máximo apogeo en el noveno arte) pertenecientes a una era en la que el Comics Code todavía no se había impuesto. Por su parte en España Diábolo lleva publicando desde hace un par de años estos volúmenes en unas ediciones prácticamente idénticas a las originales con papel de calidad, cartoné y apetecibles extras.

Algo curioso es que no los va publicando en el mismo orden que Estados Unidos. De hecho, este Criaturas del pantano es el último que ha aparecido al otro lado del charco donde ya llevan la friolera de veintiséis tomos. En España de momento van cinco, habiendo sido este precedido por los dedicados a historias de amor maldito, momias, zombis o el Frankenstein de Dick Briefer. Todavía nos quedan por delante (o eso espero) volúmenes dedicados al vudú, las brujas, vampiros, diablos o monográficos con la obra de míticos autores como Bob Powell, Jack Cole, Tom Sutton o Lou Cameron, todos ellos auténticos artesanos de las viñetas que le daban un toque único a sus páginas.

Pero mejor vayamos a lo que nos ocupa. En Criaturas del pantano contamos con diecisiete historias cortas de entre seis y diez páginas con la particularidad de que nuestra edición, gracias al buen hacer de Diábolo, tiene dos historias extra con respecto a la versión yanki. Sobre el protagonista (más un concepto que un tipo de monstruo concreto) seguro que todos pensáis en el bicho de la película La dama y el monstruo (The creature of the black lagoon de Jack Arnold, estrenada en 1954): el mítico bípedo con escamas y branquias que tan marginado ha sido en el cine. Tanto que, a diferencia de sus otros colegas monstruos, tiene contadas apariciones. De hecho, creo que más allá de la trilogía original de la Universal y de su participación en la cinta The monster squad (Una pandilla alucinante en España) no ha vuelto a asomar el hocico en el mundo del celuloide.

Este tomo sirve de homenaje a ese monstruo que probablemente sirvió de caldo de cultivo para las creaciones de DC y Marvel de Swamp Thing y Man Thing (que también tuvieron sus propias películas de serie B). Aunque no digo nada más y mejor os leéis el artículo de Stephen Bissette que abre el tomo, que es de lo más interesante. Pero como decía, en este quinto volumen de la Biblioteca de cómics de terror de los años 50 el nexo común son los pantanos, bayous o ciénagas donde podemos encontrar todo tipo de seres de pesadilla de las formas más variopintas, algunos incluso de influencia Lovecraftiana. Además, tendremos también brujas, zombis y mucho vudú propio de las zonas de Louisiana.

El punto fuerte de estas historias es la ambientación que los autores otorgan a las zonas pantanosas, que, recordemos, en algunos casos ocupan cientos de kilómetros cuadrados estando tan aisladas y siendo tan misteriosas como pueden ser el abismo oceánico o el espacio exterior. Con una sucesión de escenarios opresivos podremos leer tramas (llenas de tópicos) que abarcan desde los criminales que tratan de huir a través de los pantanos, venganza, historias de desamor, cazadores de tesoros o damiselas en apuros. Aunque en esta ocasión, estas son las menos pues aquí proliferan las féminas fuertes, codiciosas y malvadas, por lo que para disfrutar adecuadamente del tomo tenemos que ser capaces de ignorar el prisma machista exageradamente imperante en la época. A menudo las historias contarán con cierta moraleja final relativa a la ambición humana o los efectos que puede causar la intromisión o el desconocimiento del hombre al irrumpir en terrenos sagrados.

Casi me atrevería decir que este volumen es el que más he disfrutado de los cinco que hemos podido leer en España. Su tono, lo variado de sus historias o el impresionante trabajo de Lin Streeter, Jim McLaughlin, George Appel o el mencionado Lou Cameron logran unos resultados espectaculares. Esta colección debería estar en las bibliotecas de todo buen aficionado al terror sea o no lector de cómics.

PD: El material aquí recopilado pertenece a cabeceras como Strange Mysteries, Adventures of the unknown, Web of mystery, The hand of fate o Beware. Lamentablemente, tal y como era habitual en los cincuenta, muchas historias no están debidamente acreditadas por lo que la ficha del cómic difícilmente puede estar completa.