Tras dinamitar el concepto de superhéroe en la década de los ochenta con obras como Miracleman o Watchmen, en 1999 Alan Moore decidió darle una vuelta de tuerca más al tebeo mainstream con su línea America’s Best Comics. ABC nació tras una propuesta de Jim Lee a Alan Moore y originalmente vio la luz dentro de Wildstorm, el estudio de Lee dentro de Image. Tras la venta de Wildstorm a DC Comics, los tebeos ABC se siguieron publicando en USA bajo el paraguas del sello Vertigo.

Lanzando cinco colecciones a la vez (Top Ten, Promethea, Tomorrow Stories, La liga de los hombre extraordinarios y Tom Strong), el guionista inglés se embarcaba en un intento de mostrarnos los orígenes del género superheroico. La mayoría de estas series nos llevaban a imaginar cómo serian los tebeos de superhéroes si la figura del superhéroe clásico por excelencia, Superman, nunca hubiera existido. La excepción sería Top Ten, donde Moore convierte en irrelevante el concepto de superhéroe al crear un universo donde todo el mundo tiene superpoderes.

Dentro de la línea ABC, Tom Strong era quizá la propuesta más convencional, apostando por un tipo de héroe con un marcado corte pulp. La publicación de esta serie en nuestro país, como el resto de colecciones de ABC, ha sido algo accidentada. Los primeros números fueron publicados en grapa por Planeta. Después Norma Editorial pudo completar su publicación en siete tomos. Ahora ECC Ediciones nos trae otra edición de Tom Strong, en esta ocasión recopilada en tres magníficos tomos de tapa dura. Veamos pues que nos ofrece el primer tomo de ECC.

Tom Strong, Volumen 1

Tom Strong es el héroe científico más famoso del mundo y el protector de Millenium City. Nacido a finales del siglo XIX, Tom Strong es el producto de un experimento científico desarrollado por sus padres en la isla tropical de Attabar Teru. Un experimento que tuvo como resultado una persona con un físico y una inteligencia muy por encima de la media. Y gracias a la Goloka, una planta nativa de la isla, Tom tiene una gran longevidad.

Tom Strong y su familia (Chris Sprouse)

Este primer tomo recopila los primeros catorce números de una serie que alcanzaría las treinta y seis entregas. En ellos nos encontraremos los orígenes de Tom Strong y un montón de historias con un tono marcadamente pulp: inventos imposibles, monstruos alienígenas, viajes por el espacio y por el tiempo, mundos paralelos, realidades alternativas… Una tormenta de conceptos alocados donde el límite lo pone la imaginación de Alan Moore.

Y es que lo que nos propone el barbudo en Tom Strong es un puro ejercicio de nostalgia. Toda una declaración de amor a los modos y temáticas de la ficción popular de los años 20 y 30 del siglo pasado. Un homenaje a Haggard, Burroughs, Howard, Lovecraft y a los tebeos de la Golden Age. Lo cual es es su mayor virtud, y su principal defecto también. No busquemos en estos tebeos dobles lecturas, reinterpretaciones de ideas clásicas o miradas subversivas. A diferencia de otros tebeos de la linea ABC como Promethea o La liga de los hombres extraordinarios, que le sirven a Alan Moore como vehículos para explorar detalladamente algunas ideas (ya sean cosas como la magia o la ficción victoriana), aquí solo pretende entretener. Nos encontramos con relatos inocentes y optimistas, con héroes y villanos muy contrastados. No hay tampoco una historia de fondo que cohesione toda la serie. Pequeñas aventuras de uno o dos números que casi pueden ser leídas en cualquier orden. Hay pequeñas chispas de brillantez, como esa idea metalingüistica de Tom Strong como personaje de cómic dentro de su propio mundo, pero apenas se profundiza en ellas.

Del mismo modo su galería de personajes no resulta particularmente memorable, aunque la familia de Tom Strong tiene cierto carisma: Dhalua, esposa de Tom Strong y princesa guerrera de Attabar Baru; Tesla, la eterna hija adolescente de la pareja, Pneuman, el mayordomo robótico steampunk y Salomón, el simio inteligente amigo de Tom. Estos personajes funcionan como motores de las aventuras o como pequeños alivios cómicos, pero no hay demasiada profundidad en ellos. Aunque Moore consigue darles la necesaria para alejarlos del mero arquetipo pulp.

A nivel gráfico, el trabajo de Chris Sprouse es intachable. Sus diseños de tecnología retrofuturista y escenarios de fantasía son excelentes, y su narrativa es siempre clara y funcional. Sin embargo Tom Strong, excepto en momentos puntuales, se aleja de esa experimentación gráfica característica de otros tebeos de ABC. También el homenaje y la nostalgia es su mayor característica a nivel visual. Las portadas utilizan composiciones y tipografías típicas de las revistas pulp, y el diseño de página y la narrativa se adaptan a la época en la que transcurre la historia. Para lograr esto Moore se apoya, además de en Sprouse, en otro montón de dibujantes para dar su visión característica de esas épocas y mundos diferentes. Por las páginas de Tom Strong veremos aparecer artistas como Arthur Adams, Dave Gibbons o Paul Chadwick entre otros muchos.

Así pues, hay que ser consciente al acercarse a estos tebeos de lo que son: un pequeño divertimento, excelentemente escrito que nos intenta retrotraer a otra época. Si uno se lee este tomo de ECC de continuo, uno puede llegar a aburrirse un poquillo, pero si vamos leyendo de forma puntual, Tom Strong ofrece grandes momentos de diversión y una imaginación desbordante. Los fans del pulp agradeceremos este homenaje al género y el profundo cariño que transmite Alan Moore por este tipo de historias.

—¿Los muertos tenían algún mensaje?
—Sí —dijo Tom Strong—. Dejadnos en paz.