A pesar de su capacidad de mantenerse impasible al paso del tiempo gracias a las Fosas de Lázaro, Ra’s Al Ghul parecía haber pasado a la historia tras su fallecimiento en la historia La muerte y las doncellas, de Greg Rucka. Pero como es bien sabido, la muerte de un personaje principal en el mundo del cómic es algo, por lo general, poco duradero. En Batman Saga: La resurrección de Ra’s Al Ghul presenciamos la vuelta de este villano clásico de Batman a la palestra, y para ello intentará apoyarse en su nieto Damian, algo que el detective no está dispuesto a permitir. ECC continúa la edición de esta etapa del Batman de Grant Morrison en su sello Batman Saga. Anterior a este tuvimos otro tomo, Grotesk, pero no incluía ninguno de los números escritos por Morrison.
Llegamos a un evento que durante un par de meses cruzó a todas las colecciones del murciélago para contar este regreso de Ra’s Al Ghul a la vida de Batman. A pesar de su regreso a la vida, está encerrado en un cuerpo intoxicado por polonio, que se está descomponiendo cada vez más. Para ello, tendrá que hacer el paso a otro cuerpo, para lo cual hará todo lo que esté en su mano, incluso si para ello tiene que recurrir a su propio nieto. Batman no está dispuesto a permitirlo, y por ello cruzará medio mundo intentando que Ra’s no llegue a entrar en contacto con Damian.
La idea general de la historia es interesante, pero adolece de lo propio de este tipo de eventos repartidos en múltiples series, cada una de su padre y de su madre: tiene sus números mejores y sus números peores, y en esos peores, es muy difícil ocultar esa sensación de evento alargado artificialmente. Y es que La resurrección de Ra’s Al Ghul está contada en las series Batman, Detective Comics, Robin y Nightwing, y cuenta con dos partes del preludio en los anuales de Batman y en el de Robin, aunque en este último solo se incluye la historia relacionada con el evento, de 16 páginas. Está estructurada en tres preludios, siete capítulos y un epílogo. Cada serie está escrita por el guionista titular de cada cabecera (Grant Morrison, Paul Dini, Peter Milligan y Fabián Nicieza), y aunque cada salto de cabecera mantiene la linealidad de la historia, va cambiando de punto de vista de Batman a Nightwing, Damian o Tim Drake.
Si la saga se hubiera ceñido a los números y el punto de vista de Batman, sin duda, habría ganado en empaque y hubiera sido mucho más redonda. Las historias contadas en las series de Robin y Nightwing me parecen un poco más de relleno, centradas en la acción y las peleas, aunque por otro lado es innegable que aportan volumen a los personajes. Gracias a su extensa duración puede profundizar más en las motivaciones de Talia o del propio Ra’s, y ver los conflictos de Tim o Dick. Es algo que los seguidores de las series agradecerán, aunque mirando estrictamente este tomo de manera independiente, y en pos de la historia, hubiera preferido solo la historia principal. Y me refiero, obviamente a la edición original americana. ECC ha editado la saga como debe ser, con todos sus números, completa. En todo caso, la historia es muy disfrutable y no llega a ser tediosa en ningún momento, cuenta con guionistas que saben mantener el nivel en cruces de este tipo. Personalmente, los números que más he disfrutado son los de Batman de Grant Morrison y sobre todo el enfrentamiento con el Sensei, planteado de una manera inteligentísima.
Lo que sí me desagrada de este tipo de series corales es el aspecto gráfico tan variado. Si en los guiones se mantienen los responsable habituales, en el dibujo solo repite Tony S. Daniel. Don Kramer y Ryan Benjamin participan en los dos números de sus series, pero en uno de ellos comparten con otro autor. Son estilos, en algunos casos, muy diferentes, pero mantienen medianamente una homogeneidad visual, aunque hay casos específicos en los que hay cambios bruscos, especialmente con Benjamin, que en su último número nos muestra a un Ra’s y un Fantasma Blanco tan diferentes de lo que hemos visto en su última aparición que me hizo pensar que me había saltado algo. Más que del dibujante, es un fallo del editor, que debe ser quien vigile la uniformidad visual en todo momento de una serie a otra.
En definitiva, Batman Saga: La resurrección de Ra’s Al Ghul.
Una interesante recuperación del clásico villano de Batman, con una historia repartida entre las diferentes colecciones del murciélago, y que a pesar de los cambios gráficos de una colección a otra o de que el foco de la historia vaya cambiando continuamente, hace que el global de la historia sea muy satisfactorio y una lectura divertida. Tal vez me habría gustado ver más desarrolladas las historias de algunos villanos que aparecen y desaparecen demasiado bruscamente, como Tiger Moth, Dragon Fly y Silken Spider o el grupo de villanos que acompaña a Merlyn, pero la historia tiene sentido y no es como esos otros eventos que están más al servicio de las diferentes series que de la historia principal. Aquí la historia principal es lo más importante, y tiene un rumbo firme en todo momento, aunque algunos números puedan estar estirados con enfrentamientos que se puedan resumir más o incluso obviar. Ahí radica en mi opinión el éxito por el cual la lectura no decae en ningún momento. Para continuar con la parte exclusivamente de Morrison (y es curioso tener que decir esto en una línea que se llama Batman Saga: El Batman de Grant Morrison) pasaremos al tomo cuatro, El Guante negro.
Lo mejor: Los números de Morrison y en concreto el enfrentamiento con el Sensei. A pesar de estar muy repartida entre varias series, la historia no decae ni se difumina.
Lo peor: Los cambios de dibujante tan continuos. Los villanos secundarios, con una historia menos sólida que el resto.
