Grandes autores de Superman: Scott McCloud num.2

Guión de Scott McCloud
Dibujo de Rick Burchett
ECC Ediciones.
2016.

Aunque ya lo viéramos en Superman: Fuerza, sigue sorprendiendo ver a Scott McCloud haciendo tebeos de Superman. Lo conocemos más en su faceta de AUTOR (así, con mayúsculas) en cosas como su trilogía teórica sobre el lenguaje del cómic o El Escultor, pero el tomo que nos ocupa, Grandes autores de Superman: Scott McCloud num.2, nos demuestra que no sólo entiende el comic (disculpad el chiste fácil), sino que comprende a los superhéroes y conoce a Superman como si lo hubiera parido.

Grandes autores de Superman: Scott McCloud nos trae los primeros números de la colección Superman Adventures (a excepción del primero que escribió Paul Dini). Superman Adventures era esa serie que salió con motivo de la serie Superman: The animated series de los años 90. En aquella década corría un rumor popular de que estos cómics eran los mejores cómics del Hombre de Acero que se publicaban en la época. Es sabido que la competencia no era muy dura, pero aún así estos tebeos son frescos, imaginativos y entienden a Superman con un nivel de profundidad que pocas veces hemos visto. No estoy seguro de que le haga ningún favor el número 2 en su portada, ya que estamos ante una obra totalmente autónoma. Puedes leer éste sin haber leído el primero y comprar después el primero si éste te gusta. Además Grandes autores de Superman: Scott McCloud num.2 empalma directamente con los dos tomos de Grandes autores de Superman: Mark Millar por si quieres seguir después.

Tal como nos daba la serie de animación, tenemos en este tomo una serie de episodios con historias cortas y sencillas, quizá un poquito exageradas ya que no sólo se orientaban al público del cómic, sino también a aquellos que procedían de la serie de TV. En cualquier caso no es esto óbice para que estén repletas de ideas y frescura. Partimos de una estructura muy simple: se nos presenta una amenaza con el villano de turno, se resuelve y terminamos con algún gag o moraleja.

Pero estamos hablando de Scott McCloud y ya nos sabemos su truco. Una aparente simpleza es en realidad una exhaustiva síntesis basada en un conocimiento profundo de aquello sobre lo que escribe. Casi nos bastaría con pararnos a pensar cuántos guionistas hoy día son capaces de contar una historia completa y satisfactoria en 24 páginas. El estilo cartoon de Burchett sigue la onda marcada por Bruce Timm para la serie de animación y si bien no llega al grado de excelencia y depuración de este último, esconde como en el guión un trabajo compositivo y narrativo magistral.

Cuando tienes claro cómo se escribe y se dibuja un cómic de Superman, no son necesarias grandes sagas, crossovers, reboots, decompressive storytelling, ni campañas mediáticas. Casi no hacen falta ni cliffhangers, en todo el tomo sólo tenemos dos y nada que ver con ese recurso artificial tan de moda hoy día donde todo el número es una excusa para el giro del final. Tal vez suene a abuelo cebolleta, pero no estoy hablando de aquella manera de hacer tebeos de los 60 donde el lector tiene que poner mucho de su parte para que las historias no hagan aguas. Aquí les basta con saber qué hacer con un Luthor, un Brainiac o un Mxyzptlk y sobre todo, qué hacer con Superman.

Mucha gente dice que no le gusta Superman porque nadie se puede identificar con un ser perfecto y divino y me temo que no han terminado de entender al personaje como lo hacen McCloud y Burchett. Superman es un vehículo (con cara amable, pero vehiculo al fin y al cabo) para comunicarnos otras ideas. En Grandes autores de Superman: Scott McCloud num.2 se nos lanzan pequeñas reflexiones sobre mil ideas como la ética periodística o hasta sobre la cultura del patriarcado, si nos ponemos, pero todas las historias tratan en realidad sobre lo que significa e implica ser un héroe. A brochazos gordos, pero de enorme precisión, McCloud nos explica a través del último hijo de Krypton qué es ser un héroe, nos inspira y nos explica cómo inspirar. Superman no es un personaje pensado para que nos identifiquemos con él sino para iluminarnos. Superman es una idea inocente y quizá excesivamente amable, pero profundamente esperanzadora. Más allá de epopeyas cósmicas, Superman se sitúa cerca de nosotros para que saquemos lo mejor. Esto es lo que tiene este personaje y no tienen otros trasuntos como Supreme o Miracleman.

Está claro que un análisis profundo del Hombre de Acero desde lo más puramente racional conduce irremediablemente a algo como Miracleman, pero si el análisis se hace desde el corazón (sin ser por ello menos riguroso) la conclusión es la que nos ofrece McCloud. La gracia de estas historias está en su simpleza y es en ella donde está toda su capacidad comunicadora y si se hace como aquí, el nivel de complicidad que desarrollas con la historia provoca que el exceso de ingenuidad pase totalmente desapercibido.

No sé si se ha notado que me ha gustado mucho, tanto que casi se me olvida decir que es superentretenido.