Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Batman R.I.P. La saga completa

Batman R.I.P. La saga completa
Guion
Grant Morrison, Chris Burnham, Geoff Johns, Greg Rucka, Mark Waid.
Dibujo
Keith Giffen, Joe Bennett, Gisueppe Camuncoli, Andy Kubert, John Van Fleet, J.H. Williams III, Chris Burnham, Tony Daniel, Ryan Benjamin, Lee Garbett, Frank Quitely, Philip Tan, Cameron Stewart, Andy Clarke, Dustin Nguyen, Chris Sprouse, Frazer Irving, Yannick Paquette, Georges Jeanty, Ryan Sook, Pere Pérez, Scott Kolins, David Finch.
Tinta
Ruy José, Lorenzo Ruggiero, Jesse Delperdang, Sandu Florea, Jonatahan Glapion, Mark Irwin, Saleem Crawford, Trevor Scott, Scott Hanna, Karl Story, Michel Lacombe, Walden Wong, Mick Gray, Alejandro Sicat, Richard Friend.
Color
David Baron, Pete Pantazis, Dave Stewart, Guy Major, John Van Fleet, Nathan Fairbairn, Ian Hanin, Alex Sinclair, Tony Aviña, Frazer Irving, José Villarrubia, Brad Anderson, Peter Steigerwald.
Formato
Cartoné, 1344 págs, color. 15.5x24 cm.
Precio
90€.
Editorial
ECC Ediciones. 2022.
Edición original
52 #30, 47, Batman #655-658, 663-669, 672-683, 700-702, DC Universe #0, Batman & Robin #1-16, The Return of Bruce Wayne #1-6 USA (DC Comics).

Se han puesto de moda los tochales, y con la línea DC Omnibus, ECC Ediciones le ha tomado el pulso a tomos de casi 1500 páginas. Batman R.I.P. La saga completa  es un espectacular tomo de 1344 páginas que contiene dos tercios de la etapa de Grant Morrison al frente de la colección de Batman . Y sí, es cierto que más o menos con este tomo, no se queda nada sin comprender… aunque para poder ver el significado global de lo que tenía en mente el escocés cuando escribió estos casi siete años de la colección o títulos relacionados, habría que leer la serie de Batman Inc. Ojo, no es cosa de ECC. La edición americana en Omnibus de la etapa de Morrison abarca los mismos números, en dos tomos.

Creo que lo comenté en alguna reseña anterior de parte del material incluido en este tomo: cuando leí la etapa de Morrison en su día, en grapa, me pareció un absoluto sinsentido que una de las colecciones más importantes y exitosas del cómic mundial fuese tan inaccesible y con un rumbo tan irregular. Fue una edición mezclada con Detective Comics  y con meses en los que no teníamos ningún número de esta etapa. Ahora, con la perspectiva del tiempo y, sobre todo, de una visión global, entiendo que pensara así, pero mi opinión no es la misma. De hecho, alabo el valor de los editores de DC en su día por confiar en un guionista que, por su inaccesibilidad en ciertos momentos, podría haber expulsado de la colección a muchos lectores.


Y es que la etapa en global tiene arcos muy diferentes, pasa del cómic palomitero puro al simbolismo y a la inmersión en el terreno del onirismo y la siembra de duda de si lo que estamos leyendo es real o no. Y, ojo, es Morrison, cuando lo hace, no se corta un pelo… Pero todo va dirigido a una meta final y cuando miras con una visión holística todo lo que ha escrito el guionista escocés, estamos ante un material de muy alta calidad, y poco habitual en el cómic de superhéroes. Acompañado por momentos de algunos dibujantes brillantes y otros por algo más deslustrados, es inevitable en una etapa tan larga la irregularidad gráfica. Pero, podemos decir que, por cantidad, Tony Daniel y por calidad (a pesar de su efímero paso) Frank Quitely destacan sobre la enorme lista de dibujantes que podéis ver en la ficha de créditos de esta reseña.

La etapa comienza con la presentación de Damian Wayne en un arco francamente palomitero con Batman enfrentándose a Talia Al Ghul y a la introducción en el universo DC de su, ahora, tan popular vástago. Y lo hace dejando claro que la idea que tenía en mente Morrison ya venía de antes, concretamente de 52 , cuando se hizo cargo de toda la trama del ritual de purificación tibetano Thögal con el que Batman saldría más fuerte del famoso salto al año después que orquestó DC tras las Crisis Infinitas . Morrison sigue tirando de ese concepto ya en la serie del Hombre Murciélago, y la usa como motor de su segundo arco (con permiso del crossover coral, no incluido en esta recopilación, La resurrección de Ra’s Al Ghul ) El guante negro , que toma conceptos de ese Thögal y los compara con un rito similar de aislamiento similar que hizo en el pasado, dirigido por el doctor Simon Hurt, pieza clave en toda esta etapa. Además, tira puramente de un Batman detective presentando un concepto primigenio de lo que luego sería Batman Inc. con un supuesto grupo de versiones mundiales de Batman y un caso al más puro estilo Cluedo de resolver un crimen durante una de las reuniones del grupo.


