Admitámoslo, la rama central de la continuidad DC no atraviesa su mejor momento. Los últimos tiempos de Dan Didio y los años tras la reconversión no nos han dado demasiadas alegrías en el tronco central de DC. Sin embargo, no es el caso de muchos de los títulos que funcionan más al margen. Incluso en la propia rama central de DC hemos tenido ciertos destellos de gloria en este aspecto con títulos como Jimmy Olsen, DCsos o Superman: Arriba en el cielo, pero sobre todo, lo mejor lo hemos venido encontrando en los sellos adyacentes como los dedicados para jóvenes y niños, Black Label (y sus subsellos) o incluso otros que casi parecían extintos, como Young Animal, de la mano del cual nos llega Sector Lejano.
Sector Lejano se presenta como una rara avis en muchos sentidos. No es solo porque llegue con el sello Young Animal, que parecía abandonado a morir, es que ni siquiera juegan la baza de comercial de poner un «Green Lantern» delante del título. Para más inri, a primera vista los nombres al cargo son prácticamente completos desconocidos en el mundo del cómic. Huele a fracaso directo, ¿no? Pues quitáoslo de la cabeza porque Sector Lejano es uno de los mejores tebeos de DC de los últimos años.
Cierto que Nora Keita Jemisin no es conocida en el mundillo, porque de hecho es este su primer cómic — esperemos que no el último — pero esta escritora es toda una recordwoman en el mundo de la literatura de ciencia ficción. No es solo que sea la primera persona afroamericana en ganar el premio Hugo a la mejor novela, sino que es la única que ha ganado dicho galardón tres años seguidos con su Trilogía de la Tierra Fragmentada.
Tal vez el currículum de Jamal Campbell no sea tan espectacular como el de su colega escritora. Quizá su mayor logro antes de Sector Lejano fuera una nada despreciable carrera como portadista de la serie de los Power Rangers en BOOM!, pero su trabajo en este tomo le ha valido una nominación a mejor portadista, además de otra a la mejor serie limitada y desde entonces se le ha podido ver en Naomi, con Brian Bendis, o La otra historia del Universo DC, que está a punto de llegar por nuestros lares, y creedme que seguiremos oyendo hablar de este canadiense.
Tampoco parecía muy halagüeño el hecho que Sector Lejano nos introdujera al enésimo Green Lantern terrestre. Ya solo en el presente siglo se habían creado cuatro a añadir al ya nutrido número que ya existía. Además, ni Simon Baz ni Jessica Cruz — y no digamos ya Teen lantern — tenían un ápice del peso y la relevancia de Hal Jordan, John Stewart, Guy Gardner o Kyle Ryner. Sin embargo, con solo esta primera historia, Sojourner “Jo” Mullein destila un carisma y una personalidad propia que nos hace cruzar dedos por que esté aquí para quedarse.
Como podemos intuir, Sector Lejano nos lleva a un remoto rincón del universo donde existe una esfera de Dyson en la que se ubica Ciudad Duradera. En Ciudad Duradera hace 500 años que no existen los crímenes violentos y tres especies coexisten sin altercados, debido a la implantación de un regulador de emociones, que inhibe los sentimientos. Sin embargo, recientemente ha aparecido una nueva droga que anula sus efectos y ya nos encontramos el primer cadáver, con lo que el consejo ha decidido que es el momento de acudir a los Guardianes para que haya un Green Lantern en su sector.
Sector Lejano arranca en el punto en el que la Lantern Mullein inicia la investigación sin que se nos dé de inicio detalle alguno sobre quién es, de dónde viene y otras peculiaridades que iremos averiguando por el camino. Será este el camino de una historia noir de ciencia ficción donde descubriremos oscuros juegos de poder y un mundo bajo la superficie que alberga una realidad oculta.
Sector Lejano no viene a reinventar el medio ni a sembrar profundos subtextos — pese a que algo de eso haya — , pero es todo lo que podríamos esperar cuando pensamos en todo lo bueno que tienen que tener una gran historia. Sector Lejano tiene una construcción de mundo sólida y clara, unos personajes aún más consistentes y repletos de atractivo, un desarrollo de trama sugestivo a la vez que intrincado y sin fisuras, plot twists sorprendentes, algunas ideas francamente geniales — como el uso de los memes en la historia o las páginas de apertura de capítulo —, un final trepidante e incluso algo que rascar bajo la superficie de la historia. Se me ocurren pocos ejemplos mejores para ilustrar el paradigma de lo que es una historia bien escrita, con lo que vemos que en lo que ha oficio se refiere, los galardones de N. K. Jemisin son de sobra merecidos. Además, Sector Lejano está lleno de detalles interesantes y alguna que otra puyita a la situación de los creadores o al funcionamiento de ciertas convenciones sociales.
Por más que Jemisin haya tenido un debut arrollador en los cómics, un mal dibujo podría dar al traste con esta historia, pero no es para nada el caso. Pese al espectacular resultado, tal vez el trabajo de Jamal Campbell no sea tan absolutamente intachable como el de su compañera. Como pegas podríamos sacar a colación algunas secuencias de acción algo más turbias de lo pertinente y quizá se le puede achacar cierta obsesión por sobredibujar todo e incluso una cierta frialdad, pero luego nos paramos a pensar en la enormidad de detalles del mundo que están creando y que hablamos de un mundo sin emociones y nos entra la duda sobre si no será algo buscado — bien por el propio dibujante o por el mismo editor al escoger a alguien con la estética de Jamal Campbell. Se trata de un dibujante acostumbrado a las portadas y su sentido del impacto visual y el color es impresionante y, pese alguna pequeña pega narrativa que ya hemos comentado, hay cuestiones como el modo en que maneja el acting de sus personajes, que nos hace pensar en él como uno de los artistas de los que más vamos a oír hablar en los próximos años.
Me vais a permitir terminar en lo personal, porque tal vez puede ser la mejor manera de dejar patente el gran cómic que es Sector Lejano y, quizá no sea del todo justo, porque estoy a punto de obviar todo el trabajo de Campbell anterior a Sector Lejano, pero en lo que a mi respecta, esta historia ha traído a los cómics tres elementos que quiero volver a ver en ellos, ya sea juntos o separados: N. K. Jemisin, Jamal Campbell y Sojourner Mullein.