Que el Joker está de aniversario es algo que no se le escapa a nadie. No hace mucho hablamos por aquí del enorme tomo recopilatorio que recogía algunas de sus historias más señaladas de los últimos 80 años. En lo referente a la actualidad, tampoco andamos cortos de proyectos, pues Jeff Lemire ha publicado un par de proyectos al amparo de DC Black Label, y Geoff Johns por fin está contando la historia de los tres Jokers que llevaba en el aire desde el especial DC: Renacimiento de hace más de un lustro.
Y si hablamos del Príncipe payaso del crimen es inevitable no hacerlo del Asilo Arkham (no en vano pasa ahí la mayoría del tiempo). Recientemente hemos visto cómo ECC publicaba el integral de Asilo Arkham: Año Uno. Ahora le llega el turno a la reedición de Asilo Arkham: Locura (que no se editaba en España desde febrero de 2011 cuando Planeta Cómic lo lanzó a la venta). Una novela gráfica de 104 páginas realizada totalmente por Sam Kieth. Pero que nadie se confunda, esta obra no es una secuela espiritual de la legendaria Asilo Arkham (a secas) de Grant Morrison y Dave McKean, no. Se trata de un proyecto que puede complementar perfectamente al mencionado cómic. Si aquel fue todo un duelo entre Batman y el Joker, en AA: Locura el foco es puesto en unos protagonistas totalmente distintos.
Un “homenaje” a los sanitarios salpicado de horror
Sam Kieth pone énfasis en los grandes olvidados del Asilo Arkham, en sus verdaderas víctimas (y no me refiero a los criminales que Batman encierra casi a diario). Me estoy refiriendo por supuesto a sus trabajadores: médicos, psiquiatras, celadores, vigilantes o enfermeras… especialmente en una concreta llamada Sabine Robbins, que se verá obligada a doblar turno en un lugar tan espeluznante como ese.
El propio autor rinde homenaje en estas páginas a todos aquellos a quienes no les gusta su trabajo, a esas personas para las que el reloj parece no avanzar durante su jornada laboral (brillante es el trabajo de Kieth mostrando un reloj que parece sangrar para dar más fuerza a la sensación de hastío vital). La enfermera Robbins representa a todas estas personas que se sienten atrapadas, lo que pasa es que normalmente en tu trabajo no corres el riesgo de que Killer Croc te arranque la mano de un mordisco al darle de comer.
Sam Kieth nos regala un relato rebosante de la cotidianidad más horripilante. Para ello convierte al Asilo Arkham en un personaje más. Uno que casi parece salido del relato más oscuro de Edgar Allan Poe. Su Arkham es enorme, inhóspito, frío, oscuro. Un abismo que te devuelve la mirada tras cada esquina.
Sabine deberá afrontar un trabajo horrible, unos turnos impuestos por la pura necesidad de llevar un sustento a un hogar cuyos integrantes (en especial su hijo Ozzy) son su único faro, su fuerza para seguir adelante. Pero desde luego no le será fácil mantener la cordura en un lugar que parece dispuesto a devorarte y no dejarte marchar jamás. El bueno de Kieth juega mucho con el lenguaje y las metáforas a la hora de comparar el trabajo con una pesadilla. También logra transmitir a la perfección la angustia sufrida por el personal de Arkham: Seres humanos que son llevados hasta el límite de sus corduras y que recurren a cualquier balón de oxígeno que se les presenta para lograr salir adelante, porque al final del día se sienten casi tan presos como los propios pacientes del sanatorio Arkham.
Por supuesto que aparecen algunos villanos de Batman como el mencionado Killer Croc, Dos Caras, el Espantapájaros, Harley Quinn o el Joker que hace mucho más que adornar la portada de la obra. Cierto es que no tienen el peso que el lector más aficionado al cómic mainstream de superhéroes quisiera encontrar. Pero francamente, para eso ya hay muchos otros cómics. Creedme, solo por ver la forma que tiene el Joker de gastar bromas basadas en clichés clásicos del humor ya merece la pena leer Asilo Arkham: Locura.
En lo referente a la parte artística… Como seguidor que soy de Sam Kieth desde su etapa en The Maxx en los años noventa o su serial de Veneno y Lobezno en Marvel Comics Presents debo admitir que me ha vuelto a dejar con la boca abierta. La capacidad como dibujante de Kieth parece no tocar techo. Se nota mucho, como él mismo reconoce, que le han dejado hacer lo que le ha dado la gana con la obra. Alterna su estilo más cartoon con el más realista: usa fotos retocadas, collages, acuarelas… en definitiva, lo que le ha salido del nardo para representar este pedacito de infierno en la Tierra.
Como parte negativa me atrevería a decir que quizás Sam Kieth ha querido morder muchas tramas, personajes, escenas y al final el número de páginas se le ha quedado escaso. Si bien la historia de Sabine tiene un principio y un final, de algunos otros secundarios nos habría gustado conocer más detalles.
Asilo Arkham: Locura es posiblemente uno de los tebeos de la franquicia de Batman que más desapercibidos pueden pasar. No es explosivo, no es rompedor, pero vaya, está jodidamente bien hecho y seguro que no os defrauda.