Hola, mis admiradores, soy Miriam, la verdadera estrella de esta web. Sí, por fin estoy de vuelta para hablar de Paula Crusoe y contar las cosas que realmente os importan y no las tonterías que escriben mi papi y sus amigot…
– Papá: ¡Mimi! ¿Qué haces en el ordenador?
– Miriam: Ooops, hola, papi.
– P: ¿Has escrito algo?
– M: Nooooo, que va. Venga, vamos a hablar de Paula Crusoe, que ya tengo ganas.
– P: Muy bien cielo. Bueno, debería hacer una introducción…
– M: No te preocupes, no creo que haga falta. Ya se harán una idea.
– P: ¿Tú crees? Bueno, pues venga, cuéntanos, qué te ha parecido este segundo tomo de Paula Crusoe…
– M: Chulo. Muy muy chulo.
– P: Bueno, pero cuéntanos, que a lo mejor los que lean esto no se acuerdan de qué iba Paula Crusoe. ¿Quiénes eran los protagonistas y qué pasaba en el primer libro?
– M: Los protagonistas son Paula, Benedicte, Ana (su mamá), Xavier (su papá), Rachel (la mejor amiga de Yohanne), y Yohanne. Paula, sus hermanos y su padre iban en un barco y se perdieron en una isla. Su mamá no fue con ellos porque prefería trabajar.
– P: Bueno, tanto como preferir… supongo que no le quedaría más remedio. Como sea, y en este libro, ¿qué pasa?
– M: Que su mami les busca. Y Paula y su familia trabajan en la isla para sobrevivir. Y ya está.
– P: ¿No se te olvidan los monos…?
– M: Ah, sí. Hay uno chiquitito que se llama Malutki pero también su mamá, que salvan a Yohanne y a Rachel de unos cocodrilos.
– P: ¿Rachel? ¿Pero esa no estaba muerta en el primer libro?
– M: Más o menos.
– P: No quieres spoilearle a los lectores, ¿eh?
– M: ¿Spoilearles qué es?
– P: Que no quieres estropearles lo que pasa, prefieres que lo averigüen ellos…
– M; Sí, no se lo quiero estropear.
– P: Oye, ¿y la mamá de Paula va a buscarlos?
– M: Sí, se mete en un barco para buscarlos y ver lo chula que es la isla.
– P: Ya veo. ¿Y qué escenas te han gustado más?
– M: No lo sé, me gustan todas. Me gusta más el libro que las escenas.
– P: Bueno, pero habrá una escena que te haya hecho reír o te haya gustado especialmente, ¿no? La de los jabalíes que estropean la granja, la de los monos peleando con los cocodrilos…
– M: Me gustan la página 31, 32 y 33.
– P: Pero ¿qué pasa ahí? ¿Por qué te gustan? ¡Habrá quien todavía no haya leído este libro! Lo mismo están esperando a ver si se lo recomiendas o no…
– M: Que Ana hace pis…
–P: Sigh… Niños y escatología…
– M: ¿Escat…?
– P: Da igual… Bueno, pues unas palabras finales. Recomienda o des-recomienda este segundo tomo de Paula Crusoe.
– M: ¡Lo recomiendoooo! Tanto el uno como el dos.
– P: Entonces, ¿seguirás leyendo las aventuras de Paula Crusoe?
– M: Sí sí sí sí siiiiiiiiiiií. Por supuesto que sí.
– P: Entonces, ¿te traigo el tercer tomo cuando lo saquen?
– M: Síiiiiiii.
– P: Oye, y unas últimas palabras para tus admiradores, que van siendo cada vez más.
– M: Que lean mucho y feliz año nuevo. Un abrazo de mi parte.
Hala, y tan pancha que se ha quedado. Bueno, pues terminada la parte entretenida de la reseña, ahora viene la parte rollo: mis impresiones.
Este segundo tomo tiene un ritmo muy entretenido, mezclando diferentes tramas de los personajes de forma paralela pero siempre manteniendo la atención de los niños. Paula Crusoe está escrito y dibujado por Mathilde Domecq, y como ya dije en la primera reseña, tiene un dibujo cartoon con tonos pastel que hacen la lectura muy atractiva para niños y mayores. Como siempre, cosas que me llaman la atención o que he disfrutado especialmente, siempre hay cosas nuevas:
– Las onomatopeyas. Un clásico, hay que leerlas sí o sí.
– Se ha dado cuenta del detalle de las guardas del libro: Las de antes del libro tienen un dibujo de la familia antes del naufragio y las del final con la familia en la isla, con sus barbas, ropas rotas… etc. También, el plastificado que tiene solo el personaje de Paula en la portada.
– En este libro me he detenido un poco a contarle detalles de la narrativa, como por ejemplo una escena en que Domecq cuenta una escena con una secuencia de viñetas en las que va alejandose del foco, como si fuera una cámara. O una página en la que cada viñeta forma parte de una sola imagen, y cuando le decía que mirara la página como si no tuviera viñetas y fuera un solo dibujo se le iluminaba la cara asombrada… Sus ooooooh, qué chulo, no sé si los hacía para contentarme pero se me caía la baba.
– Las risas: tiene un par de escenas muy divertidas, o que se lo ha parecido y es lo que más puedes disfrutar leyendo con un niño. El personaje de Beni (la niña pequeña) le resulta muy divertida, y su interacción con el mono, entrañable y divertida para ella.
En definitiva.
No me canso de leer con ella. Siempre saca algún detalle que se me escapa. Ver su punto de vista es muy divertido, y esta serie se presta a muchas lecturas. Por ejemplo, en este segundo libro, Ana (la madre) entabla una especial relación con uno de los marinos del barco en el que va a la busca de su familia. A mí me produce el malestar de la tensión sexual entre los personajes, y temo que pueda suponer un obstáculo. Ella eso ni lo huele. Y pensándolo bien, es muy probable que el punto de vista bueno sea el suyo. Es una obra infantil en la que no creo que vayan a meter temas de infidelidades ni nada por el estilo… pero a mí me produce esa incomodidad.
La distancia es el segundo tomo de Paula Crusoe, que ha editado nuevamente Dibbuks en un formato rústica con tapa gruesa, formato reducido, 96 páginas a 12,50 €. Una serie MUY recomendable para niños de 6 a 12 años, divertida, interesante y que invita a leer y a soñar. Aquí estaremos para reseñar el tercer tomo, no lo dudéis.
Lo mejor: Las risas, siempre. El asombro ante los trucos narrativos.
Lo peor: ¿Cuánto queda para el tomo 3?