Reseña Colección Extra Superhéroes 58. Runaways 2
Guión Brian K. Vaughan
Dibujo de Adrian Alphona, Takeshi Miyazawa y Skottie Young
Panini Comics
2016
Este Colección Extra Superhéroes 58. Runaways 2 contiene los primeros números del segundo volumen americano de la serie Runaways. En el primer volumen, Brian K. Vaughan y Adrian Alphona se sacaban de la manga un grupo de adolescentes, hijos de otro sacado de la manga conglomerado de villanos en la sombra con el nombre de El Orgullo. Pese a lo que pudiera parecer que se insinúa en esta descripción, el resultado fue un cómic muy fresco y entretenido, con unos personajes bien caracterizados y atractivos y cacarterizado por unos giros de guión muy bien resueltos sorprendentes.
Por aquel entonces, Vaughan estaba lejos de ser la superestrella acaparapremios que es hoy día. Apenas había hecho un par de miniseries mutantes, una etapa de la Cosa del pantano y algún número suelto por ahí y el dibujante Adrian Alphona era casi un recién llegado. Sin embargo, he de decir que es una obra que en perspectiva, Runaways estaría marcando la manera de hacer cómics de los próximos años. Puede que sea una afirmación algo categórica, pero dadme un par de párrafos de introducción de este tomo concreto antes de explicaros con qué la respaldo.
Este Runaways 2 contiene tres arcos argumentales y alguna historia corta. En el primer arco tendremos una nueva incorporación al equipo procedente de una historia de viajes el tiempo a lo Terminator o Días del futuro pasado. La segunda historia recurrirá a la naturaleza alienígena de Karolina, que traerá consecuencias a futuro y la tercera, traslada al equipo a Nueva York para demostrar la inocencia de Capa.
Historias ligeras y bien dosificadas, que pese a su buen hacer y su frescura, no pueden evitar un cierto aroma a prefabricado. Cada cierto tiempo y como si de una boyband se tratara, Marvel intenta dar repetir el pelotazo que dio entre la chavalería con Spiderman en los años 60. En los 70 fue Nova, en los 80 los Nuevos Mutantes, en los 90 fueron los New Warriors o Generación-X (aunque se les comió la tostada como grupo de tendencia juvenile Gen 13 de image), actualmente es Ms. Marvel y en la primera década de nuestro siglo fueron los Runaways.
Sin saberlo, Vaughan y Alphona estaban marcando la tendencia a seguir en los próximos años, pero no solo en Marvel, sino principalmente en el mercado independiente y es que Runaways podría haberse cambiado de editorial sustituyendo los personajes Marvel preexistentes por otros de nuevo cuño y nadie habría notado nada. Tanto los villanos como los héroes invitados están desprovisto de cualquiera de sus señas de identidad o tradición. Se usa a personajes como Ultrón, los Skrull o Capa, pero podrían haberse intercambiado casi por cualquier otro. He de dejar claro que no llega nunca a la falta de respeto por la tradición ni a saltarse la continuidad, pero están tratados de un modo tan neutro e instrumental, que son fácilmente reemplazables y en ocasiones algo estereotipados.
Runaways continúa haciendo su mejor baza de los personajes de nuevo cuño con su propia idiosincrasia creada desde cero y bastante ajena al universo Marvel por mucho que las apariciones invitadas parezcan dar muestras de integración. Una excepción bastante honrosa es el tratamiento como ex-adolescente que se le da a Spiderman, que hace quedarse con las ganas de cómo habría funcionado Vaughan en el trepamuros más allá de la miniserie Exposición negativa. En la mayor parte de los momentos, el universo Marvel funciona más en oposición a los personajes y lo que les rodea, que con un afán de integración. El Universo Marvel tendrá más presencia para acentuar la disfuncionalidad del equipo, para hacer gags y sobre todo para recordarnos en cada momento que Runaways es algo nuevo y diferente.
Otro rasgo definitorio en el que se adelantaron es del sobreesfuerzo tan actual por la corrección política. La predominancia de mujeres, la diversidad racial (se encargan rápidamente de incluir un hispano en cuanto pierden a Alex, que era negro), el factor sexual al revelar a uno de los personajes como gay… son rasgos que no molestan lo más mínimo y puede dar mucho juego a nivel argumental, pero metidos en tan poco espacio sí llega a atisbarse ese ligero aroma prefabricado.
La habilidad de Vaughan y Alphona es en saber cómo vendernos un producto de estudio y que siga pareciendo fresco e interesante, lo que por otra parte consiguen. Puede que hace 10 años la novedad que suponía todo esto, los gags, las vueltas de tuerca inesperadas funcionaran, pero hoy en día se le ven un poquito los hilos de una frescura envasada al vacío. Es muy curioso porque pese a todo esto, en éste y en casi todos los tebeos de Vaughan podemos encontrar algunos planteamientos originales y novedosos, pero parecen tan artificialmente dirigidos que se echa de menos un toque más personal. Casi podría decirse que su toque personal es esa frialdad. Esa labor puramente intelectual que busca la respuesta emocional del lector desde un juego calculado por parte del guionista y carente del componente visceral.
Alphona aún se estaba fogueando y se le pueden ver algunas pequeñas flaquezas, pero funciona lo bastante bien como para intuir que se estaba desarrollando el gran dibujante que tenemos hoy día en Ms. Marvel y tenemos para finalizar y como curiosidad añadida un trabajo primerizo de Skottie Young.
Pasados los años los tics de Vaughan se evidencian algo más, pero lo grande de este escritor es que es capaz de que nos dé absolutamente igual que en ocasiones se le vean los hilos y compensa con una enorme dosis de entretenimiento e ideas interesantes.