Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña CES 72. Runaways 3

Y con este tomo llegamos al final de Runaways, aquello que como ya comentamos, tal vez empezó como la boyband prefabricada de la década, pero a lo que Brian K. Vaughan y Adrian Alphona supieron imprimir personalidad y hacer suyo. Tal vez por eso, puede haber cierto miedo cuando en la segunda mitad del tomo estos autores se marchan por mucho que Joss Whedon sea uno de los sustitutos.

CES 72. Runaways 3 Los buenos mueren jóvenes

Guión de Brian K. Vaughan y Joss Whedon
Dibujo de Adrian Alphona, Mike Norton y Michael Ryan
Rústica. 472 páginas. Color
19,95€
Panini Cómics. 2017
Runaways Vol.2 #14-30

Contra todo pronóstico, el Orgullo está de vuelta en los dos arcos argumentales de este tomo. Los viajes en el tiempo para unos o para otros tendrán algo que ver, pero el asunto es que le puede costar al equipo más delo que nunca ha perdido.

Quizá el hecho de que en casi 5 años de colección en distintos volúmenes se hayan enfrentado al Orgullo casi en exclusiva, puede tener algo que decir de la naturaleza de esta serie y es que por mucho que aparezca el logo de Marvel en la portada, por mucho que los protagonistas tengan poderes o incluso aunque aparezcan invitados del universo Marvel, Runaways no es una serie de superhéroes al uso, sino que tiene más a la comedia-drama adolescente que podemos leer fuera del mundo de los pijamas.

Ya son unos años los que Vaughan y Alphona llevan con los personajes y esto se refleja en una soltura que quizá no tenían al principio. Ya son capaces de hacer lo que les dé la gana con los personajes y el resultado son unos diálogos inteligentes que se leen solos, una historia repleta de emoción, humor y tensión, con mucho mayor avance de trama por grapa y menos trampas de las que podemos ver en los tebeos actuales de Vaughan. Notamos quizá a un Brian K. Vaughan con algunos años de experiencia, pero quizá menos ambicioso y más relajado que en la actualidad. Las trucos argumentales están ahí, son casi el sello de fábrica de Vaughan, pero la verdad es que cuelan muy bien, tal vez sea por el trasfondo ligero de la historia y por esa falta de necesidad de romper con todo a cada minuto que parece tener el Vaughan actual, pero estamos ante una de las historias más disfrutables que nos ha dado el guionista de Cleveland.

Una de las mayores flaquezas que se le achacan a este escritor es que renquea con los finales. En este caso esto es absolutamente falso. No sólo cierra los cabos sueltos, sino que redondea la idea de la adolescencia en oposición a ser adulto e incluso nos lanza un último momento dramático que hace terminar la serie en todo lo alto.

Y con este percal, una serie acabada y casi podríamos llamar de autor, Joss Whedon y Michael Ryan reciben el encargo de continuar Runaways. Ya desde las primeras páginas vemos que el tono es profundamente distinto. Whedon orienta la serie a un tono más superheroico, los muda a Nueva York y los mezcla nada menos que con Kingpin. No sólo no estamos ante el Whedon más inspirado, sino que el cambio de dinámica hace parecer que no fueran los mismos Runaways. Hay más acción, más chistes, pero falta el drama y los personajes son menos ellos mismos en favor del molonismo whedoniano. Estamos ante una historia ligera y simpática, pero no consiguen que olvidemos en ningún momento que Runaways son cosa de Vaughan y Alphona. Quizá de haber continuado, con el tiempo tendrían una identidad propia, pero por buen trabajo que realicen Whedon y Ryan, termina resultando innecesario.

Visualmente tanto Michael Ryan como Mike Norton (aún con Vaughan a los guiones) realizan un trabajo aceptable, pero el característico estilo de Adrian Alphona hace suyos a los personajes y cuesta verlos en manos de otros dibujantes

Aún no se ha anunciado si Panini reeditará el volumen 3 de Runaways con Terry Moore y Humberto Ramos, pero por más que existan otras etapas con cierta calidad, Runaways fue una de esas obras Marvel donde la presencia de los autores deja más huella que el propio universo de la Casa de las Ideas.