Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Josefina. La Emperatriz de las Rosas 1

Josefina. La Emperatriz de las Rosas 1
Guion
Kaoru Ochiai
Dibujo
Yumiko Igarashi
Formato
Rústica con sobrecubierta. 192 páginas. 123×182 mm. B/N
Precio
9 EUR
Editorial
Arechi Manga (Yermo Ediciones). 2021
Edición original
Bara no Josephine 1

Rosa, una joven nacida en la isla de Martinica, una colonia francesa en el mar Caribe, es hija de una familia noble caída en desgracia. Un día recibe una profecía de una adivina que le dice que tendrá una vida especial y será más que la reina, lo que la lleva a viajar a París y empezar una nueva vida… Yumiko Igarashi, la archiconocida ilustradora de Candy Candy, rinde homenaje en esta obra a Josefina Beauharnais, esposa de Napoleón Bonaparte, una mujer atrapada entre la pasión y el deber, entre el amor y la Historia.

Yumiko Igarashi es una mangaka japonesa que alcanzó la fama en los años setenta con la serie Candy Candy, y cuyo trazo sentó las bases del shojo (manga para chicas) moderno. Autora de otras obras como Georgie o Mayme Angel, su estilo es fácilmente reconocible por los grandes y resplandecientes ojos de sus protagonistas, y sus pobladas melenas llenas de rizos y tirabuzones. Alrededor de 2011 se alió con la escritora Kaoru Ochiai para llevar al cómic la vida de Josefina de Beauharnais, más conocida como la Emperatriz Josefina, esposa de Napoleón I.

Josefina

La vida de Josefina, desde luego, es digna de ser contada y, en esta historia quien nos la cuenta es Agathon, su amigo de la infancia y posteriormente sirviente en París, creado ex profeso para esta obra. En este manga vemos cómo fue su infancia en la isla caribeña de Martinica, una colonia francesa en las Antillas Menores adonde los padres de Josefina huyeron escapando de la presión social parisina. Pese a que no les faltaba de nada, y tenían tierras, plantaciones de caña de azúcar y abundantes criados, no se puede decir que fuera una familia acaudalada, y es por ello que la proposición del vizconde de Beauharnais para que Josefina se casara con su hijo Alejandro fue muy bien recibida. Josefina se casó con Alejandro en París prácticamente al día siguiente de bajar del barco, y pese a haberle dado dos hijos, su matrimonio no fue feliz a causa de las constantes infidelidades de él. Este primer volumen (de cuatro) se cierra con la llegada de Josefina a Fontainebleau, tras su estancia en la Abadía de Penthemont, donde convivió con otras mujeres de la alta sociedad francesa, y de quienes aprendió los modales necesarios para desenvolverse en la Corte parisina.

Quienes busquen rigor biográfico histórico se verán seriamente decepcionados. Si bien es cierto que esta Josefina sigue los pasos que recorrió el personaje real, también lo es que gran parte de lo que aquí se narra está edulcorado para hacerlo más afín a los gustos de las jóvenes lectoras. Para empezar, los rizos rubios de esta Josefina y su piel blanca contrastan con los cabellos castaños y la tez bronceada (y dientes picados y descoloridos por el exceso de dulces en su infancia) que lucía la auténtica. Y aún habremos de ver, en los números siguientes, cómo enfocan las autoras el hecho de las continuas infidelidades que cometió estando casada con Napoleón, lo del micropene de éste, o la leyenda de que a Napoleón le excitaba sobremanera el olor corporal de su mujer, hasta el punto de avisarle por carta días antes de su regreso de las campañas militares, para que no se aseara. En realidad, el verdadero interés de esta obra reside en el aspecto romántico de Josefina, para lo que la dibujante Igarashi (Los mejores cuentos de hadas) se ha tomado abundantes licencias. Es éste un manga creado para sus fans, para quienes disfrutan de un shojo con todos sus tropos, y para los nostálgicos que crecimos con la inmortal Candy Candy y sus amoríos televisivos.

Josefina

Este primer volumen de Josefina. La emperatriz de las rosas nos lleva desde la infancia de Josefina (o Rosa, que era su segundo nombre, y como la llamaban de niña) hasta el estallido de la Revolución Francesa, un acontecimiento que se nos va insinuando desde la llegada de Josefina a París, siendo testigo de la pobreza que imperaba en sus calles, originada por los despilfarros de la aristocracia. Recordemos que el mismo Palacio de Fontainebleau, cerca de donde se alojó Josefina, había sido un regalo del rey Luis XVI a la austriaca Maria Antonieta, lo cual fue muy mal visto por el pueblo de Francia. Josefina es, al fin y al cabo no tanto un trabajo de erudición biográfica como un manga romántico, y como tal hemos de decir que es enteramente satisfactorio.