Poco a poco, Morrison va pasando de un cómic de acción completamente accesible, pero en los que se introducen una serie de conceptos que, sin llegar a ser difíciles de asumir, ya complican un poco la lectura como entretenimiento sin necesidad de esfuerzo. Pero lo hace de un modo muy sutil y progresivo: nos presenta a tres encarnaciones de Batman que complican el día a día del héroe, un Batpolicía con métodos bien distintos que intenta asesinar al Joker; un BatBane y un BatDiablo. Todo se acumula y va sumando hasta llegar a Batman R.I.P. un arco en el que el lector tiene que «venir comido de casa» y hacer un esfuerzo para no perderse en ese continuo salto entre lo real y lo no real. Morrison tira siempre de conceptos previos: Zur En Arrh (el planeta del Multiverso donde un científico se inspiró en Batman para convertirse en una versión especialmente colorida),  Batmito, o la Batradia (un gadget del Batman de Zur En Arrh que modificaba la atmósfera).

Este arco enlaza directamente con lo que Morrison estaba haciendo en Crisis Final . Si bien en las ediciones recopiladas americanas tampoco han incluido ninguna página de dicho evento, como si hicieron con las de 52 , sí podría haber sido buena idea incluir un artículo en este momento en el que el lector se pueda situar y saber que Darkseid disparó un rayo Omega sobre el héroe, provocando su aparente muerte.

Y aquí comienza una etapa que, particularmente, es de las que más disfruté en su día y sigo disfrutando hoy: la etapa con Dick Grayson tomando el manto de Batman y Damian Wayne el de Robin. Funciona especialmente bien porque ambos personajes tienen mucho bagaje, pero también son novatos en esos nuevos puestos. Dick no ha sido nunca mentor de nadie, y toma su propia experiencia con Batman para intentar llevar a Damian por el buen camino. Damian, por otro lado, prometió a su padre usar sus habilidades (aprendidas durante su educación por la Liga de Asesinos) para el bien… y nunca ha sido bueno aceptando órdenes. Pero creo que Morrison brilla especialmente mostrando un Batman con el mismo aspecto pero absolutamente reconocible como Dick Grayson. Sus métodos, la manera de afrontar los desafíos, su agresividad a la hora de enfrentarse a enemigos… es muy distinta, y no hace falta que se quite la capucha para saber que Dick y Bruce son muy diferentes.


Varios arcos argumentales con la presentación del Profesor Pyg y Scarlet, la vuelta de Capucha Roja, el intento de resucitar a Batman en una fosa de Lázaro y la colaboración con el misterioso Oberton Sexton darán lugar a la miniserie donde se cuenta dónde ha estado Batman después de recibir el disparo de Darkseid. El regreso de Bruce Wayne  es una historia por capítulos, con equipos artísticos diferentes para cada uno de ellos, y en las que Batman va saltando en el tiempo desde la Prehistoria, al viejo Oeste o incluso el futuro. En mi opinión es una serie muy irregular, que profundiza muy poco, y se limita a dar volumen a ese concepto de Batman dejando pistas a lo largo de la historia, pero que no pasa por ser más que un mero divertimento y un embellecimiento de la idea.

El arco ¡Batman y Robin deben morir!  es el colofón de muchos de los conceptos planteados hasta el momento, y puede ser un buen final incluso obviando Batman Inc. Un grand finale en el que el ataque de Simon Hurt, los Batmen mundiales, todo el asunto del Joker dejan lugar a la vuelta de Bruce Wayne como Batman. Un arco que termina con el Batman 700 donde se hace una perspectiva del personaje desde el pasado más inocente, el presente con todo lo acontecido y el futuro con ese Batman Damian que también se presentara en el Batman 666, con un pequeño guiño al Batman del Futuro.

La edición de ECC me ha sorprendido. Si bien es algo incómoda por el peso, es bastante manejable (una vez más, me posiciono a favor del formato jibarizado) y se puede abrir con facilidad sin que el lomo se resienta lo más mínimo, gracias a un buen cosido y un cartoné con un grosor de cubiertas justo para minimizar el peso sin que pierda robustez. El tomo contiene numerosos bocetos por parte de muchos de los dibujantes que han participado en estos cerca de 50 números que contiene. La única diferencia de contenidos con respecto a la edición en Batman Saga es que no se incluyen los números de la serie de Robin de Batman R.I.P. , aunque francamente, tampoco son imprescindibles.


En definitiva, Batman R.I.P. La saga completa  contiene una etapa brillante y valiente. Guiones muy por encima de la media, que buscan contar una gran historia, mostrando homenajes a la serie y presentando respetos por un, por entonces, inexistente Multiverso. Morrison toma numerosos elementos, claves en la propia idiosincrasia del personaje (Robin, Gordon, Thomas y Martha Wayne, el legado, Joker…) y construye un relato con infinidad de capas de lectura y cuya lectura en conjunto suponen una gran satisfacción para el lector. Es cierto que a veces se le ve queriendo disfrazarse de Moore pero, oye, por momentos lo consigue… así que merece la pena.

Lo mejor: La lectura global. La edición es sorprendentemente más manejable de lo que cabe esperar para un tomo de estas características. Los números de Quitely, siendo pocos, destacan sobre el resto.

Lo peor: Para el que busque un Batman accesible y palomitero, esta etapa puede acabar por perderle. Tony Daniel no me parece a la altura de una etapa como esta. Que los números de Quitely sean tan pocos.