Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Super hijos: El proyecto Escudo Polar

Super hijos: El proyecto Escudo Polar
Guion
Ridley Pearson
Dibujo
Ile González
Formato
Tomo. en rústica. 14 x 20 cm. 152 páginas a color
Precio
9,95 EUR
Editorial
Hidra. 2020
Edición original
Super Sons: The Polarshield Project

Los casquetes polares han empezado a derretirse más rápido, y todas las ciudades costeras del mundo están en peligro. El clima se ha vuelto imprevisible y mortal, y está forzando a mucha gente a abandonar su hogar. La Tierra se enfrenta a su mayor crisis… ¡y nadie es capaz de encontrar ni a Superman ni a Batman!

Se suele cometer el error de menospreciar el cómic infantil, o incluso de aceptar una reducción en los estándares de calidad, ya que “es para los críos, que no distinguen”. Y es un error muy grave, puesto que implica considerar el cómic infantil como un género menor, cuando en realidad suele suponer la puerta de entrada al cómic “adulto” y al mundo de la lectura en general para la mayoría de los jóvenes, por lo que debería recibir una atención prioritaria. Cierto es que estamos viviendo una edad de oro en lo que se refiere al cómic mainstream (re)dirigido a los chavales. Hacía tiempo que no veíamos en las librerías cómics de Superman, Wonder Woman o Batman orientados a los más jóvenes, aparte del ocasional cuento infantil. La línea para niños de DC Comics (inicialmente llamada DC Zoom, y actualmente bajo el nombre Graphic Novels for Kids) que está publicando en España la Editorial Hidra apunta a esa franja de edad tan dispersa y complicada que está justo antes de empezar la adolescencia (de 8 a 12 años), que es en la que la muchos de nosotros estábamos cuando empezamos a leer tebeos. De ahí la importancia de presentar un producto de calidad que enganche a los lectores desde muy temprano. Desafortunadamente, esta novela gráfica protagonizada por los Super Hijos no supera el filtro inicial y se queda en un producto que, lejos de ser infantil, peca de infantiloide.

super hijos

Para hacer un breve resumen del argumento, Superman y Batman están fuera del país (uno en la órbita de Marte y el otro perdido en Asia), de modo que son sus respectivos hijos quienes han de hacer frente a una extraña enfermedad que está afectando a los ciudadanos de Metrópolis y localidades cercanas. A Jon Kent y Damian Wayne (que aquí se empeña en que le llamen Ian, sin motivo aparente) se les unen dos chicas, Tilly y Candace, y entre los cuatro resolverán el misterio de la enfermedad fatal y pondrán fin a los actos vandálicos que afectan a la ciudad. El guionista Ridley Pearson (autor de la serie de novelas Kingdom Keepers para Disney Boks) ya avisa desde el prólogo que estos son unos Jon y Damian distintos a los que conocemos, y para hacer suyos a los personajes emplea una serie de trucos que ya desde el principio nos hacen torcer el gesto. Para empezar, se inventa una realidad alternativa en la que Metropolis, Gotham y el resto de ubicaciones que aparecen aquí ya no están en Estados Unidos, sino en la nación ficticia de Coleumbria. ¿A qué responde este cambio? ¿Qué explicación le da el autor? Absolutamente ninguna. Es más, durante toda la lectura del tebeo estamos completamente perdidos porque se menciona a Coleumbria sin explicar qué demonios es. Y sólo al llegar al final y leer el glosario de personajes y lugares es cuando descubrimos que es un país que se ha sacado de la manga para ambientar esta aventura. Completamente absurdo: mantienes el nombre de los personajes y de la ciudad donde viven, pero le cambias el nombre al país. ¿Por qué? Porque patatas. Si un adulto se desorienta con esto, no me quiero ni imaginar cómo se lo tiene que tomar un niño.

Por otro lado, las caracterizaciones de los niños protagonistas son muy dispares: Jon Kent ha sido educado por sus padres de un modo responsable, y se le ha enseñado a no abusar de sus poderes. Sin embargo, este Damian Wayne no ha sido criado por Ra’s al Ghul, lo que explicaría su carácter engreído y prepotente, sino por Bruce Wayne y Alfred, y no ha conocido a su madre. ¿Cómo es posible que haya salido así? ¿Criaría Batman a semejante mocoso maleducado? El personaje de Candace es de origen africano, y su camiseta lleva un dibujo de un elefante muy similar al diseño del uniforme del personaje Vixen. ¿Están relacionadas? ¿Es Vixen la madre muerta de Candace? Preguntas que, es de suponer, serán respondidas en sucesivas entregas de esta serie, pero que de no ser así se trataría de una triquiñuela muy sucia por parte de los autores.

La otra mitad del equipo creativo de este cómic lo forma la ilustradora mexicana Ile González, que anteriormente había trabajado en una empresa de cómics digitales llamada Madefire. Para ambos autores se trata de su primera incursión en el cómic, y es más que evidente en el resultado final: transiciones entre páginas y viñetas muy forzadas, las páginas carecen de fluidez narrativa y en general resulta una lectura aburrida e intrascendente. Y lo siento, pero no sirve la excusa de que al ser un cómic para niños no se le puede pedir más, porque si no recuerdo mal en los años 70 y 80 también se hacían cómics infantiles y tenían una calidad narrativa infinitamente superior. Existe la tendencia a creer que cualquier novelista puede escribir cómics, y que cualquier profesional de la ilustración ya está capacitado para el difícil arte de la narrativa secuencial. Y no es así: son disciplinas diferentes, con lenguajes diferentes y exigencias técnicas y artísticas diferentes. A veces salen autores que despuntan en ambas disciplinas y otros, como estos Pearson y González, que en este caso hacen agua.

super hijos

Esta edición de Super Hijos: El proyecto Escudo Polar, de Editorial Hidra, cuenta con la traducción de Scheherezade Surià, y respeta el formato original americano. La serie cuenta con dos entregas más (por ahora) en Estados Unidos, que presumiblemente acabarán también por ver la luz en nuestro país. Esperaba más de estos autores, habida cuenta de la excelente calidad con la que cuenta habitualmente la serie regular de estos Super Hijos. Esto nos demuestra que el que un autor sea “superventas del New York Times” (como lo son todos los autores que están escribiendo para la línea infantil de DC Comics) no es garantía de calidad.