EL LADO SALVAJE
Guión: Rafa FonterizDibujo: Rafa FonterizFormato: Tomo. 120 páginas.Precio: 17,95 €Editorial: Diábolo Ediciones
La relación entre el cómic y el género vampírico viene de lejos, con los relatos de terror y suspense de la revista Creepy junto con la erótica y sensual Vampirella desde la mítica editorial Warren, pero sobre todo con la serie La Tumba de Drácula de Gene Colan (entintado por Tom Palmer) y Marv Wolfman de Marvel.
Hoy en día gracias a la excepcional (e inteligente) serie True Blood/Sangre Fresca basada en las novelas de Charlaine Harris, y la insustancial saga cinematográfica y literaria Crepúsculo, el género de vampiros vuelve a estar de moda con infinidad de novelas, películas, series de televisión, y por supuesto, múltiples cómics con vampiros como protagonistas (que se lo digan a Marvel y al recién recuperado Drácula marveliano, dando guerra a la familia mutante).
Ajeno aún al revuelo del galán chupasangre para adolescentes, Rafael Fonteriz inició en octubre del 2008 la publicación desde su blog de El Lado Salvaje, homenaje de las tiras de prensa americanas en formato apaisado (igual que las publicaciones de antaño en España), que además sirve como campo de pruebas para explorar nuevas técnicas gráficas y narrativas, cuyo resultado es una gozada visual, repleta de sorpresas.
Parece que por fin Fonteriz se ha soltado, abandonando esa rigidez que poseía hace años, como se podía ver en Iberia Inc o en X-Women; con El Lado Salvaje, la esencia del vampiro (y con La Frontera Invisible, su actual serie) el dibujo es más dinámico, más orgánico si cabe. Casi parece que ha estudiado el trazo de Sean Phillips en la serie Criminal para incorporarlo a su propia técnica a la hora de entintar sus lápices.
Siguiendo con su experimentación gráfica, los cambios no se han quedado en el formato apaisado, combinando el uso de dos o tres colores en la historia principal (dependiendo de sí la acción es en el presente o en el pasado), el color aparece en todo su esplendor cuando se necesita, en esos momentos más salvajes y oníricos, dejando el blanco y negro, representado por Fonteriz en un puro ejercicio de lápiz en estado crudo, las pesadillas y frustraciones del protagonista.
Gracias a estos cambios gráficos, Fonteriz se envuelve en un thriller psicológico con tintes vampíricos, para crear un relato que por desgracia no destaca por su originalidad, ni por su complejidad. Tras su lectura, muy amena y entretenida, queda la sensación de saber a poco, con personajes más o menos esbozados, tramas poco desarrolladas pero al final concluidas, El Lado Salvaje no se caracteriza por su guión, posiblemente lastrado por su singularidad de ser una historia publicada de manera semanal, que cada página cree una historia por si sola.
En este aspecto me recuerda a Hard Boiled, la obra de Frank Miller y Geof Darrow, sátira violenta de un relato corto de Phillip K. Dick, cuyo guión era escaso y lineal, pero creado para mayor gloria de su dibujante, el excelso y detallista Geof Darrow, que gracias a sus impresionantes láminas, Hard Boiled ha pasado a la historia de la ciencia ficción más cyberpunk del cómic.
Algo parecido ocurre con El Lado Salvaje de Fonteriz, un ejercicio gráfico magnífico, en ocasiones espectacular y bello, ideal para una lectura y relectura en todas y cada una de sus viñetas. Un regalo para la vista.
