Tras un cliffhanger al final del noveno tomo, casi de ser mala persona por parte del autor por dejar al pobre e indefenso lector en una situación de tal ansiedad durante un período que en nuestro caso ha sido de dos meses (coincide con el descenso de ritmo de publicación en España por parte de Norma), retomamos la historia donde la dejamos, saciando por fin nuestra necesidad de saber cómo continúa. Tokyo Revengers 10 es un tomo de esos que, incluso en la edición kanzenban que publica Norma, se centran en un mismo enfrentamiento y parece que la acción apenas avanza. Una vez más, aviso que, a pesar de evitar spoilers del tomo reseñado, si no has leído los tomos anteriores te recomendaría que dejaras de leer porque sí puedo hablar de cosas que ya han sucedido anteriormente.
Y es que nos habíamos quedado con el enfrentamiento entre la Toman y la Tenjiku con sus dos principales baluartes abatidos por la muerte de Ema y con Takemichi y los principales miembros de su banda al borde de la derrota a manos de los reyes de la banda rival. La primera parte de la obra se centra en el enfrentamiento de Hakkai y Angry con los hermanos Haitani, aunque pronto tendrán que entrar en acción algunos de los demás miembros para poner fin de una vez a las diferencias entre ambas bandas.
Los dos tankōbon que conforman el tomo destacan por un cambio en un personaje de puro shonen y sobre el que no voy a entrar demasiado en detalles pero que cualquiera que lo haya leído sabe a qué me estoy refiriendo, con un cambio en la pelea que tal vez contraste demasiado con el «realismo» de la serie (con doble comilla eso del realismo); pero sobre todo porque vamos a conocer la historia de infancia de Mikey e Izana que explica muchas de las cosas que hemos estado viendo hasta ahora.
Precisamente hace unas semanas han anunciado el final de la serie que, previsiblemente, llegará en el tomo 15 de esta edición española. Y me parece bien que vayan planteando un final, porque hemos llegado a un punto en el que cualquier alargamiento de la historia se va a ver como un «estirar el chicle». La situación de los viajes en el tiempo está bloqueada por lo que sucedió con Naoto y Kisaki ya ha sido identificado como némesis principal de Takemichi en los viajes adelante y atrás en el tiempo. Llegado a este punto, cualquier intento de retomar la premisa que hace más interesante la serie (la de poder hacer y deshacer las cosas que pasan) va a verse como un refrito para volver a plantear la misma situación una y otra vez. Ojo, que eso es lo que sucede con gran parte de los shonen y sus lectores están más que satisfechos con dicha fórmula, pero pienso que si algo hace diferente a Tokyo Revengers es precisamente esa historia que puede enganchar a lectores de más edad y que somos más indulgentes con las fórmulas del shonen, con tal de saber cómo avanza la historia.
Creo que va siendo el momento de terminar de cerrar algunas tramas del pasado y dar por fin el salto al futuro para completar allí la historia. Si Wakui es capaz de equilibrar la historia podría quedar un manga absolutamente legendario para la posteridad, aunque por lo que le leo a los que llevan la serie a ritmo de publicación japonesa, y a falta de cinco capítulos para acabar, comentan que queda demasiado por cerrar en tan corto espacio… pero bueno, no nos adelantemos.
En definitiva, Tokyo Revengers 10 es un tomo de transición, en el que cerramos el enfrentamiento que se había planteado en el último tomo. Es un tomo en el que hay una narrativa descomprimida hasta el máximo de su capacidad, con un enfrentamiento contado en 400 páginas de cómic, pero con esos recursos tan propios del manga que hacen que el lector mantenga la tensión durante toda la lectura, bien sea por giros inesperados o por la introducción de flashbacks del pasado con los que destensionar la escena. La serie mantiene el interés y para los que la seguimos suele ocupar un lugar de privilegio en nuestras montañas de lectura pendiente. Por algo será…
Lo mejor: La habilidad que tienen los japoneses para contar tan poco en tanto espacio y mantener el interés. Hey, ¡me he acordado de todos los nombres para la reseña!
Lo peor: Para el lector de más edad, la primera parte del tomo con el giro en la pelea por un recurso muy propio de otros shonen de lucha.